Intel anunció el recorte de 12.000 puestos durante el año en sus plantas de manufactura, un 11% de su planilla en 72 países.
La medida generaría ahorros anuales por $1.400 millones y le permitiría enfrentar los cambios de la industria tecnológica, que vive la caída de las ventas de computadoras personales (PC, por sus siglas en inglés), informó la compañía.
De hecho, las firmas Gartner e IDC, especializadas en el mercado tecnológico, revelaron que las ventas mundiales de PC cayeron entre 9,6% y 11,6% en los tres primeros meses del 2016, respecto al mismo periodo del 2015.
Intel publicó este martes que en el primer trimestre del 2016 obtuvo $13.700 millones de ventas, un aumento del 7% respecto al mismo periodo del 2015. Además, alcanzó $2.000 millones en utilidades (crecieron 3%) y sus beneficios por acción aumentaron 2%.
El precio de la acción de Intel bajó levemente este 19 de abril a $31,60 (-0,16%), al cierre del índice tecnológico Nasdaq.
El fabricante ya venía lanzando procesadores para servicios en Internet (de nube), Internet de las cosas (conexión de dispositivos con sensores), tecnología del vestir (ropa y relojes inteligentes) y hasta drones, entre otros.
“Estamos evolucionando de una compañía de PC a una que alimenta la nube y miles de millones de dispositivos informáticos inteligentes conectados”, dijo Brian Krzanich, CEO de Intel.
Operación local. En Costa Rica, la firma no reveló el impacto de la reestructuración y solo reiteró información revelada en EE. UU.
A nivel local, Intel –que tuvo 2.700 puestos en el 2014– había cerrado la planta de manufactura. En Belén, Heredia, mantenía el centro de servicios compartidos e instaló un centro de investigación y desarrollo, que incluye un laboratorio de pruebas de chips.
Con ambas operaciones, esperaba llegar a 1.200 puestos inicialmente, pero en enero del 2016 reveló que tenía 2.000 plazas y que buscaba más personal.
El Instituto de Investigaciones en Ciencias Económicas (IICE), de la Universidad de Costa Rica, informó este 19 de abril de que el descenso de las exportaciones de electrónica tras el cierre de la planta de Intel empezó a revertirse y a compensarse con las ventas externas de los sectores de alimentos y dispositivos médicos.