De los 82 cantones que existían en Costa Rica en el 2022, solamente seis entran al grupo de altamente competitivos, mientras que en el otro extremo, 12 presentan un desempeño deficiente. Así lo revela el III Informe Nacional de Competitividad, presentado este 13 de diciembre por el Consejo de Promoción de la Competitividad (CPC).
Belén, Montes de Oca, Heredia, Cartago, San Pablo y Santa Ana son los municipios con los niveles más elevados de competitividad en el país. A esta lista se suman otros 16 con niveles de competitividad. La mayoría de los mejor evaluados se ubican dentro de la Gran Área Metropolitana (GAM), a excepción de Grecia, Palmares y San Carlos.
El CPC define competitividad como el conjunto de instituciones, políticas y factores que crean las condiciones para que los distintos actores económicos puedan desarrollar su potencial, mediante un ambiente propicio para generar inversiones y emprender proyectos que potencien la economía de la región, mejoren la calidad de vida de sus habitantes, su productividad y la sostenibilidad.
Para entrar en el grupo de “altamente competitivo”, los cantones deben tener un rango igual o mayor a 65,1 puntos. Para ser “competitivo”, entre 65 y 60,4. En tercer lugar están los emergentes, entre 60 y 55,1. Por detrás se ubican los de competitividad limitada, con valores entre 55 y 50,1 y por debajo de 50 puntos, los deficientes.
Andrés Fernández, economista e investigador del CPC, explicó que los cantones con el mayor Índice de Competitividad Nacional (ICN) destacan por sus indicadores sobresalientes en salud, educación e infraestructura de transporte, lo que les permite mantener su posición.
Los cantones con indicadores limitados o deficientes abarcan el 60% del territorio nacional y albergan al 25% de la población. Esto significa que uno de cada cuatro habitantes reside en un lugar con bajos índices de competitividad.
Fernández explicó que se evalúan tres categorías para medirla: ambiente, capital humano y económico, que a su vez se dividen en seis pilares: instituciones; infraestructura; adopción de tecnologías de información y comunicación; salud; habilidades y competencias; y dinamismo económico. Cada uno de estos pilares se mide en 29 dimensiones.
De toda esta información recopilada entre instituciones públicas, con datos en su mayoría hasta el año 2022, surge el Índice de Competitividad Nacional, que muestra la situación de cada cantón y los clasifica en los cinco grupos: altamente competentes (7,32% de los cantones en 2022), competentes (19,51%), emergentes (32,93%), limitados (24,39%) y deficientes (15,85%).
El índice va de 0 a 100 puntos, siendo mayor el puntaje cuanto mayor sea la competitividad. Fernández indicó que es improbable que un cantón obtenga más de 90 puntos en todos los indicadores.
“La competitividad en el país es baja. Incluso los que están más arriba podrían mejorar, pero también hay muchos indicadores donde todos los cantones lo están haciendo bien”
— Andrés Fernández
En esta edición, 42 cantones experimentaron un aumento significativo en su puntuación, mientras que 13 redujeron su puntaje de manera notable.
Los cinco cantones que más progresaron en competitividad fueron León Cortés, Turrubares, Golfito, La Cruz y Guácimo. Según el informe, la mejora en estos lugares se debe, principalmente, a avances en salud, infraestructura e instituciones.
Brechas con la GAM se estrechan
Según el informe del CPC, los cantones situados fuera de la GAM disminuyeron la disparidad en competitividad respecto a los ubicados en la zona central del país.
Andrés Fernández considera esto como una noticia positiva, ya que la mayoría de ellos mostraron mejoras en sus niveles de competitividad, y destacó que los progresos fueron incluso mayores a los de cantones de la GAM.
Al agrupar todos los cantones costeros o fronterizos, se observa un aumento de 2,4 puntos porcentuales (p. p.) en su índice de competitividad respecto al 2022. Aquellos fuera de la GAM pero que no son costeros ni fronterizos experimentaron una mejora de 0,8 puntos. Mientras que los de la GAM registraron un crecimiento de 0,6 p. p.
“Esto nos indica que las brechas que existían se vienen cerrando, pero siguen existiendo. A pesar de que crecieron mucho, los cantones fuera de la GAM siguen siendo los de menores niveles de competitividad, y de hecho son muy bajos”, explicó Fernández.
La adopción de las Tecnologías de Información y Comunicación (TIC) fue el pilar que más aportó para la mejora de la competitividad en casi todos los lugares, según el informe.
Por otro lado, el sector eléctrico, constructivo y la salud fueron los que más influyeron en la disminución de la competitividad. Según Fernández, la frecuencia y duración de las interrupciones en el servicio eléctrico, así como los aumentos en los costos, impactaron los niveles en el 2022.
Retos se mantienen
A pesar de la mejora generalizada, el informe destaca una serie de retos que persisten en términos de competitividad en Costa Rica.
El CPC señala la necesidad de potenciar las habilidades y competencias de las personas a nivel nacional, incluso de los adultos. De acuerdo con el estudio, solo el 30% de los adultos logró concluir la secundaria.
Otro hallazgo del informe revela que de los 37.000 kilómetros de red vial cantonal, el 62% se encuentra en mal estado (casi 23.000 km). Por lo que urgió mejoras en ese aspecto.
En tercer lugar, destaca la urgencia de gestionar la transformación digital de los gobiernos locales, especialmente en 66 municipalidades que presentan deficiencias para manejar los datos y garantizar la disponibilidad y seguridad de la información.
Otro reto, de acuerdo con el Consejo, es reducir las desigualdades en la generación de valor agregado. Once cantones concentran el 60% del valor agregado de la producción de todo Costa Rica, de los cuales solo dos no se encuentran en la GAM (San Carlos y Liberia).
Finalmente, subraya la necesidad de fortalecer la competitividad de manera sostenible, ya que solo siete municipalidades informaron de un nivel de aprovechamiento de residuos superior al 10%. Además, en 14 cantones, más del 20% de las viviendas no tienen acceso a agua potable.