La llamada crisis de los contenedores sigue generando afectaciones en la logística de transporte de mercancías en el mundo entero y Costa Rica no es la excepción, en un escenario de fletes a muy altos costos y congestión de embarcaciones en los principales puertos.
Como si fuera poco, el transporte de mercancías también lidia actualmente con un factor que viene a agravar la crisis: el aumento en los precios del petróleo, que sube el costo tanto del transporte por mar como por tierra.
“Vemos un año difícil, tenemos aumentos en los costos marítimos y también nos están aumentando los costos terrestres por el precio del petróleo”, mencionó Laura Bonilla, presidenta de la Cámara de Exportadores de Costa Rica (Cadexco), al señalar que no se vislumbran mejorías en el corto plazo.
Según el índice británico Freightos Baltic Index (FBX), el 4 de abril de este año el costo para transportar un contenedor de 40 pies de China hacia el oeste de Estados Unidos alcanzaba los $15.800; y un precio similar si el movimiento es hacia la costa este de ese país. En este nivel, el valor está casi 180% por encima del de hace un año ($5.600).
Los precios globales en promedio rondan actualmente los $9.000 según el índice FBX. Si bien es un monto menor que al de meses anteriores, si se compara con enero del 2021 las cifras se han hasta triplicado.
En cuanto al traslado terrestre, Federico Amador, director comercial de Grupo Tical, operador logístico de mercancías y transporte, señaló que el caso de la empresa los precios de los combustibles a nivel regional provocaron aumentos entre el 15% y el 30% en los servicios que brinda por tierra.
Por otro lado, una de las empresas de transporte de contenedores más importantes a nivel mundial, Maersk, emitió un reporte de mercado el pasado 30 de marzo, en el que advirtió que los recientes confinamientos en China ejercen más presión sobre las cadenas de suministro y aumentan la congestión portuaria, incluso cuando las terminales de contenedores permanecen abiertas y en funcionamiento.
El reporte también señala que la congestión en la ruta Asia- América del Norte sigue siendo muy alta en la mayoría de los lugares. Esto afecta destinos como el costarricense pues algunas mercancías no llegan directamente al territorio nacional y pasan primero por puertos estadounidenses.
Tormenta perfecta
Julio Lizano, presidente de la Cámara de Comercio Británica, calificó la situación como una “tormenta perfecta”, pues las consecuencias de la reactivación de la demanda no dan tregua y, al contrario, continúan sumándose factores que complican el panorama.
Uno de ellos es el conflicto bélico entre Ucrania y Rusia, que añadió un desafío más para los comerciantes al generar un aumento adicional en los precios de la logística comercial y las materias primas, lo que presiona al alza las variaciones inflacionarias a nivel mundial.
Sobre esto, el informe Revisión del Transporte Marítimo 2021, publicado por la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (Unctad, por sus siglas en inglés), apunta que si los fletes se mantienen tan elevados como ahora, los precios de consumo mundiales en 2023 serán un 1,5% más altos de lo que habrían sido si no se hubiera producido la subida en el transporte.
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Pero el conflicto no concluye en los sobreprecios que pagan los comerciantes y los consumidores, pues Bonilla y Lizano aseguran que aún hay escasez de espacio para trasladar mercancías, lo que podría generar que algunos productos, principalmente frutas y verduras frescas, no se exporten, por ejemplo.
Sobre esto, Christian Ruiz de la compañía de servicios logísticos Pérez y Cía Costa Rica, explicó a La Nación que la escasez de barcos portacontenedores también ha empujado a un alza en los costos y poca disponibilidad de otras embarcaciones, como las de transporte de automóviles.
“Hay clientes (En Costa Rica) que reciben carros de marcas muy importantes que en este momento no tienen cómo mover todas las unidades que necesitan traer al país; estamos desde febrero tratando de conseguir espacios”, comentó Ruiz.
Escasez de productos
La crisis de contenedores también incide de manera directa en el abastecimiento del mercado local de productos importados. Algunas empresas han reportado faltantes en las últimas semanas.
Un ejemplo es la escasez de tampones (productos sanitarios) que se presentó en el mes de marzo en los anaqueles de supermercados costarricenses, puesto que este tipo de producto proviene de mercados como el europeo y, además, la crisis de contenedores ha influido en el suministro de plástico para empresas como Kimberly Clark y Essity, lo que impacta en la fabricación del producto.
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Justamente, ante la crisis, algunas compañías han optado por alternativas para ingresar sus productos y materias primas al país, como Coca-Cola Femsa, que importó 5.017 toneladas de resina reciclada en sacas en un barco granelero, por medio de la terminal Gastón Kogan Kogan de la Junta de Administración Portuaria y de Desarrollo Económico de la Vertiente Atlántica (Japdeva).
Es la primera vez que la empresa incursiona en dicho modelo de importación en Centroamérica según explicaron, el pasado 15 de marzo, en un comunicado de prensa.
Congestión en Caldera
Aunado a los efectos internacionales, a nivel local el movimiento de mercancías en Puerto Caldera a través de embarcaciones de gran calado y con Asia como destino o punto de partida se ha convertido en un dolor de cabeza para los comerciantes, lo que suma una preocupación más a los comerciantes.
Así lo aseguraron tanto Bonilla, de Cadexco como Óscar Álvarez, director de la división marítima en Costa Rica de la empresa de soluciones logísticas ILG Logistics Group, al explicar que esta terminal cuenta con un importante rezago en su infraestructura.
Por esto, algunas empresas optan por ingresar por Panamá las mercancías que provienen desde Asia y trasladarlas a Costa Rica por tierra, según adicionó Álvarez.
Una nota de este medio de comunicación publicada en octubre del 2021, señala que cada año que pasa, el país pierde $100 millones por sobrecostos que pagan exportadores al no contar con una línea directa para colocar sus productos a Asia y por los elevados aranceles para importar bienes desde ese mercado.
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Sobre el funcionamiento de Puerto Caldera, Ricardo Ospina, gerente general de Sociedad Portuaria Caldera (concesionario de la terminal), afirmó que ante el alza de demanda y la ralentización de la cadena logística se ha perdido eficiencia en el ámbito mundial, efecto que también vive Costa Rica.
“Por eso hemos insistido una y otra vez en la urgencia que tiene el plan de modernización para Caldera”, aseveró Ospina.
El puerto se ha visto afectado durante la pandemia por blank sailings (cancelación de una escala de un buque) y retrasos en el arribo que complican la programación tanto para la importación como para la exportación.
La terminal portuaria se encuentra operando a más de 90% de su capacidad (más de lo recomendado), según datos de Incop, lo que incide directamente en los altos costos de operación y en el bolsillo de todos los costarricenses.
Para la modernización del puerto, el Instituto exploró la posibilidad de realizar las obras a través de la concesionaria actual, sin embargo, la Contraloría General de la República advirtió después de que la naturaleza de los contratos impedía llevar a cabo dicha propuesta.
Por ello, Incop busca alternativas y apoyo en organizaciones como el Banco Mundial para la estructuración de la nueva concesión, la divulgación y promoción internacional del proyecto, el acompañamiento en el proceso licitatorio, la revisión técnica de las ofertas y la adjudicación final, según comentó su presidente ejecutivo, Juan Ramón Rivera.