Con la pandemia, unas 115.000 personas entre 15 y 64 años se retiraron del mercado de trabajo y no regresaron. Costa Rica quedó, entonces, con un mercado laboral más pequeño para sostener a los hogares, lo cual implica un deterioro en los ingresos de muchas familias y, además, resta potencial para que la producción crezca.
Antes de que entrara la pandemia al país (enero de 2019) había cerca de 1.400.000 personas que estaban fuera de la fuerza de trabajo y con la pandemia ese número aumentó a cerca de 1.600.000 personas.
Sin embargo, de esas 200.000 personas de diferencia, 85.000 son de 65 años y más por lo que posiblemente se pensionaron. Quedan entonces 115.000 entre 15 y 64 años, de las cuales 77.000 son mujeres y 38.000 hombres, según un procesamiento de la Encuesta Continua de Empleo que realizó el economista del Consejo de Promoción de la Competitividad, Andrés Fernández.
La fuerza de trabajo, que incluye a las personas que trabajan o buscan empleo, pasó de cerca de 2.500.000 a un poco menos de 2.400.000. Este grupo disminuyó menos que las personas que se salieron porque entraron nuevos trabajadores debido al crecimiento de la población.
Esta fuerza de trabajo representó, en el segundo trimestre de este año, el 60% de toda la población de 15 años y más (lo que se denomina la tasa de participación), que según nuestra legislación, son los que pueden trabajar. Entre las mujeres dicha tasa alcanzó 48% y entre hombres, 71%.
La tasa de participación de Costa Rica está por debajo del promedio de los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), la cual fue de 69% en el primer trimestre de este año.
¿Por qué se salieron?
María Luz Sanarrusia, coordinadora de la Encuesta Continua de Empleo del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC) citó varios factores que pueden influir en la salida de personas del mercado laboral. Entre ellos, motivos de estudio, que el hogar recibe ayudas monetarias o transferencias y entonces se reduce la necesidad de ese ingreso, reforzar el cuido de niños o adultos mayores o porque las personas se pensionan.
“Muchas veces lo que pasa cuando hay menos participación es que hay otras actividades que hacer, ya sea de cuido de personas mayores, de niños u otros. También por nuevas actividades, como, por ejemplo, retomar estudios; y además, está la gente mayor que va saliendo porque se pensiona”, explicó.
En su procesamiento de datos, Andrés Fernández encontró que si se consideran las personas en edad productiva (de 15 a 64 años), la mitad del aumento en el número de personas fuera de la fuerza de trabajo durante la pandemia tiene un perfil muy claro: mujeres adultas que debieron abandonar la búsqueda de empleo o sus trabajos activos para atender obligaciones en sus hogares, como el cuido de personas dependientes.
Gerson Martínez, especialista en empleo de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), comentó que el fenómeno de la salida de población de la fuerza de trabajo tiene una causa común en la región: cuidar personas.
“El aumento de la población fuera de la fuerza de trabajo ha sido un fenómeno observado en toda la región de América Latina y el Caribe, todavía no alcanzamos los niveles de participación económica previo a la pandemia”, comentó Martínez.
¿Cuáles son las implicaciones?
Martínez explicó que esta salida de personas ha influido en que el desempleo no sea más alto, porque entre las personas que salen de la fuerza laboral están las que buscarían un empleo. A diferencia de otras crisis, añadió, la tasa de desocupación ha reflejado parcialmente la magnitud de la dificultad por la que ha atravesado el mercado laboral de la región.
En Costa Rica, por ejemplo, la tasa de desempleo mantiene una tendencia a la baja, y en el trimestre que terminó en junio del 2022, registró un 11,7%, similar al nivel que tenía antes de la pandemia, y que representan 285.000 personas que buscan trabajo y no lo encuentran.
La situación genera un reto al país porque también la estructura poblacional ha variado: ahora hay más personas mayores que pronto se pensionarán y por lo tanto saldrán de la fuerza de trabajo, comentó Sanarrusia.
¿Cuál política pública puede ayudar?
Los especialistas coinciden en que la opción que tiene Costa Rica es aumentar la participación femenina y así lo dejó claro también el economista Eduardo Lizano Fait, en el documento: Después de la pandemia: una visión de largo plazo.
Lizano plantea que una de las acciones que el país debe hacer para llegar a ser de renta alta al 2050, como lo propone, es elevar la participación femenina.
Según el texto, Costa Rica debería alcanzar, en el 2050, la tasa de participación femenina del año 2019 para los países de la OCDE, que fue de 73,5%, iniciando en el 2025 con un 60%. (En el segundo trimestre de este año fue de 48%).
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Andrés Fernández, de hecho, opina que “las posibilidades de cuido (infantil y de adultos mayores) son una de las políticas activas más importantes para incrementar la participación de las mujeres en el mercado laboral, y continúa siendo un reto para el país, en especial tomando en cuenta que dentro de la gama de beneficios estatales hacia la población vulnerable, el cuido es la alternativa más costosa al compararla con becas escolares, régimen no contributivo de pensiones o ayudas directas a familias, pero el retorno a esa inversión es alto”.