El trabajo doméstico no remunerado que realizan los miembros del hogar, de 15 años o más, como la limpieza, preparación de alimentos, cuidado de personas o realizar compras, tiene un valor de ¢9,6 billones. Esto equivale al 21,4% del producto interno bruto (PIB), informó el Banco Central de Costa Rica (BCCR) en la presentación de la Cuenta de Trabajo Doméstico no Remunerado, este jueves 30 de mayo. El informe presenta datos con corte al 2022.
Esta es la segunda entrega de estos datos; la primera publicación se hizo en 2019 con información del año 2017. De esta forma, el valor absoluto del trabajo doméstico no remunerado creció en ¢1,3 billones; sin embargo, disminuyó como porcentaje del PIB al pasar del 25% al 21,3% de la producción.
Mariam Alfaro, economista de la División de Análisis de Datos y Estadísticas del BCCR, explicó que la disminución no se centra en el porcentaje del PIB como indicador de la importancia del trabajo doméstico no remunerado, sino también en el aporte del monto nominal y los datos sobre las brechas y actividades que se desarrollan, lo cual también es importante para el análisis de la información.
En 2022, las mujeres realizaron un aporte del 14,3% (67,2% del total) del valor a la producción nacional, mientras que los hombres un 7% (32,8% del total). De esta forma, las mujeres aportan más del doble que los hombres en el trabajo doméstico no remunerado.
Según señaló la entidad, la brecha de género en este trabajo disminuyó levemente, pues en 2017 la participación de las mujeres equivalía al 71,4% del total. Para realizar el cálculo se estimó el número de horas dedicadas por tipo de actividad y el costo promedio por hora por tipo de actividad, para lo cual se considera una actividad similar; por ejemplo, en preparación de alimentos se considera la remuneración de un cocinero.
Durante el proceso, la autoridad monetaria utilizó como insumo la Encuesta Nacional de Uso del Tiempo que publicó el Instituto Nacional de Estadística y Censos en 2022, la Encuesta Continua de Empleo del 2022 y el Cuadro de oferta y utilización (COU).
Las actividades que mayor valor económico aportan a este tipo de labores son la preparación de alimentos, con un 30,5%; la limpieza y el mantenimiento de bienes, con un 25,8%; el cuidado de la niñez, con 13,3%; y las compras, pagos o trámites del hogar, con 8,8%.
En todos los casos, las mujeres participan más que los hombres; únicamente en la actividad de compras, pagos o trámites del hogar, ambos grupos aportan la misma cantidad de valor.
Por otra parte, la zona urbana representó un 73,2% del valor económico total, y el restante 26,8% correspondió a la zona rural.
Además de Alfaro, los datos los dieron a conocer Hazel Valverde, gerenta del BCCR; Adilia Caravaca, presidenta ejecutiva del Instituto Nacional de las Mujeres (Inamu) y Gabriela Mata, coordinadora de Programas ONU Mujeres en Costa Rica.
De acuerdo con los datos, si este trabajo se remunerara habría que pagar anualmente ¢3,1 millones a las mujeres y ¢1,55 millones a los hombres. El monto es relativamente bajo porque dicho trabajo tiene poca valoración en el mercado. Los montos del trabajo doméstico no remunerado no se incluyen en el PIB debido a que los servicios producidos para uso final de los hogares no se consideran como parte de la frontera de producción, a excepción de los servicios públicos para vivienda, según Alfaro.
Hazel Valverde, gerenta del BCCR, comentó que el informe reconoce la importancia para el bienestar individual y social de actividades realizadas día a día por los miembros del hogar. Por su parte, Adilia Caravaca señaló que el acceso a esta información permite dar realce al valor del trabajo que realizan las mujeres.
¿Cómo se compara el país con otras naciones?
Alfaro señaló que el valor económico de estas labores no remuneradas es menor en Costa Rica en comparación con países como Chile, México o Uruguay, pero mayor que en Colombia. La economista del BCCR explicó que, a modo de comparación, se buscó el dato en países que tuvieran el cálculo del valor del trabajo doméstico no remunerado en los últimos años.
La experta enfatizó en que los altos datos de Chile y Estados Unidos pueden estar influidos por el impacto de la pandemia, debido al aumento en las cargas de este tipo de labores que tuvieron los hogares, especialmente las mujeres. El estudio está basado en la Ley 9325, Contabilización del Aporte del Trabajo Doméstico no Remunerado en Costa Rica.