Un registro de 432 vuelos privados, entre el 15 de diciembre del 2021 y el 3 de enero del 2022, en la bitácora del aeropuerto internacional Daniel Oduber, en Liberia, da cuenta del creciente turismo de alto nivel que visita la provincia de Guanacaste.
El registro solicitado por La Nación a la Dirección General de Aviación Civil (DGAC) indica que en ese lapso analizado hubo un promedio de casi 22 vuelos privados diarios llegando a la terminal guanacasteca.
Por esa razón, cada vez se ha vuelto más común observar jets o aeronaves privadas que permanecen estacionadas en ese aeropuerto internacional, mientras los turistas están en esa provincia o recorren otras zonas de Costa Rica.
En eso coincidieron el director general de la DGAV, Álvaro Vargas, el gerente general de Guanacaste Aeropuerto (administradora del Daniel Oduber), César Jaramillo, y el presidente de la Cámara Costarricense de Hoteles (CCH), Javier Pacheco.
Según Vargas, la atención de estos vuelos privados es bastante parecida a la de la aviación comercial. Las aeronaves solo requieren del permiso para ingresar al país.
“Para el sobrevuelo y aterrizaje en nuestro país se requiere únicamente que envíen el plan de vuelo y coordinar con la administración del aeropuerto el espacio para su parqueo, si se queda en el aeropuerto”, detalló Vargas en una respuesta por escrito.
Agregó que en algunos casos las aeronaves permanecen poco tiempo en la terminal. Ahí cargan combustible y se regresan y en menos ocasiones se trata de aviones que realizan una parada técnica.
En tanto, Jaramillo explicó que la llegada y estacionamiento de jets y helicópteros privados al aeropuerto liberiano es una tendencia que viene creciendo y es mucho más visible en la temporada alta del turismo, entre diciembre y abril.
“Son muchos tipos de aeronaves, helicópteros, jets, avionetas. Hay una gran cantidad de matriculas ‘N’, es decir, de Estados Unidos, pero también hay mexicanas, de muchas partes”, declaró Jaramillo. La terminal ha tenido, dijo, hasta 23 vuelos al día de ese tipo, en lo que va de esta temporada alta.
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Pacheco auguró un fuerte crecimiento de ese tipo de turismo en los próximos años. Explicó que aparte del hotel de siete estrellas de la Corporación de Inversiones de Dubái (ICD, por sus siglas en inglés), anunciado el 7 de diciembre pasado, otras tres marcas de lujo darán a conocer muy pronto sus proyectos. Todos los cuatro se instalarán en la península de Papagayo, en Guanacaste.
Estos anuncios serán un gran refuerzo a la imagen internacional del país en el segmento de lujo y, también, un llamado para que Costa Rica acelere la ampliación del aeropuerto liberiano, declaró Pacheco. El dirigente y empresario hotelero consideró necesario y urgente ampliar la pista, tener más estacionamientos para aeronaves y hacer un sector nuevo para que este tipo de visitantes tramiten la migración y otros requisitos.
El Polo Turístico Papagayo fue creado por una ley especial en 1982 y está en un terreno de 1.658 hectáreas propiedad del Estado, en el Golfo de Papagayo. Un grupo de 374 empresas tienen concesiones otorgadas por el Instituto Costarricense de Turismo (ICT) por periodos de 20 años y hasta 50 años prorrogables.
Refugio natural
Jaramillo explicó que aunque no puede aportar cifras comparativas de arribos de aeronaves privadas es visible un incremento durante el inicio de la temporada alta del turismo de este año.
“Pareciera que en este momento somos privilegiados con una preferencia aún mayor a la que ha si
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do usual. Atribuyo esto a efectos de la pandemia, pues la gente busca adónde salir y nuestro país tiene como un elemento de refugio, un lugar bonito, precioso, que no es objeto de grandes congestiones”, comentó el director de Coriport, administrador de Guanacaste Aeropuerto.
De acuerdo con la experiencia vivida en Liberia en los últimos años, la aviación general (así se llama a los vuelos privados) es todavía más estacional que la aviación comercial. Por esa razón, la mayor cantidad de llegadas se presenta en la temporada alta del turismo.
La atención de los jets y helicópteros privados requiere quizá menos acciones que la de las aeronaves comerciales, pero en estos casos se paga un estacionamiento mediante un tarifario ya establecido por Coriport, explicó Jaramillo.
El ejecutivo de Coriport consideró muy relevante otro impacto de este turismo de alto nivel y es que los visitantes son inversionistas que toman decisiones de dónde ubicar sus negocios. Por esa razón es muy probable que en no pocas ocasiones la decisión de invertir en Costa Rica se haya dado luego de una visita turística.
Además, los turistas de ese tipo contratan muchas veces atención personalizada, lo cual implica más trabajo para personas de las zonas que visitan.
“También compran casas, hacen inversiones, tienen un nivel de gasto muy alto y eso queda aquí, en el país. En volumen de personas son mucho menos, pero de muy alto gasto”, destacó Jaramillo.
Hay un símil, añadió el ejecutivo de Coriport, entre este tipo de turista que llega vía aérea y el que llega por medios marítimos, en yates, o que alquilan ese tipo de barcos en Costa Rica.