Intel registró unas pérdidas de $16.639 millones en el tercer trimestre de este año, lo que contrasta con los beneficios de $297 millones del mismo periodo de 2023, según ha comunicado la firma, que se encuentra enfrascada en su plan de reestructuración.
Intel atribuyó estos resultados a los gastos de reestructuración a los que está haciendo frente, pues afectaron “significativamente” a la rentabilidad del tercer trimestre. “Dimos pasos importantes hacia nuestro objetivo de reducción de coste”, afirmó el director financiero de Intel, David Zinsner.
Además, las pérdidas básicas por acción en el tercer trimestre de 2024 se situaron en los $3,88 frente a las ganancias básicas registradas doce meses antes de $0,07 por título.
Por su lado, los ingresos de la compañía en el trimestre fueron de $13.284 millones de dólares, lo que supone un descenso del 6,2% en la facturación de la empresa. Por segmento del negocio, la división de computación retrocedió un 7%, hasta los $7.300 millones, mientras que la de datos e inteligencia artificial (IA) creció 9%, hasta los $3.300 millones.
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Después, el área de redes vio crecer su facturación un 4%, hasta los $1.500 millones, al tiempo que Mobileye, la unidad de vehículos autónomos, y los servicios de fundición redujeron ingresos en un 8% en ambos casos. Así, sus cifras de negocio fueron de $485 millones y $4.400 millones.
Del lado de los costes, los asociados a las ventas fueron de $11.287 millones, un 38% más, y los de I+D alcanzaron los $4.000 millones, otro 4,6% más.
En la misma línea, los gastos de mercadeo, generales y administrativos se aumentaron un 3,2%, hasta los $1.383 millones, pero los de reestructuración se dispararon en un 589%, hasta los $5.622 millones.
De su lado, el consejero delegado de Intel, Pat Gelsinger, destacó que los resultados obtenidos entre julio y septiembre subrayan los sólidos progresos que la firma está realizando en el plan que anunció el trimestre pasado para reducir costes, simplificar su cartera y mejorar la eficiencia organizativa.
“Hemos obtenido unos ingresos superiores al punto medio de nuestras previsiones y estamos actuando con urgencia para posicionar el negocio de cara a una creación de valor sostenible en el futuro”, añadió.
El último día del trimestre, el 29 de junio, Intel contaba con una plantilla de 124.100 trabajadores, de los que 115.000 estaban destinados en las operaciones principales de Intel y el resto en Mobileye, otras filiales o en unidades pendientes de venta.
En este contexto, la compañía comunicó el pasado trimestre que llevaría a cabo un plan de ahorro de costes, que pasaba por llevar a cabo cambios organizativos, de gasto y el despido del 15% del personal, esto es unas 18.000 personas.
Finalmente, la multinacional estadounidense anunció que espera para el último trimestre del año unos ingresos de entre $13.300 millones y $14.300 millones.