Los salarios reales, es decir, una vez descontada la inflación, recobraron su capacidad de compra en mayo y junio, luego de 13 meses consecutivos en terreno negativo debido a las altas inflaciones del año pasado. Sin embargo, esta recuperación es leve y varía según las circunstancias de cada trabajador.
Según el Informe de Política Monetaria del Banco Central de Costa Rica (BCCR), en mayo del 2023 se observó un aumento positivo en los ingresos reales del 1,3%, mientras que en junio esta cifra alcanzó el 3,4%. Como resultado, aquellos que dependen exclusivamente de su sueldo para subsistir recuperaron su poder adquisitivo después de más de un año de contracción.
En un caso concreto, un empleado que en junio del 2022 tenía un salario mensual de ¢450.000 para cubrir los gastos del hogar, disponía, luego de 12 meses, de ¢15.300 adicionales para cumplir con sus responsabilidades financieras. Contrastando con esto, en febrero la situación era distinta, ya que en ese mismo mes el empleado experimentaba una reducción de ¢27.000 debido a una disminución del 6% en el poder adquisitivo de los salarios.
“En materia de salarios hay características muy llamativas, ya hay una recuperación de los salarios reales. Recuerden que tuvimos un deterioro por la alta inflación, pero es heterogéneo. Lo que se observa que los salarios que más se recuperan son los de baja y media calificación, los de alta todavía no se recuperan”, explicó Róger Madrigal, presidente del BCCR.
El informe, publicado el 30 de julio, resalta que la mejora en los salarios se debe a un ligero incremento en el ritmo de crecimiento de los ingresos nominales, es decir, sin ajustar por la inflación, así como a una significativa desaceleración en la inflación.
En cuanto al índice de precios al consumidor (IPC) calculado por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), presentó una variación interanual de -2,29% durante julio, marcando el segundo mes consecutivo de descenso. Este indicador decreció desde su punto más alto en agosto pasado, cuando alcanzó el 12,3%.
Fernando Naranjo, socio de la firma Consultores Económicos y Financieros (Cefsa), explicó que es importante tener en cuenta que los salarios son solo uno de los componentes de los ingresos familiares, y que la recuperación de los salarios reales se debe principalmente a la disminución de la inflación, no a un incremento significativo en los salarios nominales.
“Es probable que los salarios reales tiendan a mejorar, lo cual es normal después de un año de caída”, comentó el economista. Sin embargo, señaló que también es necesario considerar la situación del mercado laboral, ya que en los últimos meses ha habido una disminución en el número de empleados.
Por su parte, Norberto Zúñiga, economista de Ecoanálisis y de la Academia de Centroamérica, calificó como “parcial” la recuperación en los ingresos reales, después de un periodo en el que la inflación afectó considerablemente el poder adquisitivo de los hogares.
Para analizar las remuneraciones de los asalariados, el Banco Central calculó un salario promedio nacional, nominal y real, tomando en cuenta todas las actividades económicas. El primer tipo no considera el efecto de la inflación, mientras que el segundo sí lo hace.
La autoridad monetaria basa su análisis en los datos del INEC, y se enfoca únicamente en los empleados asalariados, excluyendo a trabajadores independientes y otros tipos de ingresos más allá del salario.
Diferencias
El análisis realizado por el BCCR, presentado por el presidente de la autoridad monetaria, muestra una variación significativa al comparar los salarios reales en los sectores público y privado, así como según la calificación laboral y el género del trabajador.
En junio pasado, la variación en el grupo de trabajadores del sector privado fue del 6,7%, mientras que en los funcionarios públicos esta variación fue del -6,4%. Aunque esta última cifra sigue siendo negativa, la disminución es menor que en meses anteriores.
Esto se debe a que la remuneración de los empleados públicos experimentaron una disminución continua en el poder adquisitivo desde febrero de 2020, la cual se aceleró con el aumento de la inflación. Por otro lado, en las empresas privadas, la caída en los salarios reales se dio a partir de mayo de 2022 y no se revirtió sino hasta marzo.
Según Zúñiga, los ajustes salariales en el sector público se deben al cumplimiento de las medidas de contención del gasto establecidas por la regla fiscal. Esta regla dicta que cuando la deuda pública supera el 60% del producto interno bruto (PIB), los salarios no pueden aumentar más que el costo de vida.
Las proyecciones del Banco Central, incluidas en su último Informe de Política Monetaria, indican que la deuda del Gobierno central alcanzaría el equivalente al 59,4% del PIB en 2025. Antes de esta previsión, se esperaba que este umbral se superara en 2026.
En el caso del sector privado, Naranjo resaltó que esto podría estar relacionado con el crecimiento de las empresas en zonas francas, ya que en los últimos años este régimen especial ha tenido un impacto significativo en las remuneraciones salariales de este grupo de trabajadores.
Otras diferencias señaladas por la autoridad monetaria incluyen que el aumento en los salarios se concentró en empleos con calificaciones medias (4,5%) y bajas (7,1%), mientras que aquellos con calificaciones altas sufrieron una disminución del 1%.
Esta tendencia se repite entre hombres y mujeres, ya que los salarios reales de los trabajadores masculinos aumentaron 4,4% en mayo, mientras que los de las trabajadoras cayeron 3,6%. La situación de las mujeres es particularmente preocupante, ya que 78.000 de ellas salieron de la fuerza laboral en los últimos doce meses.
Implicaciones
Tanto el deterioro como la mejora en los salarios reales tienen implicaciones evidentes en la demanda interna. Al recuperar el poder adquisitivo, los grupos familiares disponen de una porción mayor de sus ingresos en comparación con un año anterior.
“Cuando los salarios reales disminuyen, el poder adquisitivo de las personas se reduce. Por otro lado, cuando los salarios aumentan, el poder de compra aumenta o, al menos, se restaura. En principio, dado que la demanda estuvo contenida en el año anterior, es probable que veamos un aumento en esta”, explicó Zúñiga.
Sin embargo, el economista de Ecoanálisis y la Academia de Centroamérica señaló que, debido a las diferencias en los aumentos salariales, la demanda podría concentrarse en ciertos bienes específicos, especialmente aquellos consumidos por los grupos que más han recuperado su poder adquisitivo.
En el caso de la inflación, se ha observado un patrón similar. El BCCR reconoció que es posible que algunas personas no hayan experimentado una reducción en los precios al realizar sus compras, ya que la disminución en el índice se concentró en grupos de bienes consumidos principalmente por personas de ingresos más altos, como la categoría de transporte.
Recientemente, un informe de la firma Kantar sobre los hábitos de compra en Centroamérica destacó que, aunque la región aún no ha recuperado por completo los volúmenes de compra debido a la inflación, países como El Salvador, Costa Rica y Panamá están comenzando a mostrar comportamientos positivos.
Según el informe, los consumidores en estos países están visitando las tiendas con mayor frecuencia y muestran una preferencia por productos en presentaciones más pequeñas y marcas privadas.