La pista de aterrizaje mide 2,7 kilómetros, y todos los requerimientos técnicos de un aeropuerto importante están en el Daniel Oduber de Liberia.
Aun así, la terminal se ha vuelto pequeña y, cuando coinciden varios vuelos de turistas, las tres personas de aduanas que revisan los equipajes y los nueve de Migración no dan abasto.
Además, a ese tumulto se suma el hecho de que no hay aire acondicionado.
En temporada alta, los vuelos comerciales de Delta llegan con más de 150 personas y a veces llegan charters con más de 300.
Según los registros del Oduber, en agosto, considerado bajo, se movieron por esa terminal 7.500 personas en cuatro líneas aéreas.
A partir del próximo año, se sumarán a los inquilinos del aeropuerto las aerolíneas American y Continental, la primera desde Miami, la otra de Houston.
Un sábado, por ejemplo, y según el itinerario esperado, aterrizarán estas dos, Delta y dos compañías de charters. Un día agitado.
Plan de ataque
Esta semana será adjudicada la licitación que determina quién diseñará los planos constructivos para la ampliación del aeropuerto, que costará ¢1.800 millones, explicó el director de aviación Civil, Alejandro Pinto.
Serán dos edificios, uno para entradas y otro para salidas, que suman 4.000 metros cuadrados y que se complementarán con los 1.700 actuales.
El presupuesto existe, pero, como el proceso llevará su tiempo, ya se realizan varias mejoras necesarias.
Pinto mencionó entre ellas la construcción, terminada, de una plataforma que permite cuatro aviones grandes estacionados. Costó ¢300 millones.
La sala de abordaje se remodeló con ¢40 millones. En el acceso principal se construye una estructura de ¢40 millones para protección contra sol y lluvia.
El refuerzo de personal, aún no detallado, será otra medida de contingencia.