Tres años después del lanzamiento de la plataforma de videojuegos en línea Stadia, el gigante tecnológico Google anunció a finales de setiembre el cierre definitivo del servicio el próximo 18 enero del 2023, momento en que el que se cerrarán para siempre sus servidores.
La interesante apuesta de la compañía, que permite jugar a sus usuarios sin necesidad de una consola o un ordenador, se presentó al público como una “visión del futuro de los videojuegos”, pero nunca llegó a asentarse dentro de la industria tras tres años en el mercado.
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La iniciativa de Google se publicitó como una plataforma para jugar en cualquier momento y desde cualquier lugar, por medio del celular, las tabletas, televisores y en las computadoras de escritorio o laptops, ya que es un servicio de streaming que solamente necesita una conexión a Internet para usarlo.
Pese a tener el respaldo de una compañía del calibre de Google y ofrecer la posibilidad de jugar en streaming a diferentes juegos por medio de una suscripción, así como comprar de manera independiente algunos otros, Stadia nunca masificó su plataforma y estuvo disponible solo en pocos mercados.
El servicio de Google, que cuesta $9,99 por mes, está disponible en países como Estados Unidos, Canadá, Irlanda, Italia, Bélgica, Finlandia, Países Bajos, Dinamarca, España, Francia, Suecia, Alemania, Reino Unido, entre otros países de Europa, pero nunca llegó si quiera a Latinoamérica.
Desde la misma compañía reconocieron que el servicio “no ha ganado la cantidad de usuarios que esperábamos”, por lo que tomaron la decisión de cerrar la plataforma el próximo 18 de enero del 2023, según dijo Phil Harrison, gerente del grupo, en una publicación en el blog de Google.
El golpe económico tampoco se dejará pasar, pues se comprometieron a reembolsar todas las compras hechas a través de la plataforma, principalmente los controles que permiten acceder a la plataforma, comprados en Google Store. Aunque no reintegrarán las suscripciones.
La empresa detalló que toda la tecnología aplicada en la creación de Stadia no se perderá, ya que la redirigirán a otras plataformas como YouTube, Google Play o la realidad aumentada. Sobre los colaboradores, Google indicó que serán reubicados en otras partes de la compañía.
Oscar Romero, empresario organizador de eventos de videojuegos como el Connecturday y el Comic Con en Costa Rica, manifestó que el cierre de Stadia se puede calificar como uno de los mayores fracasos en la historia de la industria, por lo ambiciosa que fue la apuesta de Google era increíblemente ambiciosa.
“Google venía prometiendo cosas sistemáticamente, inflando la imaginación de los consumidores, y al final del camino terminó sucediendo prácticamente nada, la propuesta se formuló realmente con base en un montón de promesas”, manifestó Romero.
En esto coincide Herberth Castro, editor y fundador The Couch, medio especializado en videojuegos, quien aseguró que Google realizó una inversión importante con el propósito de competir contra los grandes de la industria, pero al final el proyecto ni siquiera vivió suficiente.
“El público no respondió como se esperaba, tuvo muchos problemas de lanzamiento y aceptación, por lo que ha sido uno de los fracasos más grandes de Google y de la industria de los videojuegos”, expresó Castro.
Las razones de la caída
La industria de los videojuegos puede resultar complicada, incluso para compañías gigantescas como Google, al tener que competir contra empresas igual de firmes como Microsoft o Sony. La apuesta del gigante tecnológico fue fuerte, pero una serie de factores terminaron arrastrándola al fracaso con Stadia.
Uno de los principales problemas es que desde el lanzamiento de Stadia, Google no ha podido atraer a los consumidores, quienes ya tienen otras opciones consolidadas en la industria, disponibles en múltiples plataformas, con un mejor catálogo de juegos y con la posibilidad de adquirir el servicio en más países.
Por ejemplo, Microsoft, que vende las consolas Xbox, ofrece su servicio en línea Game Pass con múltiples videojuegos, que los jugadores también pueden descargar gratis en su consola u ordenador, lo que lo hace mucho más atractivo que Stadia, donde los suscriptores tienen acceso a una cantidad limitada de contenidos, pero deben pagar para adquirir más.
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Los números hablan por sí solos: Game Pass cuenta con más de 25 millones de suscriptores, según comunicó Microsoft en enero de este año, mientras Stadia tiene menos de un millón, de acuerdo con Forbes. Para utilizar el Game Pass solo hace falta un equipo dedicado, basta con descargar una aplicación, usar un mando compatible y tener acceso a Internet.
Stadia compitió de frente con el Game Pass desde su lanzamiento, con la gran diferencia de que la plataforma de Microsoft contaba con un catálogo de juegos mucho más amplio que el de Google, que en el 2021 cerró su estudio de desarrollo interno de videojuegos, que se encargaba de la creación de títulos exclusivos para Stadia y hechos por ellos mismos.
“El servicio no es lo suficientemente atractivo, por cuestiones de los juegos que tenía, no ofrecía nada mejor que la competencia. No había nada que diferenciara, en Xbox tienen juegos como Halo, en Sony otros como God of War y en Nintendo igual con Mario, Zelda o Pokémon”, comentó Castro.
Aunado a esto, grandes competidores de la industria tecnológica, como Sony o Nintendo, y más recientemente Amazon con su plataforma Luna, se sumaron al negocio de los juegos en streaming.
Modelo de negocio
Otro aspecto que fue criticado por los usuarios de Stadia fue el del modelo, que involucraba el pago de una suscripción mensual para acceder a algunos videojuegos, pero que también implicaba costear el pago de dinero adicional para adquirir otros títulos.
Romero afirmó que Google tenía muy claro los objetivos y dónde quería llegar con la idea, pero el despliegue de la misma no fue el ideal. “No había un modelo claro y conciso, si vas a pagar suscripciones, hay un modelo de negocio, igual para las micro transacciones o por propiedad intelectual, pero al final nunca decidieron. Eso generó confusión, inseguridad y en cada actualización tampoco no se veían mejoras”, agregó.
El experto afirmó que nunca hubo un compromiso en la estrategia de negocios por parte de Google, por lo que no existía una línea clara de trabajo, que finalmente generó una inestabilidad en la plataforma y en todos sus usuarios. “Nunca lograron salir al paso para clarificar cómo funciona la plataforma, siempre existía esa duda”, comentó.
Por su parte, Castro argumentó que el modelo de negocio implementado por el gigante tecnológico tampoco benefició a la plataforma. “Es muy difícil mercadear este tipo de negocio y vender un producto que no funciona o no tiene un atractivo adicional”, afirmó.
Otros fracasos
Pese a que Google es indiscutiblemente una de las empresas hegemónicas de Internet, entre sus múltiples éxitos, también han tenido varios fracasos en su historia, al que recientemente se sumó el cierre de Stadia.
Una de ellas fue el lanzamiento en el 2012 de Google Glass, unas gafas que tenían el objetivo de que a través de ellas los usuarios buscaran información sin usar las manos, a través del uso de internet mediante comandos de voz. En el 2015 se dejaron de vender al público en general por su elevado precio.
Otro de los tropiezos de la compañía fue el lanzamiento de su red social Google+, que fue lanzada en el 2011 para sustituir a Google Buzz, otro de los servicios que no tuvo gran aceptación entre los consumidores. Esta plataforma estuvo activa hasta el 2019, pero nunca terminó de convencer a los usuarios.
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