La producción de las empresas fuera de los regímenes especiales (zona franca y perfeccionamiento activo) se mantiene estancada desde marzo del 2020 por efecto de los cierres debido a la pandemia.
Así lo evidencian los resultados del índice mensual de la actividad económica (IMAE) que publicó la noche de este 11 de enero el Banco Central.
Dicho estancamiento se nota en el nivel del índice del régimen definitivo, en el cual se agrupan las firmas que producen, principalmente, para el mercado local, el cual se ha mantenido en cerca de 108 desde marzo pasado. Este indicador mide el nivel de producción a corto plazo iniciando en 100 en el 2012.
La variación interanual del indicador (de cada mes respecto al mismo mes del año anterior) a noviembre del 2020 fue de una caída de 8,4%, similar las bajas que ha tenido en los siete meses anteriores a noviembre.
La producción de las compañías del régimen especial, por el contrario, ya recuperó el nivel que habían alcanzado antes de la pandemia y crecen respecto al año anterior. En noviembre del 2020, la variación interanual del índice respecto al mismo mes del año anterior es de 5,7%.
El indicador general bajó un 6,5% con una tendencia a caer cada vez menos.
Por industria
El indicador también se puede desglosar por industria. Según explicó el Banco Central en el comunicado, en noviembre persiste la contracción, en términos interanuales, en la mayoría de las actividades económicas.
Las más afectadas son: hoteles y restaurantes (-52,3 %), transporte y almacenamiento (-20,6 %), construcción (-19,7 %) y comercio (-12,4 %).
Una de las razones es el menor flujo de turistas hacia Costa Rica.
Según datos del Instituto Costarricense de Turismo, en el mes de noviembre se registró un ingreso de 37.573 turistas, lo que representa una disminución del 84,7 % respecto a noviembre del 2019.
“Esto genera efectos directos e indirectos en las industrias de hoteles, restaurantes, transporte y en los servicios de comercio”, explicó el Banco Central.
También influye la mayor implementación del teletrabajo por parte de las empresas y la aplicación de programas de educación mediante presencialidad remota que ocasiona una menor demanda de algunos productos como transporte, productos textiles y servicios de alimentación, indicó el Banco Central.
Otro factor que añadió la autoridad monetaria es la reducción en el número de ocupados registrado durante el 2020, lo cual redujo el ingreso disponible de las familias y, en consecuencia, su capacidad de compra.
Según datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC). la tasa de desempleo fue de 21,3 % en el trimestre que terminó en noviembre 2020. Esto significó un aumento de 8,8 puntos porcentuales respecto al mismo trimestre del año anterior.
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Además, entre febrero del 2020 y julio del 2020 se destruyeron 504.000 empleos. A partir de junio se inició una muy lenta recuperación del empleo y, entre julio y noviembre se recobraron 183.000 empleos.
“Por otra parte, la implementación del teletrabajo y la educación remota han aumentado la demanda de telefonía y servicios de Internet. Además, han influido positivamente en otras actividades como los servicios de mensajería, el comercio electrónico, servicios digitales y transferencias electrónicas”, detalló la entidad.