Tesla perdió la asombrosa cifra de dos tercios de su valor de mercado en 2022, víctima de los temores sobre la demanda de vehículos eléctricos, la consternación por las tribulaciones del magnate Elon Musk como nuevo jefe de Twitter y el fin del dinero fácil en Wall Street.
En los papeles, todo iba bien para el icónico fabricante de vehículos eléctricos, que superó los problemas de suministro y obtuvo una ganancia de casi $9.000 millones en los primeros tres trimestres del año a pesar de los costos altísimos.
Pero ese desarrollo es más lento que el ritmo vertiginoso de crecimiento que el director general Musk exige de su empresa con la ambición declarada de que Tesla desbanque a Apple como la empresa más valiosa del mundo.
Incluso si el precio de las acciones está sujeto “a muchos elementos emocionales... Tesla será, en mi mejor opinión, la compañía más valiosa del mundo en menos de cinco años”, sostuvo Musk, desafiante, en un foro realizado en Twitter este mes.
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Al culpar de los problemas a las "condiciones macroeconómicas" generales y las altas tasas de interés aplicadas por la Reserva Federal, Musk afirmó que "no puedo decir suficientes cosas buenas" sobre Tesla, y pidió a sus oyentes que ignoren sus desventuras en Twitter, donde el verborrágico empresario ha acaparado los titulares desde que asumió el mando en octubre pasado.
Pero para algunos analistas, los problemas de Tesla son más serios y no están relacionados con Twitter, principalmente porque los días en los que era el único jugador en el mercado de los vehículos eléctricos ya quedaron atrás.
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El nuevo año “se perfila como un año de ‘reinicio’ para el mercado de vehículos eléctricos”, inundado por la oferta, dijo el analista Adam Jonas de Morgan Stanley en una nota.
“Hay obstáculos que superar”, agregó, citando el alza de la competencia y el empeoramiento de la economía estadounidense, con el costo de vida disparado por la inflación.
La competencia y un descuento excepcional
En 2023, el zumbido silencioso de los motores eléctricos también provendrá de vehículos que no sean Tesla, a medida que los fabricantes de automóviles tradicionales empiezan a presentar modelos a un ritmo sin precedentes.
En la categoría de automóviles de lujo, marcas como Mercedes-Benz, BMW, Audi, Polestar y Rivian han entrado en la competencia y el cambio se avecina rápidamente para Tesla.
Si bien la compañía de Musk con sede en Texas capturó el 65% de la participación de mercado en los primeros nueve meses del año, los analistas de S&P Global predijeron que su participación se reducirá a solo el 20% para 2025.
La situación en China tampoco ayuda. Según informes de prensa, la producción está actualmente suspendida en la fábrica de Tesla en Shanghai debido a problemas relacionados con el covid.
Para aumentar las ventas, Tesla ha ofrecido un descuento excepcional de $7.500 a los clientes de Estados Unidos en el nuevo Model 3 o Model Y, junto con 16.000 kilómetros de carga rápida gratuita.
La sombra de Twitter
Tesla, en parte debido a que su director general es una superestrella, todavía tiene sus fanáticos acérrimos y se considera indiscutible en términos de tecnología, gestión de costos y escala en un mercado de tan rápido crecimiento.
La firma de inversión Robert W. Baird cree que el grupo es el “mejor posicionado en el mercado automotriz” y aún recomienda comprar acciones de Tesla a pesar del desplome.
Pero sobre todo esto se cierne la sombra de Twitter, la influyente plataforma que Musk compró a fines de octubre, por la que pagó $44.000 millones y luego provocó controversias al despedir a más de la mitad de su personal.
El multimillonario vendió varios miles de millones de dólares en acciones de Tesla para financiar su nueva empresa.
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Se ha vuelto “insostenible” separar el futuro de Tesla de la gestión errática de Twitter por parte de Musk, opinó Colin Rusch, de la consultora financiera Oppenheimer.
Los eventos en Twitter son "demasiado para que la mayoría de los consumidores continúen apoyando a Musk y Tesla", agregó Rusch, y predijo que las payasadas del multimillonario llevarían al menos a algunos compradores hacia otras opciones de vehículos eléctricos.
La debacle bursátil se produce después de que las acciones de Tesla subieran más de un 700% en 2020 y un 50% en 2021.
Aunque se han recuperado casi un 12% en los últimos dos días, el jueves seguían cayendo un 65% en comparación con principios de año.