Cuatro meses después del arranque del servicio, la embarcación que operaba la ruta de ferri entre Costa Rica y El Salvador suspendió labores en forma indefinida. Así lo confirmó, este martes, un personero de la empresa Marina Intercontinental S. A. (Marinsa), representante en nuestro país de la empresa Blue Wave, propietaria de la nave.
“El ferri ya no vuelve más, casualmente ayer (lunes) cruzó el Canal de Panamá hacia el Atlántico”, indicó a La Nación, Óscar Álvarez, gerente general de Marinsa y director de la División Marítima del consorcio ILG Logistics, del cual forma parte la naviera que asumió la representación del servicio a mediados de noviembre.
Álvarez señaló que el servicio se canceló cuando la embarcación Blue Wave Harmony cruzó hacia el Atlántico. “De hecho, nosotros fuimos los agentes que cruzamos la nave en el Canal de Panamá. Por lo pronto, podemos decir que el servicio El Salvador-Costa Rica está suspendido indefinidamente”, aseveró.
Este diario intentó contactar al director de Blue Wave, Michael Volks, pero hasta el cierre de esta nota no había respondido a las consultas. “En reunión”, fue el único mensaje que envió a través de WhatsApp.
La tarde de este martes, la nave se encontraba en el océano Atlántico, de acuerdo con la plataforma Marine Traffic. Álvarez dijo desconocer el destino final de la embarcación.
La operación del ferry tuvo actividades hasta la semana del 11 de noviembre pasado, según registros del Instituto Costarricense de Puertos (Incop). El reporte de Situación Portuaria (itinerario) de la Sociedad Portuaria de Caldera, del 29 de noviembre, refleja cancelaciones de atraque del Blue Wave Harmony para los días 17 y 28 de noviembre.
La Nación solicitó al jerarca del Ministerio de Transporte y Obras Públicas (MOPT), Luis Amador, sus comentarios sobre la suspensión de la operación del ferri. Sin embargo, el jerarca se excusó por encontrarse en una sesión del Consejo Nacional de Concesiones y aseguró que posteriormente atendería la consulta personalmente.
Amador delegó en Verny Jiménez, director de la División Marítimo Portuaria del MOPT, dar la posición oficial de la entidad. El funcionario dijo conocer “por terceras personas” sobre la suspensión y aseguró que ni la embarcación ni la empresa naviera han notificado oficialmente el cese de actividades. El representante de la naviera, Óscar Álvarez, dijo que estarán informando a las autoridades.
Jiménez comentó que se están realizando gestiones para conocer las razones de la decisión. Manifestó que sus homólogos salvadoreños recibieron una comunicación informal por parte de la embarcación, la cual habría indicado que el cese de operaciones obedecía a que no lograron transportar el volumen de carga proyectada.
A pesar de no tener una notificación oficial ni informal, el funcionario señaló que se encuentran en conversaciones preliminares con una empresa mexicana y otra panameña que han realizado ofertas para operar esta ruta.
La Nación consultó a la empresa CMC, representante de la operación en El Salvador, pero el gerente de Operaciones, Alberto Guzmán, evitó pronunciarse.
‘Una pesadilla’
Óscar Álvarez, gerente general del Marinsa, lamentó el cese de una operación que consideró “interesante”, pero sostuvo que “desde el principio fue mal estructurada” debido a que los costos de operación son muy altos, con gastos de al menos $10.000 diarios.
A esto se suma la fallida posibilidad de ampliar la ruta hacia Panamá, idea surgida en el contexto de las protestas sociales que provocaron el bloqueo de las vías terrestres en este país por más de un mes. Álvarez indicó que, al final, la empresa Blue Wave no obtuvo respuesta de las autoridades panameñas.
“El barco ya cruzó el Atlántico y pagó una suma muy alta por irse del Pacífico y olvidarse de este negocio que fue una pesadilla para él”, comentó Álvarez refiriéndose a Volks.
La embarcación realizó su primer viaje desde Costa Rica, el pasado sábado 12 de agosto, con dos camiones a bordo y suspendió el segundo viaje para ajustar operaciones, según explicó Volks en aquel momento.
Álvarez indicó que el ferri, con capacidad para transportar 100 camiones por viaje, competía con las líneas navieras de Centroamérica y con los transportistas de la vía terrestre y que la empresa no realizó un estudio de mercado previo y hubo mucha confianza en las expectativas que generaron los representantes anteriores de la operación.
Al respecto, Mario Rodríguez, director ejecutivo de la empresa Transmares, a cargo de la operación del ferri desde el inicio de las actividades hasta mediados de noviembre, aseguró que se realizó un estudio de mercado detallado. “Pero a los clientes no les pareció competitivo el precio de Blue Wave”, aseveró.
La operación inició con dos viajes semanales programados, pero desde los primeros recorridos hubo poca demanda. Durante el primer mes operó con el 10% de la capacidad de carga, y la empresa decidió reducir la actividad a un viaje semanal.
Las tarifas para la ruta del ferri oscilaban entre $1.145 y $1.360, dependiendo de la longitud y el peso del vehículo, así como de la carga transportada. El recorrido estimado era de 360 millas náuticas entre Puerto Caldera, en Costa Rica, y Puerto La Unión, en El Salvador.
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