En medio de la crisis política que Nicaragua sufrió entre 2018 y 2019 el sector exportador costarricense sufrió un duro golpe. Los cierres en las distintas carreteras nicaragüenses fueron el principal motivo que empujó los números de las exportaciones hacia abajo.
Tanto fue el golpe, que el Banco Central de Costa Rica (BCCR) determinó que la crisis en Nicaragua fue uno de los factores por los que la economía nacional creció tan poco en el 2019, apenas un 2,1%.
Entonces, la solución se visualizó en el mar. La posibilidad de exportar los productos nacionales a través de un ferri que atraque en El Salvador no es nueva, pero en el 2019 tomó fuerza como un “plan B” para que el país se resguarde de nuevos conflictos.
Sin embargo, un año después la “solución” está pausada por falta de espacio y de un barco, podría ser realidad hasta el 2021.
Sin espacio
En el país no hay un predio establecido para que los distintos furgones y camiones de carga puedan acomodarse para realizar el embarque al ferri. Es decir, aunque el barco pueda llegar a Costa Rica no podría embarcar ni desembarcar los carros a falta de espacio en puerto Caldera, que ya está colapsado y está a la espera de una modernización, de acuerdo con el Instituto Nacional de Puertos del Pacífico (Incop).
Esta falta de capacidad se debe a que la terminal es antigua y cuando se creó, no se consideró ningún espacio para una operación intermodal de este tipo.
El Incop ya adjudicó la contratación del diseño del predio. El terreno existe y está en manos del Ministerio de Obras Públicas y Transportes (MOPT), pero forma parte de la zona de reserva portuaria. Actualmente el proceso se encuentra en trámite con Setena.
De acuerdo con Juan Ramón Rivera, presidente ejecutivo del Incop, esta falta de espacio es el principal atraso en el proyecto del que se viene hablando desde el gobierno de Luis Guillermo Solís, pero que volvió a discusión durante la crisis en Nicaragua.
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Hay más inconvenientes. Otra amarra para que el ferri zarpe es precisamente el barco que transportará los furgones y el tipo de atraque que realizará. Aunque ya hay una empresa interesada en dar el servicio, no tienen las condiciones necesarias.
“El ferri debería tener una salida lateral para los vehículos para poder atracar en forma paralela a la pantalla de atraque y que así se pueda usar tanto en Caldera como en el puerto de La Unión en El Salvador”, explicó Rivera.
Es por estos motivos que en Costa Rica los trabajos siguen sin arrancar. Del otro lado, en El Salvador se anuncia el ferri con mucha más vehemencia, ya que, según Rivera, están listos para empezar con la nueva ruta marítima.
“Seguimos trabajando fuertemente, pero yo creo, sinceramente, que ese sistema para este año, no va a estar funcionando. Sería para principios del año entrante", declaró Rivera.
El escenario actual puso aún más peso en el proyecto. La pandemia de covid-19 deberá ser un impulso más para este plan, de acuerdo con el presidente del Incop. Los manejos tan diferentes que se han realizado de la emergencia entre las distintas naciones, principalmente en Nicaragua donde las medidas de contingencia han sido laxas, debe ser un aliciente para que los países centroamericanos se pongan de acuerdo.
Mientras el tiempo pasa cargado de trámites burocráticos, el Incop analiza un plan C aún sin mucha forma. “Estamos tratando de diseñar un plan alternativo más inmediato”, explicó Rivera. “Se debe tratar el tema a nivel centroamericano, porque nos incumbe a todos”, detalló.
Sin plan B para 90% de exportaciones
El balance del cierre del 2019 para Costa Rica fue positivo si se compara con el 2018. Pero los riesgos no dejan de existir. Uno, inesperado, se materializó en el coronavirus y otro de ellos es Nicaragua, según el BCCR.
Una intensificación en el corto plazo del conflicto político en el país del norte, aunque actualmente reducido, es uno de los tres grandes riesgos que visualiza el Central para la economía nacional en el 2020. Además, destacan un crecimiento menor de la economía mundial y choque por los precios internacionales de las materias primas.
¿Por qué afecta tanto que Nicaragua esté en conflicto? Porque el 90% de las exportaciones de Costa Rica a Centroamérica pasan por ese país.
El impacto de la situación en la nación vecina redujo la tasa de crecimiento de la economía costarricense en 0,2 puntos porcentuales (p.p.) en 2018 según el Programa Macroeconómico del 2020. La afectación se da, principalmente, por el freno a las exportaciones. En contexto, las ventas a otros países de la región tienen más peso que las que se realizan a la Unión Europea.
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En 2017, un año antes de que iniciara el conflicto nicaragüense el país colocó en el istmo $2.391 millones, mientras que en Europa se vendieron $2.198 millones, según datos de la Promotora de Comercio Exterior (Procomer).
Al primer semestre del 2019 las exportaciones por esa vía cayeron al punto más bajo en la última década según datos de Procomer, mientras que las ventas directas a Nicaragua cayeron en 13% en el primer trimestre del año anterior.
Durante el 2019 las empresas del régimen definitivo que representan el 90% del Producto Interno Bruto (PIB) de Costa Rica tuvieron desaceleración económica, de acuerdo con los datos del BCCR. Nuevamente, los problemas en Nicaragua y su impacto sobre las exportaciones a Centroamérica estuvieron en la palestra.
Esta reducción afecta de manera particular a las empresas pequeñas, que representan el 77% de las compañías que exportan a la región según datos de la Cámara de Exportadores de Costa Rica (Cadexco). Mientras no haya un método alternativo de transporte, como por ejemplo el ferri, toda esa carga queda supeditada a la crisis.
El futuro barco
En 2021, según Rivera, esto debería dejar de ser un riesgo ya que el anunciado ferri a El Salvador entraría en operaciones. El tipo de ferri que recorrería el trayecto entre puerto Caldera en Costa Rica y el puerto de La Unión en El Salvador debería tener una capacidad aproximada para 100 furgones, con productos de varios tipos, pero principalmente perecederos.
Pero no solamente sería un plan B ante un bloqueo de vías, sino que sería un medio de transporte mucho más rápido que la vía actual.
El proceso de carga duraría aproximadamente cuatro horas y un tiempo similar el de descarga de los vehículos. A esto se le debe sumar 18 horas de recorrido entre ambos puertos. Es decir, el proceso total duraría poco más de 24 horas, mientras que actualmente el recorrido entre ambos países, vía terrestre, se realiza en tres días, de acuerdo con Rivera. El costo de mover un contenedor enganchado por el ferri será entre $140 y $170.
Mientras se resuelve la construcción del predio para los camiones, se decide qué barco hará el trayecto y cómo atracará; la discusión actual se centra en si ampliar o no el tipo de operación del ferri. Hay algunos operadores, según Rivera, que quieren incluir en el servicio que se brindará, la carga desenganchada, es decir, la plataforma sin el cabezal. El problema es que este tipo de trasiego no está contemplado en la legislación centroamericana. Este tema se conversará en una próxima reunión en El Salvador, en agosto.
Aunque el arranque de las operaciones está condicionado, los otros procesos avanzan. “La Dirección General de Aduanas estuvo haciendo pruebas de comunicación entre ambas aduanas para hacer un trámite expedito a los furgones. Las pruebas tuvieron un buen resultado”, detalló el presidente del Incop.