Los trabajadores del 20% de hogares más pobres deben sostener, en promedio, a 2,4 miembros, mientras en el 20% de familias con más recursos el indicador es de 0,59.
A este factor se añade que a los trabajadores de hogares con menos recursos les cuesta más conseguir trabajo.
En el 20% de hogares más pobres (I quintil) el desempleo es del 25%, en contraste con el 2% en los hogares con más entradas (V quintil).
Este perfil proviene de los resultados de la Encuesta Nacional de Hogares 2014, que publicó el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC) el 30 de octubre pasado.
A estas dificultades se añade que los trabajadores de hogares pobres enfrentan más incumplimientos en las garantías laborales, según reportó el XX Informe sobre el Estado de la Nación, publicado el 11 de noviembre pasado.
Los resultados. La manutención de más personas en los hogares de menores recursos se nota en un indicador denominado “relación de dependencia económica”, que calcula el INEC.
Este indicador se define como la relación entre la población menor de 15 años y fuera de la fuerza de trabajo respecto a la población que trabaja.
En el 20% de hogares más pobres, este indicador, en el 2014, fue de 2,42, mientras en las familias más adineradas, de 0,59.
Esto significa que, por cada persona que labora, hay 2,4 que dependen de ella porque son menores de 15 años o porque no trabajan.
Esto obedece, en parte, a que los hogares con menos recursos tienen más niños y ancianos.
Según los datos de la consulta, en las familias con menos recursos hay 0,7 personas menores de 15 años o mayores de 64 por cada una que está entre 15 y 64 años (en edad de trabajar).
En los hogares más adinerados esta relación es de 0,27.
Además, el XX Informe del Estado de la Nación añade que un tercio de los trabajadores en pobreza extrema es víctima de un incumplimiento total de sus garantías y casi la mitad de los pobres (55,8%) no recibe el salario mínimo.
La baja escolaridad de los miembros de hogares pobres es una de sus principales limitaciones.
Dinámica compleja. “Cuando uno ve el perfil de los pobres, no ha cambiado, y, además, mantienen condiciones muy adversas, desde cualquier parte que uno lo vea; tienen más miembros por hogar, más niños y niñas adolescentes y tienen, además, mayores tasas de desempleo”, comentó Natalia Morales, investigadora del Progra Estado de la Nación.
Morales detalló que, entre los trabajadores en extrema pobreza, el desempleo llega al 40%.
Víctor Hugo Céspedes, investigador de la Academia de Centroamérica, explicó que los factores que inciden en los perfiles mencionados (señalados en el infográfico) son variados y, en general, interdependientes y se refuerzan unos con otros.
“Forman el famoso círculo de la pobreza”, comentó.
¿Cómo romper el círculo? Pablo Sauma, investigador del Instituto de Investigaciones en Ciencias Económicas de la Universidad de Costa Rica (IICE), explicó que en el I quintil están prácticamente todos los hogares pobres, mientras los pobres extremos son cerca de un 6%, entre quienes las características señaladas llegan a su máxima expresión.
Añadió que la forma más efectiva de ayudar a esos grupos dependerá de sus posibilidades de vincularse al mercado laboral.
Para los hogares en los cuales sus miembros no pueden trabajar por edad, porque son jefas de hogar que no pueden laborar o por invalidez, las transferencias en efectivo son la mejor solución.
“Para los que pueden trabajar, el asunto pasa por la generación de empleos, principalmente de calidad, con el fin de reducir el desempleo y mejorar la inserción de los que tienen trabajos de mala calidad, garantizar el pago de los salarios mínimos y las condiciones laborales, así como la capacitación”, explicó Sauma.
En el caso de los trabajadores independientes, añadió, es necesario el apoyo productivo vía créditos y asistencia técnica.
El ministro de Trabajo, Víctor Morales, explicó que el Gobierno impulsa programas para atender a las familias en pobreza y pobreza extrema con mecanismos de asistencia, pero señaló que esos son medios, no fines.
El objetivo final, agregó, debe ser dar oportunidades de empleo; para ello se definió el Consejo Nacional de Competitividad y se anunciarán alianzas con sectores productivos.