La tasa de política monetaria es una de las herramientas que tiene el Banco Central para influir sobre la economía y por lo tanto también influye sobre sus ahorros, las cuotas de sus créditos y hasta lo que usted consume.
El presidente del Banco Central, Róger Madrigal, la define como una “tasa de referencia” en el sentido de que sirve de referencia para operaciones de dinero del Banco Central con otros intermediarios financieros, como los bancos, pero no es que se aplica la tasa exacta.
El Banco Central negocia dinero con las entidades financieras en el Mercado Integrado de Liquidez (MIL). En este mercado el Banco Central presta dinero (inyecta liquidez) o capta dinero (contrae la liquidez) a las entidades financieras.
Si presta dinero lo hace a la tasa de política monetaria y un poco más o si capta entonces paga la tasa de política monetaria y un poco menos.
“Como las tasas de interés del Banco están alrededor de la tasa de política monetaria eso se convierte en un costo o un ingreso para las entidades financieras y eso se convierte también en una referencia para sus transacciones con el resto del público”, explicó Madrigal.
De esta forma, si al banco le va a costar más caro captar dinero entonces también va a cobrar una tasa de interés mayor al público por prestarlo, porque tiene un margen con el cual cubre sus costos y obtiene su ganancia.
El presidente explicó que si un banco necesita liquidez, por ejemplo, tiene dos opciones: ir a las subastas del MIL, pero ahí es el Banco Central el que decide cada día si ofrece o demanda dinero y puede ser entonces que no calce con las necesidades de las entidades.
El Banco Central también tiene otro instrumento que se llama las facilidades permanentes de depósito o de crédito, cuyas tasas de interés también están ligadas a la tasa de política monetaria, que está disponible todos los días, de 8 a. m. a 6 p. m. y ahí las entidades pueden solicitar o depositar recursos.
De esta forma, si la tasa de política monetaria sube y ese aumento se transmite al público entonces le pagarán más por sus ahorros, le cobrarán más por sus créditos (si están a tasa variable) y si tiene que dedicar más a pagar las cuotas de los créditos tendrá que recortar el consumo, si no tiene ingresos extra.