Ni restaurantes convencionales, ni plazas de food court. La apuesta de los mercados gastronómicos está centrada en la creación de experiencias bajo el concepto de comida sofisticada.
Este modelo de negocio se expande rápidamente en Costa Rica con la creación de mercados tanto dentro como fuera de la Gran Área Metropolitana (GAM).
Nombres como El Mestizo Gastronómico, en Escazú; mercado La California, Amor de Barrio, El jardín de Lolita y El Abasto, en San José; Mercado Gastronómico La Fortina, Por Media Calle, Esencia Mercadito, en Heredia; Arajo, en Cartago; y El mercadito de Tamarindo en Guanacaste, son tan solo algunos ejemplos de los locales que han abierto en los últimos tres años.
Este concepto encontró la fertilidad con apuestas que combinan opciones gastronómicas elaboradas, el entretenimiento, espacios abiertos aptos para familias, amigos e incluso mascotas.
Entre las aperturas más recientes se encuentra Arajo, espacio que fue inaugurado el 28 de agosto dentro de Paseo Metrópoli en Cartago.
La propuesta incluye las barras gastronómicas con comida española, mexicana, alemana e italiana, así como de un espacio novedoso llamada La Feria, donde se colocan emprendedores que ofrecen sus productos.
La creación de este complejo responde a la tendencia gastronómica que está en pleno auge en el país.
Otra apertura reciente es Amor de Barrio, mercado que abrió el 15 de febrero pasado en el barrio La California, el epicentro de la vida nocturna en la capital.
“Estamos con diferentes puntos gastronómicos en los que ofrecemos: Melted , JoseMaiz, Sie7e , Falafel , L’ Avocado , Kilombo, Meet , Sucursal Limeña , Madre Pizza y Bao. Además de dos bares: en el sótano Rabbit Hole y en el cuarto piso Selvática. Solo faltaría un espacio por completar y del cual ya hay conversaciones avanzadas y es de comida mexicana”, explicó Olivio Mena, gerente general de La Fabbrica y propietario de Amor de Barrio.
El motivo de habilitar este espacio en La California responde a que el centro de San José está experimentando un momento en el que no solo la oferta de bares ha aumentado, sino también la de platillos más elaboradoras. “Aquí es donde entra el encanto de Amor de Barrio, que es un balance entre esas dos necesidades”, acotó Mena.
Uno de los factores que señalan los propietarios de estos espacios es la constante búsqueda de experiencias nuevas, una de las principales necesidades de los millennials.
El Abasto, otro mercado ubicado en el corazón de San José, abrió sus puertas dada la alta demanda que tiene desde hace varios años el restaurante Tenedor Argentino –ubicado al lado de El Abasto–.
Su propietario Jorge Saggal, decidió ampliar ese espacio y transformarlo en mercado gastronómico. Con una inversión de $100.000, el lugar duplicó su capacidad.
El Abasto cuenta con cuatro ambientes: un Sport Bar, zona de parrilla, sanguchería y un área más privada para realizar reservas.
El modelo de mercado gastronómico salió de la Gran Área Metropolitana y llegó a Tamarindo, Guanacaste.
El Mercadito de Tamarindo está compuesto por 11 restaurantes. Además, tiene un bar que fue diseñado alrededor de un barco velero llamado Medusa.
Los restaurantes que componen El Mercadito son Poke Hawaiano, comida caribeña, comida vegana, comida asiática, sanguchería argentina, pizzería italiana, crepas, hamburguesas gourmét, arepas venezolanas, repostería francesa y heladería.
Este mercado tiene como requisito que sus restaurantes tengan especialización en la elaboración de un tipo de producto. Esto permite que los clientes tengan acceso a múltiples opciones de restaurantes.
Se trata de un espacio abierto y con un sistema de techos pergolados, que permite tener tanto áreas techadas así como áreas descubiertas dentro de la propiedad.
“Si bien los mercados gastronómicos han crecido en el país recientemente, es importante recordar que este concepto ha existido por muchos años en otros países. La razón es simple, la necesidad que tenemos como seres humanos de socializar. Los mercados gastronómicos permiten a las personas compartir en ambientes menos formales y rígidos como un restaurante o cafetería, pero manteniendo la calidad alta de comida y ambiente”, afirmó Juan Carlos Cerdas, vocero del proyecto.
La idea de llevar un mercado gastronómico a Guanacaste nació por la gran cantidad de turistas que visitan la zona
“El Mercadito lo hicimos pensando en crear un espacio que aporte al crecimiento positivo del pueblo de Tamarindo, del cual somos parte. Actualmente nos encontramos en etapa de desarrollo de otros puntos dentro de la provincia para crear nuevos mercaditos”, agregó Cerdas.