Las ayudas estatales dadas a las familias pobres son esenciales para sacar a miles de hogares de la pobreza extrema y no extrema, a pesar de que hubo una baja en el monto promedio del subsidio.
Así lo demuestra el análisis de las transferencias públicas del más reciente Análisis del mercado laboral, pobreza y desigualdad del Instituto de Investigaciones en Ciencias Económicas de la Universidad de Costa Rica (IICE-UCR).
Según datos compartidos por la UCR a La Nación, en 2024 había 114.443 hogares en pobreza extrema antes de recibir subsidios estatales; pero después de obtenerlos recursos bajaron a 38.845, ya que con el aumento de ingresos pasaron a calificar como pobreza no extrema.
Tal situación ocurrió a pesar de que el monto promedio de transferencia a hogares bajó, pues fue de ¢76.740 el año pasado, frente a los ¢79.769, en el 2023, según el estudio de la UCR.
En el caso de los hogares que no son de pobreza extrema, antes del subsidio, eran 92.124, pero posterior a la transferencia fueron 112.905.
“Hay hogares que, antes de recibir el subsidio, estaban en condición de pobreza extrema o no extrema, y que gracias a la ayuda que recibieron lograron salir de esa condición y ahora son considerados no pobres”, comentó Luis Oviedo, investigador parte del estudio.
Las ayudas estatales a familias pobres provienen, principalmente, del Instituto Mixto de Ayuda Social (IMAS), el Fondo Nacional de Becas (Fonabe), así como aportes de municipalidades y universidades públicas.
El análisis de la UCR muestra que, en 2023, también sucedió una situación similar. Para ese año, en pobreza extrema calificaban 131.143 familias antes de las transacciones, y pero se redujeron a 51.774 luego de recibir las ayudas, pues 79.369 se convirtieron en no extrema.
En este último grupo había un total de 85.251 hogares, que pasaron a ser 125.254 por la acumulación de los que ya estaban dentro de la categoría y los que migraron desde el grupo previo.
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Elian Villegas, ex ministro de Hacienda, destacó la importancia de no hacer recortes al presupuesto dirigido a la inversión social, tal y como ha venido ocurriendo.
“Tenemos familias que dependen de estos ingresos, ya ni siquiera para un tema educativo, sino para el día a día. Hay familias que dependen de estos ingresos. Es algo que tiene que ser una prioridad”, sentenció Villegas.
Aunque los montos promedio de las ayudas estatales se mantienen estancados en el último año, los subsidios de instituciones públicas son determinantes para que familias vulnerables salgan de la pobreza.



