Mantener un negocio a flote en tiempos del coronavirus no es una tarea fácil. Los centros de entrenamiento y gimnasios en todo el país ajustaron sus estrategias para continuar pese a las medidas de distanciamiento social y los constantes cierres de sus locales en los últimos meses.
Fortalecer los canales de mercadeo digital, ofrecer programas de entrenamiento personalizados para hacer en casa por medio de aplicaciones de video, y alquilar o vender equipos son parte de las estrategias que implementan los empresarios de este sector para seguir adelante.
Un ejemplo de reconversión es Claudia Coach, un centro de entrenamiento ubicado en San Rafael de Heredia, donde las personas pueden optar un sistema de ejercicios que no es funcional ni CrossFit, se trata de un método que combina diferentes técnicas de acuerdo con los objetivos de cada persona.
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Antes de la pandemia este negocio había desarrollado una app que le permite a sus clientes agendar las citas para entrenar durante diferentes horas del día. Sin saberlo, esta inversión se convirtió en una importante herramienta durante los días de confinamiento más estricto.
“Con la app podemos ofrecer videoclases en vivo a nuestros clientes, estas sesiones se brindan en formato uno a uno lo que nos permite trabajar los objetivos de cada persona y motivarlos para que no dejen el ejercicio”, explicó Juancarlo Laurente, copropietario de este centro de entrenamiento.
Claudia Coach también utiliza su app para incorporar publicidad de anunciantes externos, subir videos de clases gratuitas, ofrecer webinars con una nutricionista recién incorporada al equipo de trabajo y atender las consultas particulares de los clientes.
De acuerdo con Claudia Costa, copropietaria del negocio, durante estas semanas de alta incertidumbre en las cuales se aplican cierres sorpresivos de los establecimientos comerciales para frenar el contagio del virus, es importante dar diferentes alternativas, por esa razón crearon kits con pesas y otros artículos que venden a las personas para que puedan continuar con entrenamientos en casa.
La pandemia también los llevó a impulsar el mercadeo digital y aliarse con instituciones como el Instituto Costarricense del Deporte y la Recreación (Icoder) y con marcas como Dos Pinos para financiar la producción de videos y clases gratuitas en vivo por Facebook.
Retos del gimnasio
Uno de los principales retos de los gimnasios tradicionales es agendar citas con espacios de entrenamiento de hora y media para cada cliente, y luego hacer una limpieza profunda de las máquinas.
Anayensy Oviedo, propietaria del Gimnasio Skorpio, ubicado en San Pablo de Heredia, comentó que su estrategia se enfoca en ofrecer clases en línea a las personas durante los días de confinamiento.
Esta empresaria alquiló algunas bicicletas de spinning y durante los momentos de apertura eliminó el costo de matrícula y redujo la mensualidad de ¢28.000 a ¢20.000.
“Es difícil porque tenemos más gastos. Hay que comprar más insumos de limpieza para mantener todas las medidas de higiene, solo podemos recibir personas al 50% de la capacidad y constantemente debemos hacer desinfección profunda en las instalaciones. Todos esto son aumentos en los costos con los que debemos cargar”, aseveró Oviedo.
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Sin embargo, Gimnasio Skorpio apostó por el mercadeo digital para ofrecer contenidos de valor que ayuden y motiven a las personas en las redes sociales durante los días más fuertes de aislamiento social.
Los propietarios de este negocio decidieron mantener el empleo de toda su planilla para brindar un buen servicio al cliente y atención personalizada en las instalaciones.
Sector golpeado
Antes de la crisis en Costa Rica operaban unos 250 gimnasios y centros de entrenamiento, según datos de la Asociación Nacional de Gimnasios Gym-Fitness de Costa Rica (AsoGym).
Jorge Angulo, presidente de esta organización, aseguró que por el impacto de la crisis económica cerca de un 20% de estos negocios se vieron obligados a cerrar sus puertas.
“Tenemos reportes del cierre de gimnasios, centros de CrossFit, lugares de entrenamiento funcional, entre otros. Ha sido muy duro para el sector porque nos piden operar a la mitad, invertir más en limpieza y los cierres nos afectan los ingresos”, comentó Angulo.
Muchos de los centros de entrenamiento en el país optaron por reducir sus tarifas, ofrecer promociones 2x1, bajar costos operativos, reducir la planilla o cambiarse de local como posibles ajustes para continuar en el mercado.
“El tema de los alquileres ha sido un punto crítico porque algunos propietarios de locales no quieren negociar los pagos mensuales y eso dificulta la estabilidad financiera de los negocios, que en la mayoría de los casos son pequeños”, puntualizó el vocero.
Los gimnasios y lugares para entrenar estuvieron cerrados entre el sábado 11 y el domingo 19 de julio, de acuerdo con las medidas y restricciones anunciadas por el Gobierno el pasado viernes 10 de julio ante el crecimiento de los casos positivos de covid-19 en el país.
Las autoridades prolongaron este cierre hasta el 31 de julio en los cantones que tienen una declaratoria de alerta naranja.