La llegada de visitantes a Costa Rica mediante cruceros aumentó 26% en las dos últimas temporadas, pero ese incremento no alcanza todavía para retornar a la cifra de ingresos registrada en el periodo 2010-2011, antes de que la crisis mundial golpeara a esta industria.
Las cifras obtenidas de la página web del Instituto Costarricense de Turismo (ICT) revelan que en la temporada 2018-2019 ingresaron por esa vía 354.800 visitantes (cifras preliminares), lo cual significa un incremento de casi 74.000 pasajeros respecto a los de la temporada 2016-2017 (280.854 por ambas costas).
El dato preliminar del último periodo es también 9,2% superior a la de llegada de cruceristas del 2017-2018, cuando arribaron a Costa Rica 324.896 visitantes por medio de este tipo de embarcaciones.
Pese a esta recuperación, la cifra de visitantes está por debajo de la alcanzada por el sector en el periodo 2010-2011, cuando llegaron 370.307 cruceristas a los puertos nacionales habilitados para esa actividad.
Menos se ha logrado subir hasta la cifra de 418.998 visitantes del periodo 2009-2010.
La participación de cada varía según temporada. El Pacífico (Caldera, Puntarenas y Golfito) recibió al 48,7% de los viajeros en el periodo 2014-2015. Bajó a 36% en el siguiente periodo, se mantuvo en ese nivel en el 2016-2017 y recuperó a 50% del total de visitantes en el 2017-2018, última temporada con información completa.
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A partir del 2010 se presentó una merma de cruceristas en Costa Rica que alcanzó tres periodos consecutivos. La situación llevó a descender hasta 203.671 arribos de personas en el periodo 2012-2013. En ese lapso se presentó una fuerte caída del 51% medida por la cantidad de personas.
Factores
De acuerdo con el ICT, la industria de cruceros se vio muy golpeada luego de la crisis financiera del 2008 y 2009, lo cual se reflejó en los resultados de esos periodos.
Gustavo Alvarado, director de Gestión Turística del ICT, explicó que la situación de esos años obedeció a un comportamiento marcado por el mercado mundial de cruceros y que dicha situación ocurrió, no solamente en Costa Rica, sino que todo el Caribe se vio afectado.
En ese lapso, en general, añadió Alvarado, las empresas de cruceros decidieron buscar nuevos destinos para el atraque de sus naves de gran capacidad. Es así como se desplazaron en ese periodo a lugares ubicados en Asia y Europa.
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Wagner Loría, presidente de la Asociación Costarricense de la Industria de Cruceros (ACIC), aseguró que este sector se mueve mucho de acuerdo al apoyo político que recibe de los gobierno. Así, los jerarcas de Turismo anteriores a Carlos Ricardo Benavides (Gobierno de Laura Chinchilla) no le brindaron respaldo a esa actividad.
Sin embargo, desde el 2013 se logró un periodo de recuperación. En una respuesta escrita, Alvarado estimó que el éxito de un itinerario de cruceros radica en un conjunto de factores, como es el interés que tienen los destinos para el visitante, la oferta cultural, artística y sus atractivos turísticos.
Además, agregó Alvarado, las rutas y los itinerarios de los cruceros se perfilan tomando en consideración los gustos que demanda el mercado. “En el caso de Costa Rica estamos posicionados en el gusto de los cruceristas por la imagen internacional que tiene nuestro país como un destino sostenible y de amplia riqueza natural”, recordó.
Aparte de eso, los servicios que se brindan en Costa Rica (transporte, guías, tours, entre otros) en general son de una gran calidad, lo que influye en la decisión de visita de los cruceros al país, opinó Alvarado.
El funcionario consideró que el reto para Costa Rica en esta materia consiste en mejorar su infraestructura portuaria para poder atender embarcaciones de una mayor dimensión, pero además, para que en el mismo puerto, el crucerista sienta que llegó a Costa Rica y no a un puerto de carga y descarga como cualquier otro.
Llamó a las municipalidades a mejorar la ciudades donde se recibe a los cruceristas y a las organizaciones locales de esa comunidades a avanzar en los recibimientos que se preparan para ese tipo de visitantes. A esto se agrega la opción de traer barcos de menor tamaño, pues las cifras indican que los viajeros de este tipo de naves hacen recorridos por más días por distintas zonas del país.
Para mantener el crecimiento y afianzarlo, Loría dijo que se necesita generar tanto una percepción de seguridad como que haya seguridad real en el territorio nacional; una infraestructura en los muelles dedicada a pasajeros, una mayor relación con las empresas operadoras de cruceros, la creación de una ventanilla única marítima, estandarizar los procesos para todos los puertos y el establecimiento de una estrategia conjunta centroamericana para esta industria.
Loría consideró que Costa Rica va bien encaminado, pues tiene avance en la mayoría de estos aspectos. La Junta de Administración Portuaria y de Desarrollo Económico de la Vertiente Atlántica (Japdeva) tiene una comisión de seguridad y desde ahí se alerta de la llegada de cruceros a la Policía Turística, que reacciona y escolta a los visitantes.
En infraestructura, explicó Loría, el ICT financia un remozamiento de la terminal en Limón, mientras en julio del 2020, se espera licitar una nueva terminal de pasajeros. Del lado de Puntarenas, ya se licitó un puesto de atraque mucho más grande que el actual, que permitirá recibir a los barcos cruceros de mayor tamaño.
Agregó que hay también avances en promoción (especialmente en participación de ferias en Europa), así como en la estrategia regional con el Sistema de la Integración Centroamericana (SICA).
El ICT detalló que el gasto de los cruceristas para el año 2018 fue de $8,4 millones y recordó que el 51,1% de los pasajeros que llegan a Puntarenas y Limón son mayores de 65 años. Además, el 46,1% son hombres y el 53,9%, mujeres. Un 62,4% proviene de Estados Unidos, de Europa el 17,3% y de Canadá, 13%.