La inversión directa de extranjeros en Costa Rica alcanzó, en el 2016, un total de $2.211 millones, 9% más que en el 2015, crecimiento poco menor al de los dos años previos.
Esto, según la información que reportó el Banco Central como parte de los resultados de la balanza de pagos.
De acuerdo con tales datos, basados en el manual seis de dicha balanza, en el 2015 el aumento fue de 12% respecto al 2014, mientras que en el 2014 fue de 17% respecto al 2013.
Este tipo de inversión incluye compañías nuevas que vienen al país, ampliación de operaciones de las firmas foráneas que funcionan en suelo costarricense y compras de corporaciones o propiedades por parte de extranjeros.
Para Sandro Zolezzi, director de Investigación de la Coalición de Iniciativas para el Desarrollo (Cinde), entidad encargada de atraer inversión al país, la desaceleración del indicador podría ser coyuntural.
“La reducción (en la tasa de crecimiento) mostrada en los indicadores del Banco Central de Costa Rica podríamos decir que es coyuntural y leve, pues se mantiene fluctuante en los mismos niveles en los periodos mencionados”, dijo Zolezzi.
“Cabe resaltar que la inversión dentro de Zona Franca continúa ayudando a sostener este comportamiento estable sin que tienda a una baja mayor. Consideramos que las inversiones anunciadas en los últimos años, como es el caso de APM Terminals y, más recientemente, de Sun Latin America en Guanacaste, podrían hacer que los flujos suban en el próximo año”, comentó el director.
APM Terminals, que construye la nueva terminal de Contenedores de Moín, en Limón, realiza una inversión de $1.000 millones y se espera que comience operaciones en el 2018.
Por su parte, la empresa Sun Latin America anunció este mes que realizará una inversión de capital inicial de $400 millones para la construcción del parque de aventuras de Discovery en Liberia, Guanacaste, desarrollo que se iniciará en el 2018, y se espera que entre en operación en el 2020.
Buena tasa
El investigador Miguel Gutiérrez Saxe, comentó que en Costa Rica, el rasgo principal de la inversión extranjera directa es lo volátil que es.
“Recién pasamos un periodo de decrecimiento asociado a la crisis mundial que afectó, principalmente, los procesos de reinversión de sus utilidades de algunas empresas exportadoras que de pronto encontraron que sus productos no se colocaban al mismo ritmo. Luego vinieron años de crecimiento alto (tasas), sobre bases disminuidas. En el 2016 creció a una tasa nada despreciable, pero un tanto menor a los dos años anteriores. Es pronto para deducir un comportamiento de esas observaciones”, señaló.
Gutiérrez considera que el país debe fortalecer las inversiones de terceros países, distintos a los Estados Unidos.
“La inversión desde Colombia y hacia el mercado centroamericano podría crecer mucho”, comentó.
Por su parte, para la economista Edna Camacho, exdirectora de Cinde, el comportamiento del 2016 fue bueno y la inversión sigue siendo alta.
“Hay que tomar en cuenta que cuanto más nos movemos de manufactura a servicios, el dato de inversión extranjera directa va siendo un indicador menos adecuado para medir el establecimiento de operaciones de empresas extranjeras, pues las empresas de servicios tienen menos inversión que las de manufactura y su impacto se mide más en número de empleos”, comentó Camacho.