Tras 17 meses de pandemia, los hogares que viven en las zonas urbanas de Costa Rica han logrado recuperarse mejor y al menos acercarse a los niveles de pobreza que tenían antes de la crisis sanitaria; sin embargo, en los hogares de las zonas rurales la situación más bien ha empeorado.
Así los reflejan los resultados de la medición de la pobreza que realizó el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC) por medio de la Encuesta Nacional de Hogares 2021.
Según dicho estudio, la pobreza bajó de 26,3%, en el 2020, a 23% este año; sin embargo, se mantiene por encima del 21% que había en el 2019 antes de la pandemia.
Ese 23% incluye a cerca de 383.500 hogares y 1.351.668 personas.
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La medición se hace por línea de ingreso, lo cual significa que se define un monto de dinero para cubrir las necesidades básicas. Los hogares que reciben por debajo de este ingreso se consideran pobres.
En el 2021 dicho ingreso fue de ¢114.670 por persona, al mes, para la zona urbana, y ¢88.300 para la zona rural. Así, por ejemplo, una familia de 4 personas de la zona urbana que recibe menos de ¢458.680 al mes se considera pobre.
En el caso de la zona urbana la pobreza subió de 19,8%, en el 2019, a 26,4%, en el 2020, pero este año con la recuperación de la economía logró bajar a 21,8%.
La zona urbana cubre áreas geográficas donde los cuadrantes están claramente definidos, tiene calles, aceras, servicios urbanos (recolección de basura, alumbrado público) y actividades económicas como: industria, grandes comercios y servicios diversos.
En la zona rural la pobreza pasó de 24,2%, en el 2019, a 25,5%, en el 2020 y a 26,3%, en el 2021.
En la zona rural predominan actividades agropecuarias, pecuarias, silvícolas y turísticas; dentro de esas zonas se pueden encontrar conglomerados de viviendas y viviendas dispersas; así como centros poblados, con disposición de servicios de infraestructura como electricidad, agua potable y teléfono; cuentan con servicios como escuela, iglesia, parque o plaza de esparcimiento, centro de salud, guardia rural, entre otros y pequeños o medianos comercios, según detalla el INEC en el documento: Clasificación de distritos según grado de urbanización.
La disparidad en la variación de la pobreza en el 2021 también se nota por región, donde hubo reducciones en la pobreza en la Central (incluye partes de San José, Alajuela y Heredia, entre otros) y la Chorotega (principalmente Guanacaste); pero no hubo variaciones significativas en la Pacífico Central (Puntarenas, entre otros), Huetar Caribe (Limón, entre otros) y Huetar Norte (San Carlos y Los Chiles, entre otros), según el INEC.
Sin embargo, en la Huetar Caribe y Huetar Norte sí hubo aumentos significativos en la pobreza extrema donde los ingresos no alcanzan ni siquiera para los alimentos básicos.
En la región Brunca (incluye Pérez Zeledón y otros) hubo un aumento muy fuerte en la pobreza, de siete puntos porcentuales en el 2021 respecto al 2020, hasta alcanzar 33,5%, el mayor nivel en el país y también en la pobreza extrema, la cual aumentó de 5,9% a 10,2%. Esta región, contrario a todas las demás, había experimentado una reducción en la pobreza en el 2020.
Baja en subsidios afectó a la zona rural
Para Juan Robalino, economista y director del Instiuto de Investigaciones en Ciencias Económicas de la Universidad de Costa Rica, es preocupante lo que está ocurriendo en las regiones Brunca, Huetar Caribe y Norte, donde, tanto la pobreza total como la pobreza extrema siguen en aumento.
“El aumento en la pobreza en estas regiones tiene que ver con la lenta recuperación de empleos que se ha venido evidenciando en la Encuesta Continua de Empleo, sobre todo en el sector de alojamiento y servicios de comida. También hay que considerar las reducciones en las ayudas sociales que han sido significativas con respecto al año pasado”, indicó el economista.
Eddy Madrigal, coordinador de la Encuesta Nacional de Hogares, comentó que se requiere más análisis para comprender lo que sucede en la zona rural y estas regiones, pero recordó que en estos lugares la participación de los subsidios estatales y las becas sí tienen una mayor participación en los ingresos de los hogares y estos cayeron fuertemente en el 2021.
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El ingreso proveniente de subsidios estatales y becas presentó una disminución estadísticamente significativa de 60,3% en el 2021, respecto a la estimación del año anterior, pasando de ¢46.733 por hogar, en el 2020, a ¢18.553, en el 2021.
“Esta importante disminución en las transferencias estatales está explicada principalmente por la desaparición del ingreso proveniente del Bono Proteger, que se entregó al año anterior a las personas que se vieron afectadas en su condición laboral, debido a la emergencia nacional que está atravesando el país producto de la covid-19″, explicó el INEC en el documento de Resultados Generales.
Para el economista Ronulfo Jiménez, con los resultados se puede ver el vaso medio lleno o medio vacío.
Medio lleno porque los indicadores de pobreza y de nivel de ingreso mejoraron en el 2021 respecto al 2020 y eso va en línea con la recuperación que la economía ha tenido en el 2021 respecto al año pasado, lo cual es positivo.
“¿Dónde el vaso está medio vacío? Es que todavía no se alcanzan los niveles de pobreza e ingreso que había en el 2019; es decir, que la mejora no ha sido suficiente para revertir la crisis de 2020″, comentó.
“El país tiene un gran reto para recuperar al menos lo que habíamos alcanzado en el 2019, y hay más de un millón de personas que se encuentran en situación de pobreza y eso, definitivamente, es un gran reto desde el punto de vista de la recuperación de la producción y el empleo para sacar más hogares de la pobreza, y también un reto de los programas sociales de ser más efectivos en sacar a personas de la pobreza”, añadió Jiménez.