La importación de motocicletas en Costa Rica registra, desde el 2017, el ingreso de al menos 277.246 unidades, sobre todo después del inicio de la pandemia, en el 2020, cuando las cifras anuales comenzaron a acelerar. El carburante de este crecimiento es una mezcla de factores donde destacan el costo de los combustibles, la explosión del negocio de entregas a domicilio mediante aplicaciones y las mayores presas en carreteras.
La distribución de este tipo de vehículos en tiendas de electrodomésticos y almacenes, junto con planes de financiamiento más accesibles para la población, también han favorecido el repunte en el ingreso y venta de unidades.
En el 2022, la cifra de vehículos de esta categoría alcanzó los 54.106, un crecimiento del 9,4% respecto al 2021, a pesar de que los datos del año pasado muestran un vacío de casi dos meses (entre abril y junio), a raíz del hackeo que sufrió el Ministerio de Hacienda. Con todo y eso, los datos se acercan al resultado del 2017, el más alto de los últimos seis años.
Otro comportamiento en la flota de motocicletas hizo aparición. Los vehículos de combustión a base de gasolina predominan la estadística. Sin embargo, las eléctricas ganan rápidamente cuota de mercado, pues pasaron de representar menos del 2% del total de estos vehículos que ingresaron al país en el 2017 (1.035), a dejarse casi una cuarta parte del total de entradas en el 2022 (12.980 eléctricas).
Toda esta información se desprende de los datos sobre entrada de motocicletas nuevas brindada por el Servicio Nacional de Aduanas, del Ministerio de Hacienda, a solicitud de La Nación. Los datos suministrados abarcan el periodo comprendido entre 2017 y 2022.
Tomás Soley Pérez, jerarca de la Superintendencia General de Seguros (Sugese), consideró que el ingreso de más motos al país puede estar vinculado a tres factores: la expansión de los servicios de entrega a domicilio en el comercio en general (apps como Uber y Rappi, por ejemplo); como medio de transporte más ágil y rápido para la movilización de personas; y por ser un medio de transporte de menor costo con relación al automóvil.
Negocio en crecimiento
La manera de comercializar las motos también cambió, y esto ha tenido efecto. Por ejemplo, el ingreso en el negocio de la venta de motocicletas por parte de las tiendas de electrodomésticos, durante los últimos años, está entre el principal dinamizador de la importación. Así como las opciones de financiamiento ofrecidas a los clientes.
Guillermo Herrera, gerente Regional Automotriz de Monge, contó que en el 2007 empezaron a vender estos vehículos mediante convenios con proveedores locales.
Sin embargo, a partir del 2014, la empresa incursionó de manera más agresiva en la venta para lo cual aprovecharon sus tiendas en todo el país, programas de crédito a clientes y lanzaron Serpento, su propia marca de motocicletas.
“Entendimos que los clientes requerían planes de financiamiento para hacerse de su motocicleta acorde a su perfil, capacidad de pago y por no ser muchos sujetos de crédito en otras entidades financieras”, recalcó Herrera.
El 2014 también fue el año en que Gollo, compañía propiedad de Unicomer, empezó a comercializar estos vehículos en sus tiendas.
Shirley Núñez, jefa de marca Gollo, detalló que ingresaron al negocio para satisfacer las necesidades de movilización de los clientes de una manera más económica y con alternativas de financiamiento.
“Los clientes, debido a la situación económica actual, buscan una motocicleta por el ahorro que les puede generar a la hora de transportarse y el bajo costo en inversión en el momento de comprarla. Además, otra razón (...) es la rapidez con la que se desplazan alivianando un poco la espera en presas”, subrayó Núñez.
En el caso de las motocicletas eléctricas, ambos voceros empresariales afirmaron que la comercialización va en ascenso, pero coincidieron en que el potencial a futuro será mucho mayor.
Opción laboral
La pandemia de covid-19, que entró el 6 de marzo del 2020, también favoreció el crecimiento de la flota de motocicletas debido a la opción laboral que se creó mediante el auge de las entregas a domicilio mediante plataformas tecnológicas,
La empresa Pedidos Ya confirmó que la crisis sanitaria provocó un incremento en la cantidad de personas que brindan servicios como repartidores.
La firma tiene registrados a 15.000 riders de los cuales el 70% utilizan motocicletas de gasolina.
Uber Eats informó que el 60% de los repartidores usan la moto como vehículo principal para trasladar los pedidos de los usuarios de la app, aunque la compañía no detalló cuántas personas realizan el trabajo de entregas a domicilio.
Didi Foods confirmó que el 90% de los repartidores indican que el medio de transporte para hacer las entregas es la motocicleta o bicicletas.
“Al comparar datos del 1.° de marzo de 2023 contra la misma fecha de marzo de 2022, la cantidad de usuarios repartidores registrados que indican conectarse a través de motocicletas ha crecido un 89% mientras que quienes lo hacen a través de bicicleta se ha incrementado un 118%”, reconoció la firma por escrito.
Un estudio de la Cámara de Comercio, de noviembre pasado, encontró que el 63% de los repartidores de plataformas empezó la actividad para tener ingresos adicionales por motivo de la pandemia de la covid-19. Además de que el 22% de las personas dedicadas a esta labor son mujeres y un 15% no realizaba ningún trabajo remunerado previo a su ingreso a una firma delivery.
Riesgo vial
El aumento de la importación de motocicletas tuvo un efecto en el parque cubierto por el Seguro Obligatorio de Automóviles (SOA) para esta categoría de vehículos. Sin embargo, el crecimiento no es tan acelerado al del ingreso de nuevas motos, aunque sí hubo una fuerte alza en el último año.
Al cierre del 2022, las motos cubiertas con esta póliza eran 365.366, es decir 52.344 unidades adicionales frente a las 313.022 del 2021, según datos de la Superintendencia General de Seguros (Sugese).
El jerarca de Sugese recordó que los propietarios de motocicletas presentan la mayor evasión o morosidad en el pago del SOA, lo cual explicaría la diferencia entre los datos.
Otras de las debilidades señaladas es que algunos vehículos no están inscritos en el Registro Público, ni cubiertos con la póliza obligatoria, como es el caso de las bicimotos. Pese a que la Ley de Tránsito ordena su aseguramiento.
“Más que un riesgo es un problema, las bicimotos son vehículos más susceptibles de accidentes, lesiones más graves y muertes y no están cubiertas por el SOA”, subrayó Soley.
Sidney Viales, jefe de Dirección de Seguros Obligatorios del Instituto Nacional de Seguros, comentó que todos los actores que participan de la movilidad por las vías públicas generan riesgos y están expuestos a riesgos, sin ningún tipo de distinción.
Este reportaje es parte de una serie publicada por ‘La Nación’ los días 2 y 3 de abril.
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