Jose López, presidente de Autotransportes Moravia cuenta que en mayo del 2020 requería ¢53.700 para llenar el tanque de combustible de un autobús, pero ahora necesita ¢126.750. Este aumento implica para su empresa ¢15 millones adicionales por mes para cubrir la cuenta de diésel y no puede transferir el costo al consumidor en este momento porque las tarifas se fijan por ley cada seis meses.
El camino que le queda, indicó, es bajar la frecuencia de los viajes lamentando los efectos sobre sus clientes.
“¿Qué hacemos para mitigar? El transporte urbano es de mucha frecuencia, nosotros tenemos permisos de cada tres minutos, cada seis minutos, son muy cortitos los plazos, tenemos que empezar a dosificar esto y en vez de sacar 50, 60 o 70 buses al día, puedo sacar 50, 40 o 30″, comentó López.
Así como este empresario, otros están actualmente buscando vías para amortiguar el fuerte incremento de combustibles tras los 23 ajustes aprobados en el 2021 y lo que llevamos del 2022 y los últimas con incrementos más fuertes llevando a algunos tipos de combustible a precios históricamente altos.
Medidas como capacitar a los choferes en el ahorro de combustible, cambiar a flotas más eficientes en consumo del mismo, consolidar cargas para aprovechar mejor los espacios y hasta compartir transporte son algunas de las medidas que contaron algunas empresas consultadas.
¿Qué hacen otras empresas?
Según el cuadro de oferta de utilización que publicó el Banco Central en el 2019, con referencia a la producción del 2017, el transporte de pasajeros y carga por diferentes es vías es una de las actividades que más utiliza combustibles en el país y por lo tanto de las más afectadas con el incremento, lo cual los ha obligado a buscar opciones para aumentar la eficiencia.
“Lo que estamos implementando es la utilización no solo de una plataforma que se llama Batsë, que es la plataforma oficial del Consejo de Transporte Público, sino que estamos implementando sistemas de comunicación en las diferentes bases de operación para que el taxista ande lo menos posible vacío”, comentó Rubén Vargas, secretario general de la Unión de Taxistas Costarricenses.
Según la misma información del Banco Central, la elaboración de productos lácteos se encuentra también entre las industrias que destacan en el consumo de búnker. En este campo la Cooperativa Dos Pinos contó su experiencia.
“La Cooperativa Dos Pinos ejecuta planes de manejo de costos para enfrentar este momento tan particular, además trabaja de la mano con los técnicos de la cooperativa y los productores, para utilizar las mejores prácticas en reducción de costos y manejo de las fincas, con el propósito de seguir produciendo con la misma eficiencia y calidad de siempre”, explicó Luis Mastroeni, director de Relaciones Corporativas y Sostenibilidad de Dos Pinos.
Añadió que en Dos Pinos, desde hace dos años, inició un proceso de transformación de su flotilla vehicular con nuevas unidades que consumen menos combustible y que cumplen con los límites de emisión Euro 5. Con estas nuevas tecnologías, se estima que cada unidad de transporte permite un ahorro de hasta 230 galones anuales de combustible, al tiempo que reducen las emisiones de dióxido de carbono hasta en un 80%.
Cuentan además con un plan de capacitación para sus choferes llamado “Flota Inteligente”, que toma en cuenta una serie de buenas prácticas para su seguridad y el ahorro de combustible, entre otras medidas para optimizar la conducción en carretera.
Otra industria que destaca por el uso de combustibles es la de elaboración de bebidas. María Pía Robles, directora de Relaciones Corporativas de Fifco (Florida Ice & Farm Co), compartió una lista de acciones que han tomado para ahorrar combustibles.
Las medidas incluyen la educación de quienes movilizan la flotilla vehicular con buenas prácticas de manejo que impactan positivamente en una reducción de la huella de carbono de sus trayectos.
“Mantenemos como principal fuente de energía para transporte el diésel y el gas LP. Gracias a iniciativas de reducción en el área de almacenes y distribución el año pasado, el consumo de diésel en flota disminuyó un 1,72% a pesar de la recuperación de la operación en ese mismo año comparado con la crisis del 2020″, comentó Robles.
Además la compañía busca mayores eficiencias en el proceso de distribución para compensar en parte el alza de los combustibles, como consolidar cargas lo más cercano a los sitios de mayor concentración de puntos de entrega y la implementación de traslados con cargas compartidas.
Sobre este último punto detalló que han realizado convenios con otras empresas y de esta forma usan el transporte propio o de terceros para aprovechar la consolidación de carga en vehículos con rutas comunes.
En octubre del 2019 este diario publicó una información en la cual contaba la experiencia de Fifco y Cemex en la cual los camiones de Cemex, que antes regresaban vacíos desde San José a su centro de distribución en Nicoya y Puntarenas, pasaron a llevar productos al centro de distribución de Fifco en estas zonas.
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Hay otras industrias, que aunque utilizan fuertemente los combustibles como insumo, les resulta difícil hacer cambios para bajar el consumo sin afectar la producción. Tal es el caso del Grupo Vical que produce vidrio.
“El búnker y el gas han aumentado un 194% con respecto al 2020. Nuestros hornos consumen una cantidad específica de energía, que no se puede cambiar”, respondió la Oficina de Asuntos Corporativos Grupo Vical ante consultas de este diario.
La producción de carne y embutidos también destaca por la utilización de búnker.
“El búnker se utiliza mucho en las plantas procesadoras de carne, ha tenido un incremento bárbaro en estos últimos meses, me reportan información que enero a marzo (del 2022) se ha incrementado en un 55% solamente la compra del búnker, pero también se ha incrementado en un 24% el transporte del mismo (…) el búnker se utiliza muchísimo para calentar calderas para generar agua caliente y para generar vapor para el proceso de sacrificio para desinfectar, limpiar, etc”, explicó Luis Diego Obando, director ejecutivo de la Corporación Ganadera.
Esto ha llevado a empresas como Matadero Del Valle a buscar formas para aminorar el consumo de combustibles y minimizar a todo nivel los gastos, según comentó Lucía Gómez, gerente general.
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En la Asamblea Legislativa se discuten varios proyectos de ley para paliar los altos precios. Entre ellos uno para congelar, de forma temporal, la actualización del impuesto específico a los combustibles, otro para fijar un techo temporal a este impuesto y otro para eliminar la última solicitud de incremento presentada por Recope y hacer que la entidad proponga otra.