El lanzamiento público de la plataforma ChatGPT meses atrás generó interés en la inteligencia artificial, las personas han empezado a interactuar con estos sistemas y también tratan de sacarle provecho. Esto supone un impacto en la vida cotidiana y en sectores productivos de la economía.
De acuerdo con especialistas consultados por La Nación, diversos sectores como el agrícola, la banca, así como el comercio y los negocios ya incursionan en el uso de tecnologías que utilizan inteligencia artificial, aunque sea de manera incipiente, lo que además representa una oportunidad para hacer más eficientes sus procesos productivos.
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Vanessa Gibson, directora de Clima de Inversión de la Coalición Costarricense de Iniciativas de Desarrollo (Cinde), afirmó que la incorporación de estas herramientas aporta ventajas competitivas a las empresas dentro de sus mismos sectores productivos, al tiempo que también favorece la imagen país para aquellas compañías que lo hagan en Costa Rica.
Jaime García, director de proyectos del Índice de Progreso Social del Incae, coincidió en que la implementación de la inteligencia artificial puede impactar directamente en la productividad de las empresas, aunque agregó que debe hacerse de la mano con un plan estratégico que permita aprovechar al máximo esos recursos.
“Para que se dé ese salto en la productividad no es nada más de invertir en la tecnología, porque yo puedo comprar una computadora y usarla como una máquina de escribir y voy a seguir siendo igual de eficiente, sino es desarrollar una estrategia a lo interno para revisar cada uno de los aspectos dentro de mi empresa que van a ser interrumpidos o afectados por esta decisión tecnológica, para que el impacto en la productividad sea mayor”, explicó García.
Aunque la tecnología también tiene sus limitaciones, los especialistas coinciden en que es una oportunidad que puede servir para agilizar procesos en múltiples sectores productivos, de la mano con una buena educación que permita a las personas y trabajadores adoptar las herramientas de la mejor manera.
Agro
Federico Bert, especialista en agricultura digital y responsable del Programa de Digitalización Agroalimentaria del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), afirmó que en el sector agrícola la revolución de la inteligencia artificial recién comienza, pero ya hay algunos casos en los que se echa mano de la tecnología.
Uno de estos es el de la interpretación de imágenes por medio de algoritmos, a través de los cuales los productores pueden detectar o diagnosticar la presencia de plagas, así como los grados de infección que presentan los diferentes cultivos.
Un ejemplo de esto es la aplicación Tumaini, una herramienta basada en inteligencia artificial que permite a las bananeras identificar y conocer el tratamiento para sus plantaciones con solamente cargar una fotografía de sus cultivos para obtener un diagnóstico.
La aplicación cuenta con un banco de casi 20.000 imágenes de todo tipo de plantas de banano: enfermas, sanas, jóvenes y viejas; y fue desarrollada por Centro Internacional de Agricultura Tropical (CIAT), el Instituto Imayam de Agricultura y Tecnología (IIAT) y la Universidad Texas A&M.
Bert aseguró que la interpretación de imágenes va más allá, pues también puede desempeñarse en otros usos, como en el conteo de ganado, u obtener una aproximación del peso de cada uno de los animales por medio de una fotografía desde la finca.
“Yo no diría que estas herramientas tienen un uso o alcance masivo aún, pero hay varios productores que por curiosidad lo han probado o lo están probando. Aquí hay una sinergia, una necesidad de complementarse entre la inteligencia humana y la artificial, esta última puede ayudar a simplificar o automatizar algunas decisiones, para que la inteligencia humana se dedique a lo más complejo”, comentó el especialista.
Según Bert, en términos generales, hay cada vez más tecnología digital disponible para el sector agro, pero todavía se usa muy poco. Incluso comentó que desde el IICA han trabajado en promover el desarrollo y uso de soluciones digitales para que no se conviertan en herramientas excluyentes que utilicen solamente un pequeño grupo de productores.
Negocios
En el ámbito de los negocios, que incluye sectores como el comercio o las ventas, la inteligencia artificial ha simplificado algunos procesos que antes requerían de soporte profesional, principalmente en el área de creación digital, y también ha abierto las puertas para que pequeñas y medianas empresas puedan mejorar sus canales de servicio.
“Este tipo de herramientas va a permitir justamente que los pequeños emprendedores, que son quienes emplean a la mayor cantidad de personas, puedan generar más valor agregado; reducir costos de operación, va a ayudar también a entender mejor los mercados, a hacer una mejor gestión administrativa”, comentó García.
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El especialista del Incae comentó que ya existen herramientas que permiten generar códigos completos de aplicaciones o páginas web sin la necesidad de conocer ampliamente sobre programación, como la conocida ChatGPT o la plataforma de IA Midjourney.
“En creación digital está disminuyendo esa brecha entre los técnicos expertos y los usuarios emprendedores o empresas pequeñas que antes tenían que pagar o tercerizar, o lo hacían de mala calidad dentro de la misma empresa”, manifestó García.
Banca
En el sector bancario algunas personas pueden estar familiarizadas con el uso de inteligencia artificial a través de chatbots (un asistente virtual que evacúa dudas), cuyo uso en la región ha proliferado y que se espera que se vuelvan cada vez más sofisticados con el tiempo.
Según García, el sector bancario es uno de los que más le ha sacado provecho a la inteligencia artificial, principalmente en el manejo de grandes cantidades de datos de manera más ágil y rápida para mejorar la seguridad de sus operaciones y para una mejor toma de decisiones.
Uno de los usos principales es el de la detección de fraudes, ya que los algoritmos de inteligencia artificial pueden analizar grandes cantidades de datos de transacciones bancarias para identificar patrones inusuales y así dar señales de alerta de que algo sospechoso está sucediendo.
Otro es el manejo de las operaciones crediticias, con el uso de datos como la edad, los ingresos, gastos, niveles de deuda, entre otros, la banca ha implementado algoritmos configurados mediante la inteligencia artificial para hacer evaluación de riesgos y así identificar clientes o empresas con perfiles más riesgosos.
¿Reemplazo de humanos?
El desarrollo de tecnologías de inteligencia artificial se ha acelerado de manera intensa en los últimos años y cada vez son más las posibilidades que brinda para utilizarse en muchos ámbitos, pero ¿puede reemplazar a los humanos en sus empleos?
Aunque el uso de estas tecnologías puede implicar la pérdida de algunos empleos en cierto tipo de trabajos, lo cierto es que los especialistas coinciden en que la inteligencia humana debe caminar de la mano con la artificial, sin dejar de lado que esto representa un gran reto para los humanos, que debe superarse con capacitación educativa.
“Se perderán muchos puestos de trabajo como los conocemos actualmente, pero se crearán muchos más nuevos empleos que hoy no conocemos, ligados a este nuevo panorama tecnológico. Es por esto que se debe trabajar en la planificación de las competencias y habilidades que deben desarrollar las personas”, aseveró Arianna Tristán, directora de Innovación e Internacionalización de la Cámara de Industrias de Costa Rica.
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De su lado, Gibson agregó que estas herramientas siempre requerirán de especialistas humanos que comprendan todos los problemas más complejos, para que comanden la tecnología para solucionarlos. “Se trata de un proceso de adopción y adaptación con tiempo limitado, ciertamente, a las realidades de la formación educativa para tener profesionales en esos campos”, dijo.
De igual forma, Bert consideró que a medida que progrese la inteligencia artificial, esta podrá resolver problemas cada vez más complejos, aunque en el área de la agricultura lo que plantea el reto a la inteligencia humana para descifrar tareas que resulten aún más desafiantes.
El especialista del Incae añadió que una de las bondades de la tecnología es que las personas pueden adaptarse a ella para realizar funciones que se complementen entre sí para poder generar un mayor valor agregado a los procesos productivos.