Recuperar a los turistas y los ingresos por turismo que Costa Rica había logrado antes de la pandemia tomará al menos un par de años más, según las proyecciones más recientes del Banco Central. Esto empuja a muchos trabajadores de esta actividad a buscar otras vías de sustento y a pequeñas empresas a replantearse.
Según publicó el Banco Central en su Informe de Política Monetaria, en el 2021 los ingresos recibidos por turismo alcanzaron $1.532 millones, por encima de los $1.328 millones del 2020, pero muy por debajo de los $3.988 millones del 2019. Para el 2022 la entidad proyecta ingresos por $2.733 millones, para el 2023, de $3.723 millones, pero sería hasta el 2024, con $4.141 millones, que el país alcance y rebasar el ingreso obtenido antes de la pandemia.
Según explica Rubén Acón, presidente de la Cámara Nacional de Turismo, los ingresos por esta actividad tienen la característica de que se quedan en su mayoría en territorio nacional, se distribuyen por el país y que la gran mayoría de empresas del sector son micro o pequeñas.
Proyecciones del turismo
FUENTE: BANCO CENTRAL || INFOGRAFÍA / LA NACIÓN.
En el Informe, el Banco explica que, según la encuesta de setiembre del 2021 realizada al panel de expertos de la Organización Mundial del Turismo, se espera un repunte del turismo en el 2022, concentrado en el segundo y tercer trimestre e impulsado por una demanda que se mantuvo reprimida en los dos años previos. Sin embargo, aproximadamente la mitad de los consultados prevé un retorno de las llegadas internacionales a los niveles del 2019 en el 2024 o un poco más tarde.
Este organismo advierte de que el comportamiento futuro de la actividad continúa incierto, pues puede ser afectada por diferencias en los procesos de vacunación en los distintos países y la introducción de restricciones en algunos destinos debido al surgimiento de nuevas variantes del virus, tal como sucede con la ómicron.
En el caso de Costa Rica, los factores específicos que contribuyen a reactivar el sector son que el Instituto Costarricense de Turismo (ICT), junto al sector privado, así como Aeris y Coriport (operadores de los aeropuertos Juan Santamaría y Daniel Oduber, respectivamente), trabajan en la atracción de nuevas rutas aéreas.
Adicionalmente, ayuda la seguridad que brinda la aplicación de las vacunas en Costa Rica; y que el país se comercializa en los mercados internacionales como un destino enfocado en naturaleza, experiencia, bienestar y a un nivel de pequeña escala frente a destinos enfocados en el volumen como estrategia competitiva.
Tadeo Morales, vocero y vicepresidente de Arenal Cámara de Turismo y Comercio, comentó que un concepto es la reactivación, la cual ya inició, pues ya están trabajando de nuevo, aunque algunos con menos personal o menos servicios, y el otro la recuperación financiera de las empresas, la cual estiman que tardará unos tres años para algunas empresas.
Esta recuperación se ve afectada, actualmente, por el aumento de los precios de los insumos, como por ejemplo, los combustibles, los productos de limpieza o el aceite en los restaurantes.
El Banco Central explica en el Informe que en las últimas cuatro décadas, el turismo pasó de ser una actividad de poca importancia relativa en la economía costarricense a convertirse en un motor para el crecimiento económico.
Entre 1980 y el 2019, la partida de viajes, que incluye los gastos de turistas en el país, pasó de representar 7% del total de exportaciones a un 17,5%, en el 2019, tras la pandemia, este peso disminuyó hasta ubicarse en 6,5% del total de exportaciones en el 2021.
Gustavo Alvarado, ministro de Turismo, comentó que las proyecciones del ICT, con base en los datos de visitación turística de los años 2020 y 2021, dibujan un panorama similar al reflejado en el informe del Banco Central.
“Al ser la incertidumbre una constante en las circunstancias sanitarias actuales, los resultados son sensibles a un sinnúmero de factores, entre ellos las condiciones económicas en nuestros mercados prioritarios y la confianza o el temor a viajar en las personas. Por esta razón, es importante considerar que tanto nuestras proyecciones como las del Banco Central son una fotografía que puede cambiar, y que el año 2022 está aún por escribirse”, dijo Alvarado.
Mientras, ¿qué hacen las personas?
Para Acón, las proyecciones del Banco Central son optimistas y la principal preocupación indicó es: ¿qué hacen los que dependen del turismo hasta el 2024? Explicó que muchos trabajadores están buscando otras opciones laborales y muchas pequeñas empresas no soportarán tanto tiempo y terminarán vendiendo los activos, pero esto provoca otro problema en el futuro: cuando los turistas vuelvan como antes ya el país no tendrá la infraestructura física y humana de antes y eso afectará la calidad de los servicios.
“¿Qué nos está sucediendo? Estamos perdiendo la fuerza laboral capacitada, especializada que hemos logrado preparar durante tantos años, entonces cuando empieza a haber un poquito de trabajo y usted quiere contratar o recontratar personal ya no está”, comentó Acón.
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El representante del sector privado considera que la política pública debería contribuir a apoyar a este sector mientras se recupera, pero considera que se han dado pasos en el sentido contrario, por ejemplo, la eliminación de la flexibilización crediticia para el sector sin considerar que el turismo está lejos de la normalidad; el caso del crucero Norwegian Bliss que no pudo desembarcar en el Puerto de Caldera debido a que 15 personas estaban contagiadas con la covid-19 y los tiempos que tardan los turistas en Migración para ingresar o salir en este momento de temporada alta.
Según la Encuesta Continua de Empleo que elabora el Instituto Nacional de Estadística y Censos, en el cuarto trimestre del 2021, el 21,7% de los trabajadores del sector de transporte y almacenamiento reportaron afectaciones laborales por la pandemia y el 16,5% de los de hoteles y restaurantes.