Limón. El próximo 16 de octubre llegará a puerto Limón el primer crucero de la temporada. Sin embargo, las expectativas del sector turístico local son muy bajas.
“Las cosas van en picada, el año pasado vinieron menos cruceros que en temporadas anteriores y este año vienen aún menos”, dijo Honorio Cabraca, vendedor de pinturas en el bulevar de Limón.
“Estamos esperando a que vengan los cruceros para ver cómo se comportan las ventas y ver si necesitamos más personal en la tienda”, comentó Jenny Paliam, administradora de una venta de suvenires.
Estas posiciones resumen el sentir de los comerciantes limonenses, quienes se sienten atados de manos ante baja en el atraque de embarcaciones con turistas.
Según datos del Instituto Costarricense de Turismo (ICT), el muelle de cruceros de Limón pasó de recibir 127 barcos en la temporada 2008-2009 a 71 en la temporada 2011-2012.
Los cifras para el periodo que se aproxima son aún menos alentadores, pues están programados apenas 60 cruceros entre el 16 de octubre próximo y el 30 de mayo del 2014.
Juan Carlos Borbón, gerente general del ICT, señaló que hay una tendencia de las compañías de cruceros por promover destinos más cortos para bajar los costos y, por su ubicación, Costa Rica, no es incluida en esos circuitos.
“La actividad de cruceros depende de muchos factores externos que varían de temporada en temporada (...) Entre ellos factores climáticos, costo de los combustibles, creación, modificación o eliminación de rutas y cambios o incursión de las líneas en nuevos mercados”, comentó el funcionario.
Allan Hidalgo, presidente ejecutivo de la Junta de Administración Portuaria y de Desarrollo Económico de la Vertiente Atlántica (Japdeva), reconoció que las malas condiciones de la terminal de cruceros de Limón inciden en la baja afluencia de visitantes extranjeros.
Esta infraestructura fue construida en 1998.
“Evidentemente hay un tema de infraestructura que hay que mejorar, para esta temporada estamos trabajando con el ICT para instalar unos quioscos comerciales en la salida de turistas y otra serie de mejoras”, declaró Hidalgo.
Inconveniente. Durante la temporada de cruceros –entre los meses de octubre y mayo– los turistas deben competir con los buques que arriban a Limón con el fin de cargar y descargar contenedores.
Por ejemplo, Japdeva debe coordinar con la Policía de Tránsito para regular el paso peatonal de los visitantes, ya que deben cruzar una calle por la cual transitan decenas de furgones hacia el muelle.
Además, tanto la Municipalidad de Limón como Japdeva cobran montos por cada pasajero que viaja dentro de los barcos.
El ayuntamiento local recibe $1,5 y la autoridad portuaria $2.
Según datos del municipio limonense, en los años 2011 y 2012 se recolectaron ¢138 millones y ¢61 millones, respectivamente.
La Nación intentó conocer en qué se invierten estos recursos, pero no hubo respuesta.
Éricka Torres, encargada de la Unidad de Cruceros de Japdeva, afirmó que están dando mantenimiento a la terminal muellera antes de que llegue el primer barco.
Torres especificó que se compraron equipos de aire acondicionado para las salas de abordaje, se repararon canoas y se compró una lona para los puestos de artesanos. También se demarcó la zona portuaria y se compraron de bancas, entre otros aspectos.
“Costa Rica, por su marca país siempre va a ser atractivo, pero para traer más cruceros se tiene que hacer el puerto y la ciudad de Limón más atractivos”, añadió.
Según un documento de la Asociación de Cruceros de Florida y el Caribe, cada turista gasta, en promedio, $62 en Limón.
Por cada crucero que atraca en Limón, Japdeva percibe $ 5.864 por los diferentes servicios muelleros que ofrece.