La leche dormida, una de las bebidas más tradicionales de Cañas y de todo Guanacaste, promete llegar al resto del país en el 2013.
Los Gutiérrez, propietarios de la receta y herederos del negocio dejado por don Rogelio (q.d.D.g.), construyeron una fábrica en las cercanías de la sodita donde se vende la bebida desde que idearon la receta, hace 66 años.
Los planes familiares incluyen comprar un camión repartidor para distribuir leche dormida por Guanacaste, con posibilidades de expandirse a Alajuela, Heredia, San José y el resto del país.
La soda Don Rogelio es parada obligatoria en Cañas; está ubicada junto al Banco de Costa Rica.
El local debe su nombre a Rogelio Gutiérrez Ruiz, quien desde que era “un guila” cosechó fama preparando y vendiendo bebidas tradicionales guanacatecas como resbaladeras, horchatas y repostería casera de la zona.
Por eso, ¡ay de quien pase por ahí y no se tome una leche dormida porque se perderá una de las bebidas más deliciosas y tradicionales de la provincia!
Solo se puede decir que el origen de la bebida está en un sueño que tuvo don Rogelio. Y que la bebida es a base de leche; los demás ingredientes quedan pendientes pues son el secreto mejor guardado de toda la Pampa.
La familia Gutiérrez, heredera de la tradición de don Rogelio, le puso patente a la bebida para que nadie les robe la receta en un futuro.
Desde hace 35 años, la sodita permanece en la mentada esquina cañera, con unas cuantas mesas para que los comensales sedientos aprovechen un ligero descanso y se refresquen con una, o, ¿por qué no?, varias leches dormidas.
El negocio que planean abrir para inicios del 2013, contará con varias marmitas capaces de aumentar la oferta. Actualmente, la producción de leche dormida es de 12 galones diarios (44 litros). Ellos, además, producen 8 galones de crema diarios (30 litros).
Con la fábrica, la estimación inicial es duplicar esas cantidades.
Además de la leche dormida, la fábrica se encargará de preparar todos los productos vinculados con la marca Don Rogelio: resbaladera, linaza, horchata y la crema.
Todas esas bebidas las seguirán vendiendo con las famosas rosquillas que le compran a La Romanita –negocio de Cañas–, las empanadas de queso, coco y papaya, y el budín y tamal casero.
“Todo el mundo nos pide que llevemos el negocio a San José, Alajuela, Liberia... Nosotros queremos hacerlo sin perder la calidad que siempre hemos tenido”, afirma Marina Gutiérrez, la única hija que tuvo don Rogelio, quien falleció en abril del 2011.
La promesa de los Gutiérrez es seguirlo haciendo así para continuar con la tradición que heredaron de la bisabuela.