El Banco Central pretende que los bancos públicos y privados tomen cerca de ¢200.000 millones que tienen en valores de muy corto plazo y los inviertan en la compra de los bonos que él mismo emite.
El presidente de la entidad, Rodrigo Bolaños, explicó que los intermediarios tienen estos recursos en el mercado integrado de liquidez (MIL), que es donde se prestan entre sí dinero a corto plazo, y ahí obtienen tasas de interés del 4% o 5% anual.
“Nosotros hicimos un tiro a marco. Les dijimos (a los bancos): ustedes están ganando 4% o 5% en el MIL, ¿por qué no los invierten en el Banco Central al 4% o 5% en BEM (bonos de estabilización monetaria)?”, detalló el presidente.
Al vender los BEM, el Banco Central retira dinero de la economía (esteriliza) y con ello evita que se convierta en préstamos y en consumo que afecte la inflación del país.
Los banqueros ven con buenos ojos la negociación, aunque mantienen su cautela.
“El Banco Nacional está muy consciente de la importancia que tiene desmonetizar la creación de dinero en colones que se ha efectuado con motivo de los ingresos de capital del exterior; nosotros hemos visto con buenos ojos la propuesta que ha hecho el Banco Central”, opinó Fernando Naranjo, gerente del Banco Nacional.
El gerente del Banco de Costa Rica, Mario Rivera, dijo que la propuesta del Banco pretende ser razonable y equilibrada, entre lo que espera el Banco Central y los requerimientos de liquidez del Banco de Costa Rica.
Gerardo Corrales, gerente del BAC San José, explicó que la participación del banco es mínima, mientras que Citibank contestó, por medio de su departamento de prensa, que no tenían detalles de la propuesta.