Cuando una compañía estadounidense decide trasladar sus operación de Asia a América, los tres primeros países Latinoamericanos en su lista para instalarse son Costa Rica, Uruguay y Colombia.
La afirmación sale de la boca de Mauricio Claver-Carone, presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), para explicar la posición de privilegio que tiene el país en nearshoring.
La deslocalización cercana o nearshoring es una nueva tendencia de inversión global en la cual una empresa mueve operaciones extraterritoriales a un sitio más cerca de su casa matriz. El ejemplo más común son las multinacionales estadounidenses a raíz de los conflictos comerciales con China y la pandemia de la covid-19.
Claver-Carone aseguró, en entrevista con La Nación, que el país tiene camino adelante porque vende a Estados Unidos (EE. UU.) muchos de los productos fabricados en China, así como por la labor de atracción de inversiones hecha por Coalición Costarricense de Iniciativas de Desarrollo (Cinde).
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El actual presidente del BID es el primer estadounidense en ocupar ese cargo y fue impulsado por la administración de Donald Trump. El abogado, nacido en Miami, resultó electo en el mismo proceso donde inicialmente se había postulado también la expresidenta de Costa Rica, Laura Chinchilla.
Siempre se ha declarado como un abanderado del “panamericanismo” y tiene experiencia en la Casa Blanca, el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Tesoro.
A continuación un extracto de la conversación por videoconferencia, del pasado martes 4 de mayo, en la que el jerarca del BID profundiza sobre los retos y oportunidades que enfrenta América Latina con la pandemia.
– El día que usted asumió la presidencia del BID, en octubre pasado, uno de los temas claves de su mensaje fue el nearshoring para atraer inversión a la región. ¿Qué hará el BID para acelerar esta tendencia?
– Por primera vez el tema de nearshoring e integración son una línea de negocio del Banco.
“Hemos visto que dos terceras partes de las compañías estadounidenses, en China y en otras partes de Asia, están considerando mover parte o todas sus líneas de abastecimiento más cerca a los Estados Unidos. La covid-19 creó un argumento de oportunidad por un tema de seguridad, de salud y de confiabilidad.
“Hay países que están en una buena posición porque han invertido en la infraestructura para recibir esa inversión extranjera. Costa Rica es un ejemplo, obviamente Cinde ha hecho un trabajo extraordinario.
“Costa Rica está en una posición privilegiada para atraer empresas de Estados Unidos con el nearshoring porque ya han hecho su tarea. Hay productos que China exporta a Estados Unidos, y Costa Rica también exporta.
“Si Costa Rica pudiera captar (con nearshoring) un 10% de los productos que hoy exporta a los Estados Unidos, y que China también exporta, eso significaría casi $4.500 millones anuales en exportaciones adicionales de Costa Rica a Estados Unidos. Esto es un impacto enorme, y solamente el 10%, imagine que fuera más aún todavía“.
– ¿Cómo puede ayudar el BID a concretar ese objetivo para el país?
– Obviamente ayudando a crear las políticas regulatorias de confianza, que generen esa confianza (en las empresas) mediante Cinde y el Gobierno.
“También proveer incentivos financieros, garantías y financiamiento para la proyección y la creación de sectores e infraestructura que alienten la inversión.
“Si hay una empresa que quiere mover su fábrica de Asia a Costa Rica, podemos proveerle financiamiento para esa mudanza, que es algo nuevo que estamos haciendo.
“Entre los tres países, que nos avisan de algún tipo de nearshoring, siempre están Costa Rica, Uruguay y Colombia, a veces también Chile y la República Dominicana. Ahí estamos viendo una historia de éxito.
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“Hemos visto movimientos grandes. Bayer anunció el traslado de una de sus empresas de otro país a Costa Rica; pero también Intel y Cargill. Obviamente queremos seguir empujando eso.
“Hay enormes oportunidades para Costa Rica en microprocesadores, instrumentos médicos, sector farmacéutico y manufacturas electrónicas, servicios y diseño. Bueno, nosotros en el BID, tenemos nuestro centro de servicios en Costa Rica”.
– ¿Han identificado qué se necesita en Costa Rica?
– Estamos trabajando actualmente en eso, haciendo el análisis de las oportunidades para hacer la atracción (de inversiones). También saber cuáles son los cuellos de botella, para ayudar a sobrepasarlos. Es como un ejercicio conjunto para identificar y ayudar.
“En el BID podemos ayudar con proyectos para apoyar en el tema de integración, nearshoring y cambios en políticas y regulatorios, para seguir alentando inversiones del sector privado que son claves.
Acceso a vacunas
– La mayor cantidad de vacunas ha estado concentrada en países desarrollados y va más lento en los países de renta media y baja. ¿Cómo puede el BID ayudar a los países de la región?
– El factor más importante para la recuperación económica, de la cual me siento confiado, son las vacunas. El problema más grande que tenemos ahora es la democratización de las vacunas.
“Desde mi primer día reté a nuestro equipo a reasignar recursos para enfocarlos en el financiamiento de la vacuna. No solamente la adquisición, sino el sistema de distribución, de almacenamiento, de transporte y la comunicación.
“Hemos podido trabajar con países, en su mayoría por Covax, ha sido obviamente imperfecto. Pero al fin y al cabo eso solamente llega al 20% de la necesidad de los países.
“Entonces ya estamos trabajando en cómo usamos $1.000 millones para ayudar con el otro 80% (de vacunas). Somos la primera y la única institución financiera internacional en crear una garantía para las negociaciones entre los países y las compañías farmacéuticas. Nosotros lo que hacemos es garantizar cualquier riesgo de indemnización.
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“Ahora estamos trabajando en otro programa con los países con un superávit de vacunas. La idea es otorgar nosotros una garantía para que puedan ofrecerle algunas vacunas en superávit a otros países, sabiendo que se va a restaurar esa cantidad de vacunas en dos, tres meses.
“Me siento muy confiado de que los Estados Unidos y otros países van a empezar a poder distribuir y no acaparar tantas vacunas entre el verano y el otoño. Sin embargo, son cinco o seis meses”.
– ¿Costa Rica está en ese programa?
– Podría estar, podría estar. Estamos ahora avanzando un piloto con dos países en el tema de garantía. Definitivamente, Costa Rica se podría beneficiar de ese programa también.
“La semana antepasada (finales de abril) se presentó por primera vez la oportunidad. Estamos creando la garantía. Si funciona, creo que vamos a poder amplificarlo.
Desarrollo vía tecnología
– ¿Cómo la digitalización del empleo puede llevar bienestar a la región más desigual del mundo?
– Nada tiene más impacto en el desarrollo que la generación de empleo y la generación de un empleo formal.
“Una de las cosas que más me preocupa de la covid-19 es precisamente que más de 50 millones de personas, tras décadas de esfuerzo, han salido de la clase media. Además, se perdieron 25 millones de empleos formales.
“Nuestro objetivo es cómo ayudar en áreas subdesarrolladas con poblaciones vulnerables. Ahí el tema de la digitalización es importante. No hay oportunidad más democratizadora en empleo, medicina y educación que la conectividad.
“También parte de lo que queremos hacer es modernizar el concepto de infraestructura. Prefiero crear una infraestructura digital, en cinco semanas, en un área que no tenga conectividad, que crear un puente que tarda cinco años.
“Cada día que ha pasado bajo la covid-19, nos ha ilustrado la importancia de la transformación digital de nuestros países. La digitalización es la oportunidad que más propaga la igualdad“.
– ¿Las nuevas tecnologías le permitirían a la región salir más rápido del retroceso generado por la pandemia, a diferencia de la década perdida en los 1980?
– Soy un optimista desafiante, convencido de las oportunidades que existen hoy, no las vamos a ver otra vez en ningún momento.
“Estamos viviendo un momento histórico comparable a lo que fue el Renacimiento tras la peste bubónica, o el crecimiento tras la gripe española.
“Vamos a vivir no solamente en la región, sino el mundo entero, un boom económico. Es un boom de consumo que tiene sus peligros. Obviamente hay que tener cautela y hay que aprender de la historia.