Los sueldos de los trabajadores costarricenses perdieron un 7% de su capacidad de compra debido al aumento de la inflación en el país. Así se evidencia al comparar el mes de setiembre pasado con el mismo periodo del 2021.
Desde mayo anterior, las personas que tienen como ingreso principal su salario pierden poder adquisitivo, según muestran los resultados de la variación internacional de los ingresos de los ocupados en la Encuesta Continua de Empleo del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC). También los salarios mínimos reales que calcula el Banco Central de Costa Rica (BCCR) presentan una caída desde enero del 2021.
En el tercer trimestre del 2021, el ingreso promedio mensual en el empleo principal de los trabajadores de Costa Rica, que proviene principalmente del salario, era cerca de ¢470.617 y luego subió a ¢483.215, en el mismo periodo del 2022, es decir, 2,7% más. Sin embargo, el aumento no alcanza para comprar más bienes y servicios pues en ese periodo el indicador de precios aumentó 10,4%.
Durante la pandemia los trabajadores también tuvieron caídas en sus ingresos reales (surgen cuando a la variación en los ingresos se le resta la inflación) debido a que muchos sufrieron recortes de jornadas y de ingresos. Apenas este indicador se recuperaba en la segunda parte del 2021 y los primeros meses del 2022 cuando el fuerte incremento en la inflación volvió a generar una caída, esta vez por la vía de los precios.
La situación también se refleja en el índice de salarios mínimos reales que calcula el Banco Central, el cual ha mostrado caídas desde marzo del 2021.
El economista Dennis Meléndez llamó la atención de que los estratos más pobres dedican casi un 65% de su ingreso a alimentos y estos son los bienes que más han subido (20,72% a setiembre).
La caída en los ingresos reales es un fenómeno que también viven otros trabajdores del mundo.
Según el último informe de perspectivas económicas de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) de 32 naciones analizadas, 30 han sufrido caída en los ingresos por trabajador entre setiembre 2021 y setiembre 2022.
La caída en los salarios reales entre estos países va desde 0,25% hasta casi 9%. En los países en los cuales menos ha bajado la compensación real por trabajador en el tercer trimestre del 2022 respecto al mismo periodo del año anterior fueron: Hungría, Suiza, Bélgica, Noruega, Francia y Nueva Zelandia, mientras que los que sufrieron un fuerte deterioro en este indicador fueron: Eslovaquia, Lituania, México, Estonia Eslovenia y República Checa.
Salarios reales caen
FUENTE: OCDE. || INFOGRAFÍA / LA NACIÓN.
Implicaciones
Meléndez explicó que la población de ingresos medios y altos puede mantener con ligeras variaciones la canasta de consumo y, probablemente, se restringen en sus niveles de ahorro. No obstante, los de menores ingresos deben hacer ajustes en el consumo.
Algunos de estos trabajadores también tienen préstamos y se han visto golpeados por el aumento en sus cuotas debido al incremento en las tasas de interés.
La información trimestral sobre el gasto de consumo final de los hogares que publica el Banco Central muestra que este indicador se ha venido desacelerando este año hasta alcanzar un 3,5% en el tercer trimestre del año.
También hay indicios de que los hogares han reacomodado sus gastos. De acuerdo con la firma de consultoría Kantar, durante abril de este año, comparado con el mismo mes del año anterior, los costarricenses mostraron un comportamiento de compra dirigido hacia la canasta básica y reducción de la demanda de algunos lácteos y productos de cuidado personal.
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La situación también pone presión hacia los patronos para aumentar los salarios nominales. En el caso de Costa Rica, el Consejo Nacional de Salarios aprobó un aumento de 6,6% para los salarios mínimos del sector privado a partir del 2023.
La economista Gloriana Ivankovich, advirtió que este ajuste es de aplicación obligatoria únicamente a aquellos puestos que reciben aquellos salario mínimo y es menor al incremento de la inflación. Por otra parte, los salarios del sector público permanecen congelados por la aplicación de la regla fiscal.
“Los ajustes son rezagados y no compensan toda la inflación pasada, lo cual significa que la pérdida de poder adquisitivo persiste. Es necesaria una reducción mayor de la inflación, de manera que el esquema de ajustes permita una parte de la recuperación”, comentó la economista.
Perspectivas
Meléndez explicó que el Banco Central está previendo una reducción en la tasa de crecimiento de los precios para el 2023, lo cual no significa que estos se reducirán.
“Seguirán creciendo, pero a una tasa menor que este año. Pero todo esto tiene un margen de error importante, pues también depende de lo que pase en el exterior”, dijo Meléndez.
El economista comentó que si bien todos los países están previendo una disminución del ritmo inflacionario, hay factores no predecibles como el precio del petróleo, de las materias primas y bienes industriales que puedan estar afectados por la guerra en Ucrania, y otros.
Además, no todos los incrementos de precios ya han absorbido los cambios en la situación económica interna y externa. Por otra parte, hay riesgos de que la cantidad de dinero en circulación sea mayor que los bienes y servicios existentes, lo que puede generar presiones sobre los precios.
“El poder adquisitivo de los consumidores continuará cayendo, al aumentar los precios mientras que el aumento de los salarios no será suficiente para compensar los incrementos. En este caso es donde podemos hablar propiamente de que el costo de la vida para el costarricense promedio continuará creciendo”, comentó Meléndez.
Algunas ideas para defenderse
Ante esta situación los caminos son: tratar de generar más ingresos, usar el ahorro o limitar el gasto.
Para limitar el gasto Meléndez brindó algunos consejos como medir exactamente en qué gasta el ingreso y eliminar, en la medida de lo posible, aquellos rubros no indispensables.
“Muchas veces la gente no cuida el gasto tipo ‘hormiga’ en cosas a las que no le presta atención y las adquiere simplemente por impulso, porque le gustaron o le parecieron que en algún momento les serán de utilidad. En estos momentos hay que aprender a controlar esos deseos por bienes innecesarios”, comentó Meléndez.
Tampoco es el mejor momento para comprar bienes de consumo duraderos, como electrodomésticos o incluso automóviles. Si existe la posibilidad de repararlos es mejor hacerlo y esperar mejores tiempos.
En la población de más bajos ingresos su defensa está en tratar de encontrar sustitutos más baratos para los bienes que adquieren.
Y para todos los grupos, es importantísimo ser cuidadosos en el consumo de servicios públicos como energía, agua, teléfono y transporte público.
“Un buen consejo es dejar en funcionamiento solo las luces estrictamente necesarias, para que no haya la tentación de estarlas prendiendo y apagando innecesariamente”, comentó Meléndez como ejemplo.
Respecto al teléfono celular, pues los fijos pasaron a ser un bien innecesario, dijo Meléndez, limitar las llamadas a lo estrictamente necesario y usar siempre que sea posible, servicios de no pago. Y aún estos, pueden representar un consumo de la carga del teléfono, por lo cual hay que mantener apagadas todas las aplicaciones el mayor tiempo posible.