La cooperativa Dos Pinos lanzó este mes de setiembre una nueva presentación de leche Delactomy con proteína A2, con la cual apunta a un nicho de mercado específico de personas con intolerancia a la caseína A1, y también vende una versión de leche de pastoreo. Con estos pasos, la empresa se adentra en el segmento de dietas especiales que si bien no es masivo, permite comercializar productos de alto valor agregado y que se comercializan a mayor precio.
Aunque en términos técnicos la diferencia entre la caseína A1 y A2 es una materia difícil de explicar en pocas palabras, en sencillo se trata de una innovación con la cual la cooperativa ofrecerá una leche más fácil de digerir, pero que requiere para su producción de una elevada especialización en las fincas productoras.
La A2 se lanzó en presentación de un litro, contiene 2% de grasa, 8 gramos de proteína por porción, no tiene lactosa y además, está fortificada con vitaminas y minerales. Ya se encuentra en algunos supermercados del país como Automercado, en el que se comercializa en ¢1.600, en comparación con una leche deslactosada y descremada tradicional, cuyo precio es de ¢1.290 el litro, de acuerdo con la plataforma web de este supermercado.
“Hemos venido innovando en un segmento de mercado diferenciado, que necesita ciertas particularidades que nosotros, escuchando al consumidor, podemos darle”, comentó Luis Mastroeni, director de Relaciones Corporativas y Sostenibilidad de Dos Pinos.
La doctora en nutrición Shirley Thuel, explicó, sin referirse a la nueva oferta de Dos Pinos en específico, que las leches A2 suelen ser más tolerables para aquellas personas que sufren de síntomas como hinchazón o malestar estomacal tras consumir productos lácteos, además de que presenta características nutricionales similares.
Thuel destacó que como consumidor se debe ser cauteloso, pues aunque las leches conocidas como A2 representan múltiples beneficios para los consumidores intolerantes a la caseína A1, no constituyen una opción para quienes son alérgicos a las proteínas de la leche de vaca.
El lanzamiento del producto de Dos Pinos, que poco a poco irá llegando a los supermercados y abastecedores a lo largo del país, tiene detrás indicadores de referencia y minuciosos análisis de mercado, aseguró Mastroeni. Por ello, aunque su presentación al consumidor se da en un contexto de complejidades económicas ante la alta inflación, la empresa confía en sus datos y en que el producto tiene espacio entre el segmento consumidor al que se dirige.
“Los análisis de mercado nos indican que hay espacio para este tipo de leches diferenciadas como la de pastoreo y la A2, estamos tomando esos datos y desde hace un tiempo venimos planificando el lanzamiento, creemos que hay mercado para estos productos especializados”, aseguró Mastroeni.
Por el momento, el producto se distribuirá únicamente en la presentación de un litro y en el territorio nacional; y aunque el director de Relaciones Corporativas aseguró que no podía adelantar específicamente qué otros productos podrían derivar del nuevo lanzamiento, sí mencionó que este tipo de leche abre la ventana para innovaciones en otros segmentos como helados o quesos.
¿De dónde vienen las vacas A2?
La leche A2 es ya un producto común en otras partes del mundo y el hecho de que el mercado costarricense viera su producción hasta ahora pasa por un tema de tiempo, elementos técnicos y un proceso de suma especialización; incluso, de transformaciones en las líneas de producción.
Para entender mejor el nuevo producto y su producción, La Nación conversó con Francisco Herrera, nutricionista de Dos Pinos y Eladio Alvarado, gerente sénior de Alimentos Balanceados de la cooperativa.
Herrera explicó que se trata de una leche similar a las que se encuentran en el mercado actualmente en cuanto a que es un producto deslactosado, enriquecido con vitaminas y minerales y con 2% de grasa, pero con una gran diferencia: tiene caseína A2, mientras que el resto incluye la caseína A1, que provoca algún grado de sensibilidad gastrointestinal en muchos consumidores.
El especialista en nutrición explicó que la parte proteíca de la leche de vaca está compuesta por dos componentes: suero y caseína; de esta última hay diferentes tipos, como la beta, que también podría ser betacaseína uno o betacaseína dos. Su diferencia radica en un aminoácido: en la A1, en la posición 67, se encuentra la histidina, mientras que en la misma posición de la A2 lo que encontramos es la prolina.
“Esa diferencia de aminoácido hace que en la proteína A1 se libere una cadena de péptidos, que se llama beta-caseomorfina que es la causante de problemas a nivel gastrointestinal”, explicó Herrera.
Otra de las grandes particularidades es que esta leche se produce de forma natural, con la ayuda de vacas que generan de manera específica caseína A2, lo que demanda un proceso de especialización en los productores y sus animales.
Desde su área, Alvarado contó que la producción de leche A2 constituye un desarrollo lento y que se trabaja con fincas que, en muchos casos, iniciaron la selección de las vacas desde hace 15 años. Esto, porque los animales deben tipificarse genéticamente; pues las vacas A2 deben cruzarse con toros certificados con el mismo gen recesivo, para tener crías específicas para la producción de este tipo de leche.
El experto agregó que las vacas con dicha genética tienden a presentar un volumen menor de producción y, además, hay que invertir en infraestructura como cañerías, transporte y equipos diferenciados que eviten la contaminación cruzada con otros tipos de leches, lo que conlleva una importante inversión en fincas y en la empresa.
Como parte de sus innovaciones, la cooperativa también lanzó este mes de setiembre la edición limitada de leche de pastoreo, que se mueve en la línea de la sostenibilidad y el bienestar animal, afirmaron.
Se trata de una leche semidescremada cuya producción se logra con vacas que se alimentan en sistemas de pastoreo, en espacios libres, con acceso a fuentes de agua y con áreas de resguardo del sol y lluvia durante 300 días al año, en promedio.