Clari Vega es una corredora de bienes raíces acostumbrada a trabajar con clientes de alto poder adquisitivo. Uno de ellos, artista de profesión, adquirió una vivienda en Santa Teresa de Cóbano, en la costa del Pacífico, pero no se trataba de un comprador más que buscaba una residencia cerca de la playa.
Este extranjero es un billonario y deseaba una propiedad donde pudiera tener privacidad, relató Vega. Él adquirió una residencia con más de 300 metros de frente con vista a la playa. Luego de la compra, sus asistentes se desplazaron al lugar en helicóptero. Llegó primero el equipo personal del artista con su chef, entrenador, encargado de salud, chofer, seguridad y el equipo para preparar la casa. Dos días después arribó el dueño.
Este tipo de historias son cada vez más frecuentes en el mercado de bienes raíces costarricense y son parte de los indicios que reflejan cómo las zonas costeras se han convertido en un “punto caliente” para el creciente negocio de bienes raíces de lujo, impulsado en buena medida por extranjeros.
Viviendas con precios que superan $1 millón y llegan hasta los $22 millones pueden encontrarse en plataformas especializadas en bienes raíces de Estados Unidos y Europa, como el sitio de la corporación multinacional de bienes raíces Sotheby’s o Luxury Estate.
Por ejemplo, una residencia de $15 millones en un condominio de Tamarindo, Guanacaste, incluye seis baños y cinco habitaciones en 700 m² de construcción y un terreno total de 2.000 hectáreas. El lugar ofrece vista al mar, ya viene equipado con electrodomésticos, piscina, spa, bodega de vino para 1.000 botellas, jacuzzi, acabados en mármol italiano y maderas preciosas.
Por $10,5 millones se puede adquirir una residencia en el golfo de Papagayo, también en Guanacaste, en un terreno de 55 hectáreas donde está una construcción con piscina y cinco habitaciones.
La Nación conversó con tres asesores inmobiliarios de franquicias de bienes raíces dedicadas a la venta de casas de lujo, así como con especialistas del sector. Todos coincidieron en que existe un mercado de lujo desde hace varios años en Costa Rica, pero se intensificó tras la pandemia, con el aumento de nuevas construcciones, principalmente, en el litoral Pacífico, en zonas como Osa, Garabito, Nicoya, Santa Cruz y Carrillo.
Así lo respaldan también las cifras de construcción de viviendas de mayor tamaño del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), que muestran que la edificación de casas de más de 200 metros cuadrados (m²) creció tanto en permisos de construcción, como en residencias nuevas.
Melizandro Quirós, director ejecutivo del Centro de Estudios del Negocio Financiero e Inmobiliario (Cenfi), así como Juan Carlos Majano, presidente de la Cámara Costarricense de Corredores de Bienes Raíces (CCCBR), coincidieron en que existe un auge de este mercado, y señalaron que la demanda se concentra, principalmente, en la provincia de Guanacaste.
En el 2022, la cantidad de permisos de construcción para residencias de más de 200 m² creció 19%. El parque de viviendas nuevas en esta categoría aumentó 26%, llegando a 2.211 unidades ese año, y el área construida experimentó un incremento del 30%. Esto sugiere que las nuevas viviendas no solo son más, sino que también más grandes, según Quirós.
Rodrigo F. Fumero, asesor inmobiliario en Costa Rica de la franquicia de bienes raíces Sotheby’s, atribuyó parte del crecimiento en Guanacaste a la expansión del Aeropuerto Internacional Daniel Oduber, en Liberia, así como a la disponibilidad de bienes y servicios que se instalaron en esta zona como hoteles, centros comerciales y supermercados. En eso también coincidió Majano.
Clari Vega, quien es gerente de LX Costa Rica, empresa de bienes raíces dedicada a viviendas de lujo en el país, comentó que muchos de los clientes extranjeros están acostumbrados a pagar hasta $6 millones por apartamentos menores a 200 m² en Nueva York o California, por lo que prefieren venir a Costa Rica y comprar propiedades más grandes por montos mayores, pero con más comodidades.
Un artículo del portal especializado en bienes raíces, Point2, de agosto del 2023, señala que Costa Rica es el tercer destino de América donde los estadounidenses más exploran la adquisición de casas. Las búsquedas de bienes raíces de Costa Rica en ese portal crecieron 7% entre agosto del 2022 y el mismo mes del 2023, según el análisis, donde destacan Jacó, Tamarindo y Nosara, además de Santa Ana.
De hecho, una de las residencias a la venta de mayor costo, la de $22 millones, no está en la playa, sino en el condominio Villa Real, en Santa Ana. Tiene 11 baños, ocho habitaciones y se promociona como un lugar con privacidad, entretenimiento y vistas al golfo de Nicoya.
Según consta en las fotografías, cuenta con pisos de madera, bodega de vinos, sala de cine, un bar, su propio gimnasio, piscinas bajo techo y al aire libre, cuarto de entretenimiento y hasta un lago. Esta es una de las viviendas más caras que se encontró en los distintos sitios web.
Amplias vistas y espacios abiertos
Ramón Coll, asesor inmobiliario de Keller Williams, una franquicia internacional especializada en bienes raíces, aseveró que las demandas y características de las residencias varían según la ubicación, ya que cada cantón puede tener ciertos enfoques para actividades específicas.
Aún así, Coll, Vega y Fumero están de acuerdo en que el lujo es algo muy subjetivo, pero, en general, estas viviendas suelen compartir grandes habitaciones, cada una con walk-in closet, amplios espacios sociales con ventanas o aperturas con vista al mar, piscinas, jacuzzi, entre otros aspectos.
Vega también destacó que no todas las casas tienen finos acabados o amplios aposentos, sino que se enfocan más en estar en sitios muy privados o en zonas con increíbles vistas.
Por zonas, en algunas playas de Carrillo y Liberia, como Papagayo, Hermosa y El Coco, es común encontrar viviendas de lujo destinadas a celebridades, atraídas también por la proximidad al aeropuerto de Liberia.
Coll explicó que en Santa Cruz, cerca de Tamarindo, es normal que se ubiquen más familias, por su cercanía con escuelas privadas, centros comerciales y supermercados; Vega, indicó que en Santa Teresa, por ejemplo, han llegado billonarios que buscan espacios en dónde dejar sus helicópteros.
Entre las propiedades que se listan en sitios como Sotheby’s International Realty o Robb Report (revista estadounidense de lujo y estilo de vida) se encuentra “Casa Ensueño”, en Santa Teresa de Cóbano, la cual se cotiza en $6,3 millones. Esta propiedad se ubica en un terreno de 6.239 m², de los cuales 800 m² son de construcción. Toda la casa cuenta con aire acondicionado, cielos de cuatro metros de altura y ventanas corredizas de piso a techo.
Garabito y Santa Cruz: puntos calientes
De acuerdo con INEC, Garabito y Santa Cruz lideran la construcción de viviendas mayores a 200 m² en el 2022, sumando el 46,5% del total de las residencias de esta categoría para dicho año.
Seis de los 10 municipios con mayores construcciones nuevas en esta categoría cuentan con playas en la costa pacífica, incluyendo Garabito y Santa Cruz, así como Osa, Carrillo, Nicoya y Puntarenas. De la GAM, destacan Escazú, Alajuela, Santa Ana y La Unión.
Aunque la demanda de propiedades de lujo dentro de la GAM proviene, principalmente, de compradores costarricenses que buscan comodidades en sus zonas de residencia, también existe un mercado para compradores extranjeros, especialmente aquellos interesados en adquirir una residencia adicional o para invertir, según Ramón Coll.
Garabito y Santa Cruz también son el cuarto y quinto cantón donde se concentra el mayor valor de construcción por metro cuadrado en obras residenciales, por detrás de Cartago, Escazú y San José. En Garabito, el valor promedio de construcción por metro cuadrado es de ¢358.464, mientras que el de Santa Cruz es de ¢349.369.
Quirós explicó que, si se trata de zonas costeras, en Garabito y Santa Cruz el valor promedio de construcción es mayor a la de otros municipios debido a las características de los terrenos y de la construcción, que suele ser más lujosa.