La Junta Directiva del Banco Central acordó mantener el nivel de la tasa de política monetaria (TPM), en el 9,00% anual. La decisión se tomó en la sesión de este miércoles 25 de enero.
Entre las consideraciones que evaluó el emisor para dejar el indicador sin cambios, se menciona el actual comportamiento de la inflación, que si bien ha cedido en los últimos meses, se mantiene por encima del objetivo establecido por la autoridad monetaria (3%, con una desviación de un punto porcentual hacia arriba o abajo).
Este comportamiento de la inflación también se observa en otros países, destacó el Banco, por medio de un comunicado enviado la noche de este miércoles. En este informe apuntó que pese al retroceso de la inflación mundial, los riesgos al alza permanecen latentes.
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La entidad también argumentó que sus modelos indican que el comportamiento a la baja de la inflación continuaría en el 2023, y permitiría su retorno al rango de tolerancia alrededor de la meta en el último trimestre del presente año.
La tasa de política monetaria es una referencia que establece el Banco Central y es importante porque tiene impacto en el resto de tasas de interés del mercado, tanto de ahorros como de créditos.
A partir de diciembre del 2021, el BCCR comenzó a elevar este indicador desde el 0,75% en el cual se encontraba, como medida para frenar el aumento de la inflación.
“La desaceleración de la inflación reflejaría, en parte, la evolución de los precios internacionales de materias primas, en particular del petróleo, así como el efecto de las medidas de política monetaria restrictiva sobre la inflación subyacente. No obstante, persisten riesgos al alza que podrían retrasar ese retorno de la inflación al rango de tolerancia”, expresó el emisor.
Entre los riesgo destacó la inercia de las expectativas de inflación; y la elevada incertidumbre generada por lo prolongado del conflicto bélico entre Rusia y Ucrania y por los rebrotes de la covid-19 en China. “Ambos factores tienen implicaciones económicas directas, por su incidencia en los precios internacionales de las materias primas y en los costos de transporte”, afirmó.
“Con la información disponible a la fecha, salvo que la materialización de los riesgos antes citados genere efectos de segunda ronda, el Banco Central estima que no hay elementos que permitan prever incrementos adicionales en la TPM en el futuro cercano”, concluyó el emisor.
Influencia sobre el costo del dinero
Mantener una inflación baja y estable es uno de los objetivos establecidos por ley para el Banco Central. Además, es la manera con la cual la entidad monetaria busca proteger el poder adquisitivo de la población.
También reduce los costos de transacción e información y, además, facilita el cálculo económico. Todo ello incide positivamente en la actividad económica y en la generación de empleo, argumentó el Banco.
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La TPM es el instrumento que tiene el Banco Central para influir en el resto de intereses en colones en Costa Rica. Con el aumento de la tasa puede restringir la oferta de dinero en la economía, estimular el ahorro y encarecer el financiamiento para frenar las presiones sobre la inflación.
Por ejemplo, la tasa básica pasiva (TBP) usada como referencia para más de 700.000 operaciones de crédito en Costa Rica reporta varios meses consecutivos de ascenso y, para este jueves, se ubicará en 6,52%; pero a comienzo del 2022 estaba en 3,5%, según el BCCR.
Por otra parte, los deudores cuyas préstamos usan la tasa de referencia interbancaria (TRI), calculada por la Cámara de Bancos, enfrentan un movimiento más acelerado en el interés de su operación. Actualmente, el indicador a seis meses está en 9,71%; pero a comienzos del 2022, estaba en 2,82%.