La inflación, medida con el índice de precios al consumidor (IPC), parece estar tomando un nuevo impulso.
Dicho índice aumentó un 0,30% en setiembre del 2020 frente al mismo mes del 2019 (variación interanual), con lo cual salió del terreno negativo de julio y agosto, y parece tomar una nueva tendencia al alza.
El resultado todavía se mantiene por debajo de la meta del Banco Central para este año, de entre un 2% y un 4%.
Según el comunicado que emitió la mañana de este miércoles el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), durante setiembre, los bienes y servicios que mostraron mayor efecto positivo (por el aumento que registraron y por la importancia del producto en el presupuesto de los hogares) fueron automóvil, gasolina y sandía.
En el caso de la gasolina hubo un incremento el 3 de setiembre, en el cual influyó la devaluación del colón y el rezago tarifario.
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Carlos Aguilar, director ejecutivo de la Asociación de Importadores de Vehículos y Maquinaria (Aivema), que agrupa a empresas importadoras de autos nuevos, comentó que hay dos efectos que pueden explicar el alza reflejada en el indicador de precios de los automóviles.
Por una parte, se debería al aumento en el tipo de cambio, pero también, aunque se vende una menor cantidad de autos en esta coyuntura, el valor promedio de los que se venden es mayor; por ejemplo, los consumidores compran más vehículos como camiones, pick-ups o autos utilitarios todo terreno.
Por otra parte, cebolla, tomate y papa aparecen entre los principales productos con mayor efecto negativo.
De los 315 bienes y servicios que conforman la canasta de consumo, un 51% aumentaron de precio, un 38% disminuyeron y un 11% no presentaron variación.
El Instituto aclaró que durante setiembre algunos distritos que forman parte del área de cobertura de la recolección de precios del IPC estuvieron en alerta naranja por la covid-19, lo cual impactó la dinámica de recopilación de datos.
Esta situación implicó recoger una menor cantidad de precios para el IPC en setiembre del 2020 respecto al mes de agosto previo.
Para ello, el Instituto aplica un procedimiento llamado imputación de precios, que utiliza para estimar el valor de un bien o servicio cuando no se logra recolectar la información; esto se puede realizar mediante el arrastre del último dato observado –es decir, repetirlo– o por medio de la estimación de un factor que muestre la variación en los precios recolectados del mismo bien o servicio en otros establecimientos.
La tasa de imputación en el IPC de setiembre fue del 23,72%, con un aumento en relación con el resultado del mes agosto, el cual fue del 18,59%.
Los organismos internacionales han establecido como recomendación que la tasa de imputación no supere el 50%, esto para considerar al IPC como una medición estadística adecuada para el monitoreo de los precios al consumidor y el seguimiento de la inflación en el país.