Jorge Vargas inició su colección de artículos relacionados con la numismática hace 49 años, luego de que a sus cinco le regalaran un boleto de café antigüo y de bronce que se utilizaba como medio de pago en las fincas. Aquella pieza despertó su pasión por la historia y todavía hoy continúa coleccionando boletos, monedas y billetes, principalmente relacionados con la ciencia, la fauna y la entomología, áreas que se mezclan con su trabajo como microbiólogo.
Él forma parte de una amplia comunidad en Costa Rica que se agrupa en la Asociación Numismática Costarricense, creada en el 2019, que busca contribuir a la cultura nacional por medio de la promoción y la difusión de la materia. En palabras sencillas, la numismática es el estudio de formas de intercambio como las monedas, billetes y fichas, así como de otros objetos como las medallas.
A la Asociación la componen alrededor de 150 participantes tanto de Costa Rica como de otras partes de la región centroamericana, según comentó su presidente Leonardo Montalbán; de ellos, 80 forman parte de las personas asociadas.
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Se trata de una comunidad diversa, en la que hay tanto coleccionistas como únicamente estudiosos e interesados en la materia, profesionales y no profesionales, costarricenses que residen en otras partes del mundo, quienes únicamente coleccionan boletos de café o monedas o billetes, y también aquellos especialistas de renombre que han sido incluso distinguidos como socios honorarios.
Aunque sus miembros aseguran que la comunidad siempre ha existido de una manera informal, la Asociación les ha permitido consolidarse de una forma más organizada.
Sergio Vargas, coleccionista y apasionado de la numismática, comentó que antes de la existencia de la asociación los interesados se reunían en diversos lugares. Posteriormente, en la década del 2010, la comunidad tomó fuerza por medio de las charlas y las ferias que realizaban los Museos del Banco Central de Costa Rica.
Así lo señaló también Jason Porras, quien contó que es parte de la comunidad numismática desde hace 15 años y ahora conforma la asociación.
Activo mercado
Para conseguir las piezas, los numismáticos del país cuentan con algunas tiendas físicas, como la Pulpería Numismática ubicada cerca de la Avenida Central, en San José. Sin embargo, Montalbán y Sergio Vargas explicaron que las ventas se han movido a los canales digitales, principalmente por WhatsApp.
“Existe un mercado constante desde hace muchísimos años, pero muchos se han dado cuenta hasta ahora y ha sido gracias a la apertura de redes sociales”, comentó Montalbán.
En el mercado de la numismática las piezas sobresalen por dos factores importantes: su escasez (o rareza) y su estado de conservación. Así, podría tener un mayor precio una moneda de hace cinco años, en buen estado pero con muy pocas en circulación, que una moneda de hace 50 años pero con un número importante de unidades en venta.
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Sin embargo, como en la mayoría de negocios que se mueven por la exclusividad, la especulación ataca al mercado numismático. “Es algo que nos mata (la especulación); además hay múltiples estafas como por ejemplo la venta de piezas falsas”, comentó Montalbán.
Por esto, para quienes quieran incorporarse a la comunidad, uno de los principales consejos es buscar asesoría y consultar publicaciones oficiales sobre las piezas.
”Yo me enfoco en ir poco a poco, no hay que desesperarse; además hay que asesorarse de amigos y vendedores, hay que buscar buenos precios e ir mejorando el estado de las piezas que uno ya tiene y disfrutar lo que se logre”, comentó Sergio Vargas.
Representación de la historia
Para Manuel Chacón, curador de numismática de los Museos del Banco Central, las colecciones forman parte del patrimonio cultural de la humanidad, pues la moneda por ejemplo, aparte de ser un medio de cambio, es una pieza representativa al permitir estudiar los contextos de otras épocas.
“Las monedas y billetes por la capacidad que tienen de que se les grabe ciertos elementos, esos elementos pueden ser estudiados también como parte de las formas de pensamiento y las orientaciones políticas, económicas y sociales de otras épocas”, explicó Chacón.
Estas piezas pueden hacer referencias a la época cuando la producción bananera era una de las grandes actividades que movían la economía del país, por ejemplo, o a ideales relacionadas con las artes, letras y música. También retratan los valores de una nación y la importancia de elementos como la flora y la fauna. O bien, podrían reflejar un hecho histórico que impacta a toda una sociedad, como la celebración de los 200 años de Independencia.
“Colecciono porque me gusta recordar los acontecimientos históricos del país y observar el desarrollo económico que se refleja en la moneda”, comentó Porras.
Porras colecciona monedas del siglo XIX y billetes emitidos por el Banco Central, boletos de café confeccionados con la palabra ‘’reales’' llamados cuasi-dinero y algunas medallas conmemorativas. Para el administrador, su experiencia dentro de la comunidad numismática le ha permitido conocer a otros coleccionistas que comparten sus intereses y aumentar sus conocimientos en cultura e historia.