Desde hace dos meses un grupo de productores costarricenses de cerveza artesanal trabaja en la creación de un clúster junto con la Promotora de Comercio Exterior de Costa Rica (Procomer), para exportar sus productos a nuevos mercados el próximo año.
Aunque inicialmente apuntan a los Estados Unidos, la iniciativa es mucho más ambiciosa y esperan llevar sus cervezas artesanales a Centroamérica, Suramérica y Europa.
Ignacio Castro, presidente de la Asociación de Cerveceros Artesanales de Costa Rica (ACACR), explicó que el clúster apenas está en una etapa de formación, pero esperan presentarlo oficialmente en enero o febrero del 2018.
“Nosotros contamos con más de 100 asociados que se dedican a la producción de cerveza artesanal en el país, pero nos agrupamos en capítulos. En este clúster podrán participar los 39 productores que están en la categoría de microcervecerías, aunque primero deben cumplir con los requisitos necesarios para exportar, por eso creemos que vamos a iniciar con unos 10 o 12 productores”, apuntó.
El mercado de la cerveza artesanal en Costa Rica alcanzó un nivel de madurez importante que le permite cruzar la frontera con productos de calidad a precios competitivos en otros países.
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Johanna Dávila, promotora de exportaciones del sector alimentario de Procomer, trabaja de cerca de con los cerveceros artesanales del país y asegura que cuentan con un alto nivel de calidad en los procesos de producción de sus bebidas.
“En este momento el clúster no está desarrollado, estamos trabajando en la creación de la estrategia y en la selección de las empresas que formarán parte de este grupo de exportadores que quieren llevar sus cervezas a otros países”, señaló.
Requisitos para el clúster
La funcionaria de Procomer está en un ciclo de visitas a las plantas de producción de al menos 15 empresas consideradas microcervecerías, para evaluar sus procesos, su capacidad y sus fortalezas para exportar.
“Me ha sorprendido que las cervecerías artesanales son, en algunos casos, empresas grandes y estructuradas, con planes de producción complejos y líneas de producción industrializadas. Además, es un nicho donde todos los empresarios se apoyan entre sí, se pasan tips, se ayudan para mejorar las cervezas del otro, existe mucha colaboración”, aseveró Dávila.
De acuerdo con Procomer, las empresas productoras de cerveza artesanal que quieran formar parte del clúster deben cumplir con una serie de requisitos, como contar con una capacidad de producción establecida, tener todos los permisos de exportación necesarios y solvencia económica.
Ignacio Castro manifestó que los interesados en ingresar a este grupo de exportadores también deben tener todos los permisos que se exigen en Costa Rica, contar con procesos de envasado para exportar y ser cervecerías independientes.
Buena oportunidad
Los cerveceros nacionales trabajan con la intención de exportar y, aunque apuntan primero a los Estados Unidos, tienen claro que las tasas de impuestos y los permisos podrían ser una barrera para iniciar.
Castro aseguró que también exploran otros mercados y de hecho ya hay cerveceros que venden sus bebidas en países de Centroamérica.
Pero ¿por qué Estados Unidos es un mercado que llama tanto la atención de este incipiente sector?, ¿cuáles son los beneficios?, ¿cuál es la oportunidad para hacer dinero?
El mercado de la cerveza en Estados Unidos representa una industria extensa y dinámica con ventas aproximadas de 24.000 millones de litros y un crecimiento en valor del 2,6%, en 2014.
Además, este país es el principal importador de cerveza a nivel mundial, en 2015 representó el 26% del volumen (14,3 millones de toneladas) y el 35% del valor total ($4.744 millones) de todas las importaciones de este producto.
Las cifras se desprenden de un estudio elaborado por Procomer en el 2016 que ofrece un panorama positivo para las exportaciones de cerveza artesanal a ese país.
Solo en 2015, el segmento de la cerveza artesanal significó el 12% del mercado total de la cerveza en los Estados Unidos, con un crecimiento del 11% con respecto al 2014.
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Para ponerlo en contexto, el crecimiento interanual en la producción de cerveza artesanal de los Estados Unidos fue de 276 millones de litros, cifra que supera los 164 millones de litros que se produjeron en Costa Rica durante todo el 2015.
La cantidad de cervecerías artesanales también aumentó un 21% entre 2012 y 2015, mientras que las cervecerías no artesanales disminuyeron en ese mismo periodo.
Otro beneficio que podrían encontrar los cerveceros artesanales para exportar a ese destino norteamericano, es que la cerveza no tienen aranceles de importación por el Tratado de Libre Comercio (TLC) suscrito entre ambos países en 2006.
Sin embargo, la cerveza tiene una serie de impuestos internos que se aplican a nivel de mercado –en el precio de venta– y que corresponden a cargas federales, estatales, locales y de ventas.
De acuerdo con Castro, un barril de cerveza de 117 litros paga cerca de $120 en impuestos en Costa Rica, mientras que para ingresar a los Estados Unidos la tarifa tributaria es de entre $3 y $7 por barril.
Los estados que reportan una mayor generación de valor per cápita por consumo de cerveza artesanal son Colorado, Oregón, Vermont, Pensilvania y Alaska.
Mientras que los estados que generan un mayor consumo de este tipo de producto en billones de dólares son California, Pensilvania, Texas, Nueva York y Colorado.
Cultura creciente
Para nadie es un secreto que la cerveza artesanal ha crecido en Costa Rica, fortalecida por una cultura que se apalanca en un mercado meta más joven, que busca probar sabores diferentes y, por qué no, experimentar cuando consume una bebida alcohólica.
El surgimiento de bares tipo “pub” donde conviven las cervezas nacionales, las importadas y las de producción artesanal, hace que este nicho gana más adeptos, poco a poco, en el país.
La Asociación de Cerveceros Artesanales de Costa Rica ya cuenta con más de 100 miembros que se clasifican en cuatro categorías: micocervecerías, brewpubs, cerveceros caseros y negocios afines.
El incipiente mercado va desde casas cerveceras consolidadas como Treintaycinco Fábrica de Cervezas, Cervecería Primate y Wilk Craft Beer, hasta pequeños productores que fabrican en sus casas.
Adolfo Marín, propietario de los bares Stiefel Pub, Casa Brew Garden y Cervecería Primate, aseguró que el auge de la cerveza artesanal ha permitido a los productores competir con las bebidas más tradicionales en el país.
“Para mí la palabra artesanal ya está prostituida, entonces ves que hay helados, pan y todos los productos ahora son artesanales, está bien, es una marca hasta cierto punto, pero nosotros queremos cambiar esa palabra y decir que es cerveza independiente”, agregó Marín.
De acuerdo con el empresario, el segmento artesanal ni siquiera ha llegado al 1% de participación en el mercado nacional y la acogida ha sido muy buena por parte de la gente. “Al ser local, las comunidades apoyan el producto”.
La madurez alcanzada por los productores de cerveza artesanal les ha permitido ganar premios en competiciones internacionales y organizar en Costa Rica, la primera copa internacional de esta bebida.
Por ejemplo, la cerveza bä.za obtuvo una medalla de oro en la categoría berry mead en la más reciente edición de la Copa de Cervezas de América que se realizó este año en Chile.
“Bä.za significa baya en Bribri, lo que hicimos fue agarrar una miel de la zona de los santos, esos panales polinizan los cafetales donde se cultiva el mejor café de Costa Rica, usamos esa miel y después agregamos frutas como mora, arándanos y fresa, todas orgánicas”, explicó Marín, quien hizo la bebida como parte de la producción de Cervecería Primate.
En esa competición, que es uno de las copas cerveceras más importantes del continente, Costa Rica se ubicó en el quinto lugar en el medallero general con 13 preseas en diferentes categorías.
La experiencia internacional llevó a los cerveceros locales a organizar la primera copa internacional en Costa Rica y así fue como el pasado 16 de diciembre se realizó la primera edición del Pura Vida Indie International Beer Cup, con la participación de productores de 13 países.
La actividad combinó la degustación de cervezas artesanales provenientes de Bélgica, Ucrania, Estados Unidos, El Salvador, México, Chile y Panamá, con conciertos, venta de comida y una competición de bebidas completamente independientes.