El Grupo Cuestamoras, propietario de las cadenas de farmacias Fischel y La Bomba, y del centro comercial Oxígeno, entre otros negocios, inició un proceso de transformación para “ganar la guerra” a la crisis provocada por el coronavirus en la economía costarricense.
La compañía se impuso un plazo de 18 meses para reinventar su modelo empresarial y conseguir, a inicios del 2022, una operación adaptada a una nueva realidad modelada por la pandemia sanitaria, y con un fuerte componente tecnológico.
Rodrigo Uribe, presidente ejecutivo de Cuestamoras, confirmó a La Nación que todos los negocios tendrán cambios. El objetivo será adaptarlos al mundo digital y que el modelo de inversión se administre por proyectos.
Uribe confirmó que el covid-19 aceleró el proceso de cambios en la compañía.
La empresa inició un ajuste operativo desde abril pasado, con el cierre de la división de consumo masivo de Cefa (también parte del Grupo) y la salida de 107 personas.
Este martes 23 de junio trascendió el despido de 98 trabajadores de Kidzania, un centro de entretenimiento educativo para niños ubicada en Oxígeno, en Heredia; además de la reestructuración de toda el área gerencial del Grupo Cuestamoras, para tener “una corporación más liviana y más ágil”.
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“Desde el principio (de la crisis) dijimos: tenemos que adaptarnos no para regresar al mismo lugar, sino a donde van a estar las cosas en un futuro. No regresamos al mismo lugar”, desatacó el empresario.
Cuestamoras es una empresa de la familia Uribe, fundada en el 2008, durante el proceso de venta de Corporación de Supermercados Unidos (CSU) a Walmart de México y Centroamérica.
La empresa cuenta hoy con 1.705 trabajadores de los cuales el 95% trabaja en Costa Rica. El resto de colaboradores están en Nicaragua y Guatemala.
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El Grupo cuenta con cuatro unidades de negocios. Cuestamoras Salud está compuesta por las farmacias Fischel y La Bomba, así como Cefa, que es una distribuidora de medicamentos para una red de más de 600 farmacias independientes.
Otra de las divisiones de la compañía es Cuestamoras Urbanismo donde sus principales operaciones son el centro comercial Oxígeno y el proyecto residencial y comercial Santa Verde. Ambos desarrollos están ubicados en Heredia y requirieron una inversión de más de $250 millones.
Las otras unidades de negocios son Cuestamoras Energía dedicada a la comercialización de electricidad en el mercado regional centroamericano y Cuestamoras Bosque dedicada a la regeneración de la flora y fauna en Costa Rica.
Nueva estructura gerencial
La transformación de Grupo Cuestamoras comenzó con la reducción del nivel gerencial corporativo. Uribe deja la presidencia ejecutiva de la empresa, a partir del 1. ° de setiembre, y se mantiene como presidente de la Junta Directiva.
El nuevo jerarca del área ejecutiva es Reynaldo González, a él reportarán la dirección Financiera, la Legal y el contralor.
Las divisiones de negocios de la empresa se mantienen, pero la estructura permanente de equipos tuvo cambios.
“Estamos desmontando las estructuras permanentes y estamos yéndonos a una organización mucho más fluida, más de traer las capacidades que necesitemos en el momento específico. Más armados por proyectos, creemos que es la forma de estar organizados a futuro”, detalló Uribe sobre la nueva mecánica de trabajo.
El empresario destacó que este formato les permite adaptarse en el camino, estar más atentos, reaccionar más rápido e, incluso, tener las facultades de adelantarse a los acontecimientos de la realidad nacional.
“La realidad es que tenemos que ir a organizaciones más ágiles, livianas y más resilientes. Poder asimilar lo que está pasando, adaptarse, no quedarse pegado en que las cosas antes eran mejores”, enfatizó el empresario.
Negocios que se adaptan
Del lado de nuevos proyectos, la empresa ajustó el cronograma de inversiones para ejecutarlos en un momento de mayor estabilidad económica en el país.
“Uno no va a hacer un montón de vivienda cuando no hay nadie en capacidad de comprar, eso tiene que esperar su momento apropiado”, afirmó el Presidente de Cuestamoras.
La pandemia sí demostró, argumenta Uribe, que el modelo de todos sus negocios se debe adaptar a la nueva realidad.
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Por ejemplo, el diseño de los condominios y apartamentos debe cambiar para incorporar en las viviendas y áreas comunes zonas acondicionadas para efectuar teletrabajo.
“Sí hay cosas que van a ser diferentes y creo que serán mejores. El beneficio de no meterse, todo el mundo a la misma hora en una presa, eso es una ineficiencia altísima para todo el país”, destacó.
Oxígeno es, en el corto plazo, el negocio más impactado por los efectos económicos de la pandemia y las medidas sanitarias impuestas por la emergencia nacional.
Sin embargo, adelantó que este centro comercial es el prototipo del futuro de esta industria, pues no se diseñó solo como un sitio de compras, sino como un lugar de encuentro adaptado a las nueva realidades de distanciamiento social entre personas.
El reto para los próximos meses será incorporar el análisis de datos y tendencias sobre visitación y sus razones al negocio.
Por su parte, en la división de Cuestamoras Salud, el objetivo del Grupo será llegar a los clientes con el uso de la tecnología, en especial para las farmacias Fischel y La Bomba.
En ambas cadenas la empresa cuenta con más de un centenar de puntos de venta en todo el país.
“Sin duda los puntos (farmacias) seguirán siendo importantes, pero serán solo un elemento dentro de una visión más amplia de una logística de cómo llegarle al cliente por múltiples canales”, afirmó Uribe.
El empresario reconoció que darle a los negocios una base tecnológica fuerte será el principal reto en los próximos 18 meses.