Al menos 7.980 restaurantes cerraron en Costa Rica por el impacto del coronavirus, según los datos de un sondeo aplicado esta semana por la Cámara Costarricense de Restaurantes y Afines (Cacore). Esto representa el 42% del total del sector reunido en esta agrupación.
Los cierres provocado 109.440 despidos, sin embargo, el sector retiene aún 72.322 puestos de trabajo, entre suspensiones de contratos y jornadas reducidas.
Algunos restaurantes reconocidos que están cerrados en este momento son: Las Catrinas, La Fonda Azteca, Kalú, L’Ancora, Rostipollos (en foodcourt de Multiplaza), Caccio’s, Chuck-E-Cheese, Hard Rock Cafe, Gambas, Silvestre, Saúl Bistró, Olio, Spoon (cinco locales), Chancay, Fogo Rodizio, Pizza Hut (en la mayoría de food courts), La Esquina de Buenos Aires, Taco Bell (cinco locales) Denny’s (un local), Chillis (cuatro locales), Da Noi, Hacienda Alsacia, Isolina, Antojitos, TGIF, entre otros.
En el próximo sondeo, la Cámara informará sobre cuáles de estos cierres son temporales y cuáles son definitivos, aunque ya se conoce que el caso de Fogo Rodizio, por ejemplo, es definitivo.
Clemencia Palomo Leitón, miembro de Junta Directiva de Cacore, explicó este jueves 26 de marzo que 49% de los restaurantes en el país operan parcialmente, aún cuando deben acatar la directriz de mantener una ocupación del 50%, lo cual la cámara interpreta como un esfuerzo de los empresarios para sostenerse.
"La mayoría de estos negocios, 88,24%, son micro, pequeñas y medianas empresas, que claman al Gobierno por más, mejores y prontas acciones para no tener que despedir a los empleados en última instancia e irse a la quiebra”, aseguró Palomo.
Para el segmento de restaurantes en plazas de comidas de centros comerciales, o food courts, afirman que el consumo cayó 95%.
La encuesta fue aplicada el 24 de marzo e indica que el 51,8% de los dueños y gerentes de restaurantes no han realizado despedidos de personal y el 48,8% de ellos no han aplicado la reducción de la jornada laboral al 50%.
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Jorge Figueroa, quien también es miembro de la junta directiva de Cacore, aseguró que los empresarios están haciendo todo lo posible por retener al personal, pero urgen medidas adicionales pues la recuperación de sus negocios en este momento se ve lejana. Para el sector bancario, la solicitud directa es pasar la moratoria de pagos de tres a 24 meses.
“A pesar de la buena voluntad del Gobierno, las medidas para poder salvar nuestros negocios no son suficientes y otras no aplican a las mipymes –que son la gran mayoría de los negocios en Costa Rica–, como la reducción del costo de electricidad, que beneficia solo a empresas con un consumo igual o superior a los 2.000 kilovatios hora mensuales. Además, el acceso al crédito es difícil, pues las normativas de requisitos y avales no se han flexibilizado. Realmente estamos luchando contra viento y marea”, argumenta Figueroa.
Alquileres, entregas y otros
En relación con el pago de alquileres, Cacore insta a los arrendatarios a sentarse a negociar con sus inquilinos y para los que no logren llegar a un acuerdo, recomienda acudir a los centros de resolución alternativa de conflictos.
Se hizo un llamado especial al fondo inmobiliario del Banco de Costa Rica y a Grupo Roble, ante quejas por inflexibilidad en temas de arrendamiento.
Los voceros de la Cámara reconocieron que la venta a domicilio es un modelo de negocio ganador en esta coyuntura.
“En esta relación tenemos dos plataformas que nos dan el servicio: los motorizados, y las plataformas Uber, Glovo y Rappi. De hecho, Rappi ya estableció condiciones favorables para pequeñas y medianas empresas y continuamos esperando noticias de Glovo y Uber. Estamos dando la lucha con estas comisiones y sabemos que vamos a llegar a buen término, porque ellos son nuestros aliados comerciales más importantes en este momento”, afirmó Pacheco.
*Esta nota fue actualizada a las 10:50 am con los datos del cierre de la conferencia de prensa de Cacore