Con la nueva información que arrojó este 7 de julio el índice de precios al consumidor (IPC), el presidente del Banco Central, Róger Madrigal, considera probable que este año Costa Rica termine el año con una inflación cercana a los dos dígitos o de dos dígitos, es decir, una variación de 10% o alrededor de esa cifra, en el indicador.
“Si algo nos hemos dado cuenta en estos últimos dos años es que las previsiones siempre tienen altos riesgos, pero todo lo que apunta es que el escenario más probable es que la inflación termine cercana a dos dígitos o en dos dígitos este año”, respondió el presidente del emisor ante una consulta de La Nación.
Solo en el primer semestre de este año el índice de precios al consumidor, el más utilizado para medir la inflación, aumentó 7,35%. En junio respecto a mayo el índice subió 1,78% y entre junio del 2021 y junio del 2022 aumentó 10,06%. Esto último implica que por cada ¢100 que un hogar gastaba hace un año, ahora debe desembolsar cerca de ¢110 para comprar lo mismo. Un crecimiento de esa magnitud no lo habían vivido los costarricenses desde abril del 2009.
Madrigal explicó que deben correr los modelos, pero que no encuentra elementos que permitan disminuir la inflación significativamente en los próximos meses.
Juan Robalino, director del Instituto de Investigaciones en Ciencias Económicas (IICE) de la Universidad de Costa Rica (UCR), prevé que será hasta finales del trimestre que estamos empezando cuando se comiencen a materializar las medidas del Banco Central. ¿Cuáles? Desde diciembre del 2021 el Banco Central ha realizado cinco aumentos en su tasas de referencia (la tasa de política monetaria) hasta llevarla a 5,50% en junio pasado.
En dicho mes también acordó aumentar la tasa de encaje mínimo legal (un porcentaje de las captaciones que las entidades deben reservar en el Banco Central) para operaciones en colones, de 12% a 15%, en forma gradual con el fin de evitar que los excesos de liquidez que muestran los intermediarios financieros exacerben las presiones inflacionarias.
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“Si no hay cambios muy drásticos en la economía, podríamos esperar que la inflación de julio se mantenga parecida a la de junio (la mensual de 1,78%). La tasa de inflación interanual, en cambio, probablemente siga creciendo hasta setiembre”, consideró Robalino.
Para este economista, con el nuevo dato se hace muy probable que la inflación anual sea de dos dígitos para el final del año, situación que el país no vivía desde el 2008. Una opinión similar expresó Fernando Naranjo, economista de Cefsa.
“Me parece que seguiremos con inflación alta un par de meses”, consideró Naranjo, quien citó dos razones: que el incremento en el tipo de cambio golpea el precio de los bienes importados y porque en julio y agosto del año pasado el indicador de precios creció poco.
Meta se mantiene en 3%
La inflación golpea más a los hogares más pobres porque son los que tienen menos opciones para defenderse de ella, y si son los alimentos los que suben todavía los afecta más porque son las familias de menos recursos las que dedican una mayor porción de su gasto a ellos.
La actual ola de aumentos se originó, entre otros aspectos, con el repunte en la demanda de bienes tras la pandemia, el incremento en los costos del transporte marítimo y, este año, por la invasión de Rusia a Ucrania que ha encarecido los precios de materias primas y alimentos. El aumento en el tipo de cambio del dólares respecto al colón, también está influyendo.
El Banco Central mantiene su meta de una inflación de mediando plazo en 3% con posibilidad de subir o bajar un punto. Madrigal explicó que este objetivo no es una proyección, ni una meta de coyuntura, sino una meta de mediano plazo y largo plazo.
“Si usted cambiara un objetivo cada vez que las circunstancias cambian, entonces no tendría objetivo. Eso por un lado, y luego que sería muy dañino para las expectativas porque lo que estaría diciendo es que el Banco Central estaría acomodando la política a la inflación, en vez de combatir la inflación (…)”, comentó.
“Entonces desde el punto de vista de la formación de expectativas es fundamental que el banco sea claro, como lo ha sido hasta el momento, que su política es que la inflación regrese al rango de tolerancia con respecto a la meta. Nos va a tomar algunos meses, sabemos que no va a ser inmediato, por eso se han tomado las medidas”, agregó Madrigal.
“La meta de inflación es un compromiso de mediano y largo plazo del Banco Central con ese valor numérico en el tiempo y lo que dice es que hará lo que tenga que hacer en el uso de los instrumentos de política monetaria a su alcance para qué la inflación llegue a ese número”.
— Róger Madrigal, presidente del Banco Central.
Repercusiones
Ante la alta inflación las familias empiezan a priorizar gastos o recortarlos y esto afecta la demanda de productos, las ventas de las empresas y con ello el crecimiento de la producción.
Consultado sobre este tema y el riesgo de una desaceleración de la producción nacional o incluso de una recesión, Madrigal comentó que todavía no prevén escenarios de recesión para Costa Rica.
“La lucha contra la inflación en buena parte, no siempre implica esto de tomar medidas que reduzcan presiones de demanda, lamentablemente el mundo, algo externo a nosotros, nos empobreció”, comentó el presidente de la autoridad monetaria.
“Hay un temor de que el choque sea tan severo que lleve al mundo a una recesión, pero todavía está en el plano de las probabilidades”, añadió el jerarca.
Agregó que según lo que ha visto del Banco Mundial, la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE), y otros organismos, no ve escenarios de recesión, aunque la probabilidad de recesión es ahora más alta.
“De nuevo, hay una incertidumbre bastante alta, lo que podría darse es un escenario de desaceleración más que de recesión en el mundo. Todavía no estamos previendo escenarios de recesión en Costa Rica”, aseveró el presidente.