El valor de las exportaciones de caballos de raza costarricenses aumentó 46,3% en el 2023 en comparación con el año anterior, alcanzando una cifra de $1,63 millones. Este crecimiento ha persistido durante la última década, según datos de la Promotora de Comercio Exterior (Procomer). La calidad genética de los equinos figura como una de las principales razones detrás de este incremento, según fuentes relacionadas con la cría y el transporte de los ejemplares.
Andrea Sánchez, veterinaria de profesión y vinculada desde la infancia al mundo de los caballos debido a su práctica en la equitación, deporte en el que aún compite, ha estado dedicada durante los últimos 17 años a la gestión de trámites de exportación e importación de ejemplares. Esta actividad surgió a raíz de enfrentarse a la burocracia mientras participaba en certámenes, lo que la llevó a especializarse en esta área.
Sánchez señala que las exportaciones se dirigen principalmente hacia México y Estados Unidos, países donde las razas Costarricense de Paso e Iberoamericana están ganando popularidad debido a sus habilidades, características y porte. “Están atrayendo la atención por sus movimientos y elegancia”, asegura. Esto ha impulsado la compra de yeguas para procesos de reproducción y potros, desde el extranjero.
Según estimaciones de Sánchez, en los últimos tres años se han exportado alrededor de 18 caballos, cada tres semanas, por vía terrestre.
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Julio Mora, presidente de la Asociación Centroamericana de Criadores del Caballo Iberoamericano (Asoibero), explica que esta raza está experimentando una demanda creciente debido a sus características, puesto que es una mezcla del Lusitano, Costarricense de Paso y Peruano. “Es un caballo de buena talla con una fuerte tendencia al trote”, afirma Mora, confirmando a Estados Unidos y México como los principales mercados.
Esta tendencia se ha mantenido durante la última década, según Mora. El año pasado, se registraron 160 ejemplares en México importados desde Costa Rica. De acuerdo con sus estimaciones, se están exportando unos 30 animales mensualmente. El valor de un ejemplar oscila entre $5.000 para un potro y hasta $60.000 para un caballo adulto.
Otro aspecto importante registrado en las exportaciones es la participación de ejemplares costarricenses en actividades de adiestramiento y competencias internacionales, acompañados de atletas de alto rendimiento. Sánchez destaca que, a partir de su experiencia, esta actividad genera una alta demanda en los trámites tanto de exportación como de importación, clasificados como “temporales”.
Sánchez aclara que, al regresar de las competencias, los ejemplares ingresan al país sin pagar aranceles debido a una autorización aduanera que permite la salida específica para competencias deportivas certificadas. Según los datos de Procomer, los principales destinos de las exportaciones de equinos durante 2023 fueron Honduras, Estados Unidos, Nicaragua y México.
En cuanto a las importaciones, Sánchez menciona que se hacen, principalmente, para mejorar la genética, como fue el caso reciente de ejemplares de la raza Cuarto de Milla (Quarter Horse). También ha tenido que atender casos de extranjeros originarios de Estados Unidos y Europa que decidieron radicarse en Costa Rica y traer consigo los ejemplares que criaron como mascotas.
Julio Mora, de Asoibero, menciona que las importaciones se centran principalmente en la raza Española, cuya mezcla ayuda a dar tonalidades a los caballos costarricenses. Se trata de caballos de capas diluidas, como cremellos, perlinos y bayos, que son tonalidades más claras y tienen una gran demanda en la actualidad.
Según la genética equina, las capas básicas son castaño, alazán y negro, mientras que en las capas diluidas se encuentran al menos 12 tonalidades diferentes. Datos de Procomer revelan que España fue el principal origen de las importaciones de caballos durante el 2023.
Asoibero, fundada hace 32 años, administra el registro genealógico de esta raza que cuenta con 8.000 ejemplares y 300 asociados. En los últimos años, la cría se ha concentrado en las provincias de Alajuela y Heredia, a pesar de que la tradición comenzó en Cartago con la raza del caballo Costarricense de Paso, según señala Mora.
Requisitos para importar y exportar caballos
Sánchez detalla que los trámites logísticos son diversos, cada uno con sus correspondientes pagos, como los de las agencias aduaneras, el transporte, el veterinario, los permisos, los exámenes de laboratorio y los trámites en el país de destino.
Sánchez se encarga de los trámites tanto de salida como de entrada de los equinos por vía aérea y terrestre, recomendando que todos los procesos se inicien al menos 30 días antes de la fecha prevista de viaje para garantizar que el caballo esté en óptimas condiciones físicas y haya recibido un entrenamiento adecuado para estar amarrado durante periodos prolongados.
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Byron Gurdián, director nacional de Cuarentena Animal del Servicio Nacional de Salud Animal (Senasa), confirma que las exportaciones e importaciones de equinos tienen como principales propósitos la reproducción, la participación en ferias, exposiciones o competencias, así como el sacrificio, especialmente en las importaciones. Sin embargo, aclara que durante 2024 no se ha registrado ningún ingreso bajo esta última categoría.
Para realizar exportaciones e importaciones, las empresas o personas involucradas en esta actividad deben contar con la certificación del Senasa y cumplir con los requisitos establecidos en las normativas, incluida la inscripción ante la Dirección de Cuarentena Animal (DCA).
Gurdián también advierte de que tanto las personas físicas como jurídicas deben estar registradas en el Ministerio de Hacienda para efectos tributarios.
Además, los exportadores deben inscribirse ante la Ventanilla Única de Comercio Exterior (VUCE) de Procomer y presentar los resultados de pruebas serológicas y los certificados de vacunación y tratamiento antiparasitario. Para las importaciones, es necesario completar los formularios de registro sanitario y los relacionados con la cuarentena y rastreabilidad de los ejemplares, según detallan los requisitos publicados en la plataforma del Senasa.
Por otro lado, Gurdián recuerda que para importar animales de cualquier especie las personas deben contar con una finca propia o arrendada con un Certificado Veterinario de Operación (CVO) vigente y aprobado para la cuarentena domiciliaria de los animales importados. Bajo esta certificación, los animales no pueden ser trasladados a otro lugar hasta que se verifique por medio de exámenes de laboratorio lo declarado en los certificados sanitarios del país de origen.
En caso de detectarse resultados positivos a enfermedades, se procede a devolver al animal al país de origen de acuerdo con lo establecido en la Ley General del Senasa, Ley 8495. Gurdián también destaca que, en el caso de exportaciones hacia un país por primera vez, es necesario establecer acuerdos normativos previos, y en cuanto a las importaciones, cada país tiene sus propios requisitos establecidos.