“Nuestro hotel ofrece una variedad de elegantes suites acompañadas de la vegetación tropical en sus alrededores. Relájese en una cama king size, disfrute en nuestra regadera privada al exterior o descubra los pájaros más exóticos desde tu balcón”. Esta es la descripción en la página de inicio del hotel Quelitales, en la zona de Cachí, una de las empresas turísticas de Costa Rica que se ha especializado en atraer aviturismo.
La atracción de este tipo de viajeros es una de las apuestas clave de Costa Rica para la recuperación del sector turístico, uno de los más afectados por los efectos económicos de la contención de la pandemia de la covid-19.
LEA MÁS: Observación de aves avista un mercado de nueve millones de turistas
Los avituristas o birders, como se les conoce en todo el mundo, se reactivaron con la apertura de fronteras y gracias a la implementación de protocolos sanitarios y a varios sucesos recientes de la actividad en el país, su interés en Costa Rica va en aumento.
Un perfil del aviturista global, publicado por Costa Rica Birding en marzo, encontró que el país figura como primera opción de viaje para los próximos tres años.
LEA MÁS: Parque Nacional Tortuguero registró cifra récord de 186 especies de aves
Sergio Arias, director de Costa Rica Birding, explicó que la muestra de la investigación incluyó unos 300 birders, con selección aleatoria a partir de las bases de datos de mayoristas especializados y criterio de expertos en mercados clave como Reino Unido y Estados Unidos.
“Cada año más de 5 millones de birders salen de Estados Unidos a destinos fuera de su país, en búsqueda de aumentar su lista de especies, y Costa Rica está entre los favoritos de este estudio y otros a visitar en el corto plazo”, afirmó Arias.
Existen tres perfiles de observadores de aves: hardcore, softcore y ocasional. Gastan entre $2.400 y $3.200, con estadías superiores a las 18 noches, durante las cuales eligen las experiencias sostenibles y amigables con el ambiente (vea: Datos clave)
Ya desde 2016, el Instituto Costarricense de Turismo (ICT) había desarrollado, en colaboración con científicos y especialistas, una Ruta Nacional de las Aves, con 12 nodos o zonas de referencia que incluyen gran cantidad de comunidades y sitios de interés.
Dentro de ese panorama, a partir de la reapertura de fronteras, Costa Rica Birding reportó que las actividades privadas se han concentrado en seis zonas: las llanuras del Caribe, piemonte del Caribe, tierras altas (como Monteverde), Pacífico Central y Sur, Pacífico Norte y la Isla del Coco, con sus especies endémicas. (Vea: Puntos calientes)
Rafael Soto, coordinador de la Estrategia Ruta Nacional de Aves del ICT, explicó que en el primer cuatrimestre del 2021 se han registrado hitos de observación de aves que potencian el perfil del país: en Tortuguero se registró la cifra récord de 186 especies en su cuarto conteo de aves, en enero; en Orotina se pudo observar una lechuza que no se veía en el país desde hace 110 años; en San Ramón de Alajuela se vio durante una temporada el Cuco Hormiguero, una especie considerada como de observación “difícil”.
“Cada noticia provocó el movimiento de birders hacia el país y mantiene el interés vigente, porque si bien hay destinos con más trayectoria en esta actividad, Costa Rica les saca ventaja porque en un mismo día un pajarero puede ver aves del Caribe Sur, pasar más tarde al Braulio Carrillo y terminar la tarde viendo aves en el Pacífico. Es perfectamente posible”, afirmó Soto.
Una de las claves del posicionamiento del país es su éxito en los conteos, tanto por la cantidad de especies que se observan en cada uno, como por la cantidad de participantes y la calidad de los reportes.
Datos clave |
---|
Tres hallazgos relevantes de la investigación hecha por Costa Rica Birding, que pueden servir a las empresas turísticas interesadas en atraer birders o avituristas. |
1. Se está dando una tendencia fuertea las reservas directas con los proveedores locales, por lo que hospedajes y guías, operadores y similares pueden tomar esta oportunidad para fortalecer su presencia digital y materiales, en función de este segmento de mercado. 2. Es un cliente con alto perfil de ingresos, que consume el doble o triple que el promedio país, pues realiza más actividades en solo día pues el birder inicia su día a las 5 a.m. y termina a las 10 p.m. o más tarde lechuceando, es decir, consumen dos o tres veces más tours y entradas a reservas y áreas protegidas que el visitante promedio. 3. En general, el pajarero internacional es un viajero consciente y social, que quiere contribuir con la conservación y sostenibilidad, quiere apoyar emprendimientos, y considera el balance social de sus actividades, prefiere sitios que tengan reserva propia, acceso a especies endémicas o raras, busca apoyar programas de conservación y también escoge sitios con infraestructura tipo torres, alimentación complementaria, jardines de plantas nativas, etc. |
Fuente: Sergio Arias, Costa Rica Birding |