El grupo químico alemán Bayer anunció este lunes que espera registrar una pérdida neta de $2.200 millones en el segundo trimestre del 2023, debido al descenso en las ventas de sus herbicidas a base de glifosato, considerado potencialmente cancerígeno.
Para el conjunto del ejercicio 2023, Bayer proyecta un volumen de ventas, excluyendo efectos de cambio, de entre $53.350 y $54.450 millones. Esta cifra representa una reducción respecto a la horquilla prevista hasta ahora, que oscilaba entre $56.100 y $57.200 millones.
Estos datos fueron detallados en un comunicado previo a la publicación de los resultados trimestrales, prevista para el 8 de agosto. Según la explicación proporcionada por Bayer, la disminución significativa en las ventas de productos a base de glifosato es el principal motivo de esta situación.
El glifosato es un herbicida producido por Monsanto (bajo la marca Roundup) y se utiliza en millones de hectáreas cada año. La adquisición de Monsanto por parte de Bayer en el 2018, por más de $63.000 millones, resultó ser una carga financiera para el grupo alemán.
Desde entonces, Bayer enfrentó una avalancha de demandas judiciales en Estados Unidos por parte de antiguos usuarios de Roundup, ya que el producto fue considerado como “probablemente cancerígeno” por el CIRC (Centro Internacional de Investigación sobre el Cáncer), una entidad perteneciente a la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Como consecuencia de este escenario, la acción de Bayer perdió la mitad de su valor en bolsa desde el 2018, y algunos accionistas han abogado por una escisión de la empresa, con el fin de limitar los riesgos jurídicos relacionados con la actividad agroquímica. En cuanto a las perspectivas para el segundo trimestre de este año, Bayer prevé además de la pérdida neta de $2.200 millones, un volumen de negocio de $12.100 millones.