La incursión de grandes tiendas o cadenas de comida a una comunidad del país habituada al comercio local no solo provoca múltiples expectativas entre los consumidores sino, además, incertidumbre entre los comerciantes más pequeños que temen ser barridos de la competencia.
Así sucedió en Puriscal, cantón de la provincia de San José y donde se concentran 35.000 habitantes que se encuentran separados del centro de la capital por un trayecto de 40 kilómetros que en su gran mayoría transcurre entre montañas.
En su cabecera Santiago, a 1.105 metros sobre el nivel del mar, abundan las pequeñas pizzerías familiares con una o dos mesas en el local y que se abocan, principalmente, al servicio exprés; claro, existen algunas más grandes con alrededor de 10 empleados, mayor capacidad de atención y hasta sucursales en ciudades de los alrededores.
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Meses atrás, estos comercio se percataron de la llegada de Papa John’s al centro del lugar. La cadena de origen estadounidense que opera bajo el modelo de franquicias se ubicó en un pequeño y antiguo local de la zona, cercano al centro de la ciudad, los supermercados y la Fuerza Pública. Su concepto en el lugar es, principalmente, para servicio exprés.
Leonardo Otárola, gerente de Leo’s Pizza, uno de los restaurantes de la comunidad, aseguró que antes de la llegada de la cadena a la zona hubo zozobra y preocupación por parte de algunos comerciantes. Incluso, dijo, las primeras semanas vivieron afectaciones por la llegada de la cadena.
De la misma manera, Suseth López, administradora de Pizza Tava de Puriscal, un negocio con sucursales en Tabarcia, Acosta y Ciudad Colón, entre otras ubicaciones, comentó que al inicio había incertidumbre sobre las afectaciones que podía generar la llegada de la cadena de pizzerías a la zona. Sin embargo, aseguró que las ventas se han mantenido sin afectaciones.
Pese a que no existe una única forma para enfrentar la llegada de un competidor de peso, los comercios pequeños pueden apelar a ventajas competitivas para mantenerse a flote y salir airosos, como la flexibilidad para adaptarse y la capacidad de anticiparse a los hechos antes que reaccionar cuando la competencia ya está encima.
Johnny Poveda, especialista y coordinador de TEC Emprende Lab, la incubadora de negocios del Tecnológico de Costa Rica conversó sobre algunas recomendaciones que los pequeños empresarios pueden tomar en cuenta para competir con otros comercios. “No hay fórmulas mágicas”, fue una de sus primeras advertencias.
Poveda explicó que para las grandes empresas hay una mayor dificultad de ejecutar cambios en su oferta de opciones al estar alineadas con políticas generales que se trabajan fuera de los locales. Esta es una de las ventajas que las pequeñas y medianas empresas podrían aprovechar, al tener la agilidad para cambiar y adaptarse de forma más rápida.
“No hay que esperar a tener el agua hasta el cuello para poder accionar (...), ante la llegada de una cadena el empresario puede hacer varias cosas, pero eso sí, ojalá que lo haya venido haciendo con anterioridad”, aconsejó Poveda.
El vicealcalde de Puriscal, Miguel Mata, contó a La Nación que días antes de la llegada de la cadena se promovieron algunas encuestas de satisfacción en redes sociales en relación con la noticia de la llegada de Papa John’s. No obstante, aseguró que los comercios puriscaleños son resilientes y saben adaptarse a las circunstancias.
“Hay resiliencia, al final nos damos cuenta que tenemos la capacidad de competir y de vivir económicamente en armonía, más bien esto viene a generar empleo y aumentar el consumo interno”, comentó el vicealcalde.
Se intentó contactar a la cadena de pizzerías Papa John’s pero al cierre de esta nota no hubo respuesta.
El valor de la fidelidad
Muchas de las pizzerías en Puriscal trabajan principalmente con enfoque de servicio exprés, con poco espacio para atención física. En el caso de Pizza Tava, por ejemplo, durante la visita una de las dos mesas era ocupada por estudiantes de colegio.
La mayoría de ellas asegura que mantienen clientes “fieles”, que consumen sus productos cada semana, lo que las ha fortalecido ante la entrada de nueva competencia.
Costa Rica alberga a decenas de cadenas comerciales y gastronómicas, por lo que la expansión a diversas zonas del país es una posibilidad real.
Entre las acciones que pueden seguir, continúa Poveda, es conservar una mentalidad positiva ante la llegada de nuevos competidores así como desarrollar la capacidad de innovación, creatividad e improvisación.
Sobre las estrategias relacionadas a costos de los productos y ofertas, el especialista comentó que la de reducción de precios la mayoría de veces no es la opción adecuada; esto porque lo que se atrae es un cliente poco fiel, no es sostenible en el tiempo y la calidad podría verse afectada.
En cuanto a las ofertas, sí son una opción viable para los pequeños negocios a través de los conocidos “combos”, ya sea con productos propios, por medio de alianzas con proveedores estratégicos o en unión con otros comercios.
Poveda explicó que es normal que las primeras semanas luego de la llegada de un restaurante los clientes quieran probar la nueva oferta, por lo que los pequeños comerciantes pueden percibir una disminución en las ventas.
Otro de los esfuerzos que pueden llevar a cabo los pequeños comerciantes es el fortalecimiento de la fidelización de sus clientes. ¿Cómo? Hay varias técnicas para hacerlo y una de ellas es mejorar y personalizar la comunicación por medio de una estrategia que tome en cuenta tanto la atención física como canales como redes sociales y WhatsApp.
Asimismo, mantener opciones de delivery y pedidos en línea es vital para la supervivencia de los comercios. Por último, la alianza entre comercios no está de más y podría, incluso, abaratar costos con proveedores con productos más estándar como las cajas de pizza, por ejemplo.