Nueva York, 6 sep (EFE).- El arquitecto Daniel Libeskind, elegido para reconstruir la "zona cero", quiere convertir su Torre de la Libertad, de 541 metros de altura, en un nuevo icono que ilumine y revitalice el Bajo Manhattan, castigado tras los atentados.
En un encuentro en Nueva York con periodistas extranjeros, con motivo del segundo aniversario de los atentados del 11-S, Libeskind habló de su proyecto para la zona cero, denominado "Jardines en el Cielo", un conjunto de edificios coronados por una gran torre, que se convertirá en la más alta del mundo.
"Nueva York ama las alturas", aseguró contundente el arquitecto de origen polaco, convencido de que los neoyorquinos necesitan de un nuevo rascacielos que desafíe la gravedad.
Por ello, su proyecto contempla la edificación de una gran torre, denominada de la Libertad, que será incluso superior a la Torres Petronas de Malasia y que permitirá recomponer la silueta del bajo Manhattan, donde ahora destaca el vacío dejado por la ausencia del World Trade Center.
Según explicó el artista, la recomposición del horizonte es de suma importancia para la ciudad, porque la destrucción de las Torres Gemelas dejó a los neoyorquinos huérfanos de un icono y de un elemento de orientación en la ciudad.
Por ello, cree que lo más importante de la nueva "Torre de la Libertad" será su localización, en el castigado Bajo Manhattan, y su visibilidad, facilitada por la colocación de una "aguja" que se elevará a 541 metros de altura.
Sin embargo, "lo importante no es tanto el tamaño, sino lo que la torre nos diga. Y yo creo que la torre nos hablará de optimismo, de vitalidad, de relaciones humanas, de actividades sociales, de su relación con la Estatua de la Libertad", dijo el artista.
Además, su conjunto arquitectónico, servirá para crear un nuevo barrio en el Bajo Manhattan, un nuevo centro de diversión, de actividades sociales, exposiciones, reuniones y entretenimiento.
Sin embargo, el arquitecto reconoce que, inevitablemente, el nuevo complejo arquitectónico será un recuerdo y un homenaje para las cerca de 3.000 personas que perdieron su vida en los atentados del 11 de septiembre.
El equipo de Daniel Libeskind, artista nacido en Polonia en 1946 y afincado ahora en Nueva York, fue elegido tras una dura pugna con varios proyectos competidores.
Una de las características más singulares de su proyecto es que preservará el terreno donde se encontraban las Torres Gemelas como un espacio abierto, en el que podría ubicarse en el futuro el Monumento a las víctimas, cuya construcción todavía no ha sido adjudicada.
Una de los edificios del conjunto será una estación de transportes, proyecto en el que participará el arquitecto español Santiago Calatrava, que ya intervino en la conclusión de la Catedral neoyorquina de San Juan el Divino.
Libeskind tuvo palabras de reconocimiento para Calatrava, a quien calificó como un especialista en estaciones de transportes y comunicaciones, y que ha diseñado un "sitio confortable, bello, un sitio donde las personas que vengan o vayan a trabajar se sientan relajadas".
Según dijo, "la belleza y el placer de esta estación es una parte integral del éxito del proyecto en su conjunto. Y estoy muy contento de que Calatrava haya sido elegido".
En su conversación con los periodistas, Libeskind hizo especial hincapié en la seguridad, un concepto que adquirió un gran protagonismo tras los atentados de hace dos años y que ha cambiado la arquitectura del siglo XXI.
De hecho, su proyecto para la zona cero, que estará acabado en su mayor parte en cuatro años, contará con unas grandes medidas de seguridad, que lo harán casi "invulnerable". EFE
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