El mundo del automóvil cuenta con una sección especialmente destinada a los entusiastas de los vehículos de alta gama. En este espacio, coexisten empresas de renombre que se caracterizan por su meticulosa atención al detalle, diseño artesanal, uso de materiales de primera calidad, personalización según las preferencias del cliente y precios extraordinariamente elevados.
En este contexto, Rolls-Royce indiscutiblemente se posiciona como uno de los actores principales, y su último lanzamiento, el Droptail, un modelo exclusivo de producción limitada a solo cuatro unidades, así lo subraya.
Desarrollado por la división Coachbuild de la afamada marca británica, especializada en productos personalizados, el Droptail es un sedán coupé descapotable de dos plazas que mide 5,3 metros de largo y 2 metros de ancho. Este vehículo se distingue por sus puertas suicidas y se construye sobre una plataforma original que incorpora llantas de 22 pulgadas. Su arquitectura combina metales de diferentes aleaciones con fibra de carbono.
Para lograr la apariencia descapotable, el Droptail utiliza un techo duro plegable de perfil bajo, diseñado para dar al vehículo dos aspectos distintos. Una parte del techo está confeccionada con cristal electrocrómico que, al presionar un botón, puede pasar de opaco a casi transparente. En cuanto a la mecánica, el vehículo se impulsa mediante un motor V12 de 6,8 litros que genera una potencia de 600 CV.
Historia de amor
La primera unidad del Droptail se presentó en una ceremonia privada durante la Monterey Car Week en California, Estados Unidos. Sorprendentemente, este vehículo personalizado adopta un enfoque particular inspirado en la rosa negra Baccara, creando así una “historia de amor”.
Un ejemplo de esta perspectiva es el color de su carrocería denominado “True Love”, un tono granate oscuro nacarado recubierto con cinco capas de laca transparente, cada una mezclada con un matiz ligeramente diferente de rojo, lo que le permite al modelo mostrar varios matices según la luz. Rolls-Royce reveló que lograr este efecto requirió la colaboración de un equipo de especialistas y más de 150 ajustes.
El Droptail también presenta una técnica de pintura llamada Hydroshade, la cual se pule a mano, proporcionando un acabado oscuro pero reflectante que también se aplica en el interior. La cabina del vehículo es igualmente impresionante, con un suelo formado por 1603 triángulos de arce negro francés, lijados y pintados a mano, dispuestos en un patrón asimétrico que simboliza de manera abstracta la caída natural de los pétalos de una flor.
Entre otros detalles extravagantes para el común de las personas, el salpicadero del Droptail alberga un reloj de lujo Audemars Piguet Royal Oak Concept Split-Seconds Chronograph GMT Large Date, de 43 milímetros, con contadores y un bisel interior en rojo, cuyo valor supera los €200,000.
Este reloj es desmontable y portátil, y al retirarlo, una abertura en el salpicadero se cubre con un reloj de titanio de cabeza en blanco con una moneda de oro blanco y un grabado en rosa.
Todos estos detalles forman parte de una experiencia única que Rolls-Royce ofrece a sus selectos clientes, lo que hace que el valor de cada unidad del Droptail supere los $30 millones, consolidándolo oficialmente como el automóvil más costoso de la historia.
El Droptail no es el primer intento de Rolls-Royce en el mercado de los vehículos de alta gama personalizados. La marca británica ya lanzó ediciones artesanales y exclusivas en el pasado, como el Phantom Zenith (2016), el Sweptail (2017), el Phantom Tranquillity (2019), los Dawn Silver Bullet y Wraith Kryptos (2020), y los Phantom Tempus y Boat Tail (2021).
Todos estos modelos se crearon como parte de series limitadas y fueron concebidos para llevar al extremo el concepto de la personalización de vehículos que la firma británica promueve con entusiasmo.