La expansión de la corporación Intel en Costa Rica, que el 10 de diciembre del 2020 anunció el regreso de su área de manufactura, la cual había salido del país en el 2014, se debe a la tendencia de reubicación de inversiones o nearshoring, reconoció Timothy Scott, gerente de Asuntos Gubernamentales.
Ese crecimiento se demuestra, por ejemplo, en que en el 2014 Intel tenía 2.700 empleados en Costa Rica, al momento de cerrar su área de manufactura, y actualmente ya cuenta con 3.177 colaboradores y tiene 200 plazas abiertas, argumentó Scott.
El representante de Intel consideró que el tema de la ubicación geográfica de las inversiones pesó desde la llegada de esa corporación a Costa Rica, en 1997, pero reconoció que varios factores relanzaron el nearshoring en los últimos años.
“Ese es uno de los elementos que permite que hoy, 25 años después, tengamos a Intel Costa Rica en el país creciendo como nunca y con una diversidad de unidades de negocios que nunca antes hemos tenido”, enfatizó Scott.
El nuevo impulso al nearshoring surgió por factores como la crisis del transporte marítimo internacional, que trastornó la cadenas de logística, la saturación de los puertos en el mundo y el consiguiente atraso en las entregas de mercancías.
“Esos elementos hacen todavía más importante el poder estar en una ubicación geográfica cercana a sus principales mercados, cercana al país de origen de la inversión. En nuestro caso como Intel, cercana a los Estados Unidos”, agregó.
Otro elemento, en el caso específico de Intel, es que el nuevo CEO (director ejecutivo) de la corporación, Pat Gelsinger, ha dicho de manera clara, enfática y pública que nuestra corporación quiere rebalancear la oferta de semiconductores a nivel global, declaró Scott.
En ese panorama, Costa Rica tiene ventaja, consideró, pues tiene una operación de Intel que durante 17 años desarrolló con éxito procesos de ensamble y prueba, que después de eso trajo investigación y desarrollo y servicios (un centro de servicios especializado) y que de nuevo tiene manufactura y prueba.
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Mencionó áreas donde el país se ha desarrollado, pero que tienen muchas opciones de mejora. Costa Rica es uno de los países en la región que tiene mejores niveles de inglés. “Es claro que el idioma de los negocios de una compañía como Intel es el inglés, y si nuestros ingenieros e ingenieras, que son más de 1.000 en Costa Rica, tienen que estar trabajando en línea con otros ingenieros e ingenieras de casa matriz para resolver problemas, el idioma en que lo van a hacer es el inglés”, dijo.
Otro aspecto, continuó, es que seguimos destacando como un capital humano capaz de renovarse, innovador; sin embargo es importante aumentar la cantidad de ingenieros e ingenieras en las diferentes universidades, públicas y privadas.
También llamó a trabajar en el tema de los incentivos a las empresas, en infraestructura (mejoramiento del aeropuerto Daniel Oduber y de sus rutas de acceso), así como en servicio de la electricidad.
“Estamos bien, pero siempre podemos mejorar. Todos los países le están tocando la puerta a corporaciones como la muestra”, recordó.