En su primer año de gestión el ministro de Hacienda, Édgar Ayales se concentró en evitar un descalabro fiscal. Su principal meta para el segundo año es hacer un tercer intento para buscar una solución al déficit del Gobierno el cual se mantiene en niveles altos y cada año engruesa la carga de la deuda del país.
Hace un año, en Semana Santa, el economista Édgar Ayales, estaba en su casa en El Coco, Guanacaste, cuando recibió una llamada del vicepresidente, Luis Liberman, para ofrecerle dejar la tranquilidad de la playa e ir a San José al Ministerio de Hacienda.
Era un contexto difícil, el anterior ministro de Hacienda, Fernando Herrero, había renunciado en medio de publicaciones que cuestionaban sus pagos de impuestos, también el director general de Tributación, Francisco Villalobos, se retiró porque aparecía moroso en el tributo de la renta y el proyecto de solidaridad, que pretendía modificar y elevar los impuestos, estaba por morir.
Ayales aceptó el reto, y empezó su gestión el 1.° de mayo el 2012. El jueves 21 de marzo el funcionario repasó su primer año y conversó de su principal reto para el segundo año: dejar planteada, y ojalá aprobada, una solución fiscal.
El contexto en el cual usted ingresa es bien complicado, recién había renunciado el ministro anterior, también el director de Tributación y la presidenta de la República, Laura Chinchilla, había anunciado medidas para compensar el atraso del plan fiscal.
No me puse a analizar la complejidad, sino la responsabilidad que yo tenía de hacer el trabajo, porque yo en el área fiscal había trabajado como economista de un Banco Central, o de un Fondo Monetario Internacional, y yo sabía que el Ministerio de Hacienda es una institución muy compleja.
Cuando usted ingresó el déficit acumulado en los últimos 12 meses iba por ¢910.000 millones, en febrero el acumulado en los últimos 12 meses va por ¢1.100.000 millones. El gasto se ha sostenido, pero los ingresos se han empezado a caer. ¿Ha empeorado la situación durante su gestión?, ¿cómo lo evalúa?
Yo lo que digo es que cuando vine aquí , el 1.° de mayo, la expectativa del déficit era 5% (de la producción). Entre 4,8% que tenía el programa macroeconómico del Banco Central y 5% que se anunció que iba a ser el objetivo, entonces en la ausencia de ingresos nuevos, lo que hicimos fue anunciar medidas de contención de gasto y de mejora en los ingresos y en el perfil de financiamiento.
”Los otros proyectos fiscales siguieron su curso, el de fortalecimiento de la gestión tributaria, el de transparencia fiscal y el de eurobonos. Aprovechamos fortalecimiento para hacer cambios en Aduanas y Tributación y dedicamos recursos a fortalecer esas administraciones y la Policía Fiscal.
”La economía respondió muy bien hasta setiembre u octubre del año pasado, los gastos se contuvieron, especialmente remuneraciones, salarios, y eso logró que al final del año terminaríamos con un déficit del 4,4%, que es como yo mido el éxito de la gestión en ese periodo”.
En los ingresos hubo una mejora, pero en los últimos meses se debilitaron.
Si ves, el IMAE (Índice Mensual de la Actividad Económica) tuvo esa burbuja grandota que creció de enero a setiembre a tasas de un promedio de casi 6%, y luego en octubre comenzó a desacelerarse (') ya ahora en febrero comenzó a recuperarse el IMAE y la recaudación.
Pareciera que en su primer año de gestión lo principal fue sostener la situación.
Por supuesto. Yo claramente entendí el mensaje de que no había margen político para tomar medidas significativas de incremento en los ingresos.
”He estudiado mucho el tema (de los fracasos anteriores en reformas fiscales) y debemos ver qué elementos podemos ahora cambiar para asegurarnos, o minimizar el riesgo, de que esto no vuelva a suceder porque Costa Rica no puede darse el lujo de fallar una vez más en un intento de mejorar las finanzas públicas de manera permanente y sostenible.
”Entre las lecciones una muy importante es que el esfuerzo que se haga tiene que ser comprensivo. Este proceso de consolidación fiscal tiene que tener un esfuerzo de todos los elementos de las finanzas públicas, ingreso, gasto y financiamiento.
”Otra lección es que Hacienda haya demostrado que estamos haciendo el mejor uso posible de los instrumentos con que contamos, que recaudamos bien los impuestos, combatimos la evasión, la elusión, el contrabando, revisamos las exoneraciones, analizamos la eficiencia del gasto, contenemos el incremento de los salarios más allá de la inflación, etc.”
Recientemente el subdirector del Fondo Monetario Internacional dijo que entre más se tarde, será más doloroso para la gente.
Más duro. Porque cada año le estamos añadiendo entre un 4% y un 5% del PIB a la deuda. Eso va a aumentar el déficit con el servicio de esa deuda adicional y se crea un círculo vicioso.
Precisamente por eso, ¿por qué esperar todo este tiempo para hacer una propuesta?
Yo hubiera querido que se hiciera inmediatamente cuando comencé en el puesto, pero hay varias realidades. En esas lecciones que hablé, hay otra que hemos aprendido: yo creo que cualquier proceso debe tener una consulta nacional exhaustiva a nivel técnico, como lo estamos haciendo.
¿Es esta su principal tarea en el año que le queda?
Es mantener el esfuerzo (de control fiscal) y concluir el proceso del diseño (del nuevo plan).