Por Alejandra Villasmil
Nueva York, 9 jul (EFE).- La falta de tiempo en la agitada vida neoyorquina ha llevado a personas cargadas de mucho trabajo a pagar a otros, con vidas menos complicadas, por quehaceres tan absurdos como ajustar los colores de su nuevo televisor.
Se trata de los trabajos más raros pero muy bien recompensados, como el del "comprador personal", que se encarga de hacer las compras de gente muy importante o atareada.
El "comprador personal" usualmente trabaja en grandes almacenes -como Bloomingdale's o Macy's-, pero otros lo hacen para celebridades que no tienen tiempo de escoger el vestuario para, por ejemplo, una gala de entrega de premios o para el estreno de una película.
Algunos trabajan por ganar una comisión o porcentaje, otros son asalariados. Las especializaciones van desde la compra de regalos corporativos hasta la de ropa exclusiva, muebles y joyería.
Este trabajo parece ilógico por ser el "ir de compras" -el "shopping"- el pasatiempo favorito de los estadounidenses, pero cobra sentido en una sociedad estresante, según relatan varios libros y sitios en internet especializados en estos oficios.
Según la autora Alice Temple, "el 'boom' del comprador personal está en su clímax".
"Antes, era considerado un servicio para ejecutivos con poco tiempo, pero ahora es requerido por quienes quieren consejos sobre moda o comprar un regalo para un amigo quisquilloso", indicó.
Uno de los campos más fértiles en el vasto terreno de ocupaciones extrañas es el de la consultoría de imagen, considerada por varios expertos como "uno de los mejores negocios para hacer desde casa y, especialmente, para la mujer del siglo XXI".
Estas personas aconsejan y entrenan a la gente en cuestiones de apariencia, como qué vestir o cómo hablar y caminar, y cuáles son las reglas de etiqueta en situaciones sociales o de negocios.
Según Brenda York-McDaniel, autora de "Image Consulting for the 21st Century", los mejores candidatos para "consultores de imagen" son "aquellos interesados en la moda y en ayudar a otras personas, madres que tienen horarios flexibles o personas retiradas".
Otros ofrecen todo tipo de servicios para padres profesionales, como la organización de fiestas de cumpleaños o el entrenamiento del bebé para que deje de usar el pañal.
En Nueva York, un empresario cobra 60 dólares por hora por enseñar al niño a montar en bicicleta, mientras que otro, que se hace llamar "entrenador de padres", cobra 75 dólares por hora por enseñar a los papás cosas como "cuándo decir no", según el diario "The Wall Street Journal".
En el condado de Brooklyn, en Nueva York, un programa familiar llamado "Fussy Baby Support Services" ayuda a los padres a encarar los problemas de sus bebés, bien sea a través de talleres en su sede o de visitas en su propia casa.
"Visitamos su hogar para escuchar sus preocupaciones y realizar una evaluación. Esto incluye observaciones y preguntas sobre las preferencias de su bebé, tendencias en el comportamiento y características positivas", reza el sitio en internet de "Fussy Baby".
Un paquete de ayuda puede incluir una evaluación de 90 minutos en el hogar de la familia, un plan de acción y apoyo telefónico por un total de 150 dólares, mientras que cada visita de seguimiento cuesta 90 dólares.
El taller "Calmando a su bebé", de 90 minutos de duración, cuesta 25 dólares por familia, lo mismo que el "Taller sobre el dormir", que es de 60 minutos.
Otros trabajos absurdos que se pueden encontrar en los avisos clasificados son los de organizar fotografías, ordenar armarios, ajustar los colores de una nueva televisión de plasma o "cargar" canciones en un iPod (reproductor de música digital MP3).
"¿Acaba de gastar 400 dólares en un iPod pero no tiene tiempo para cargarlo con su colección de discos compactos? ¿Se queja su iPod de que se muere de hambre? La solución está en HungryPod.com", reza el portal, que cobra entre 1,50 y 1,75 dólares por cada CD cargado. EFE
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