El magnate Elon Musk presentó este jueves 16 de junio, al personal de Twitter, su visión de una red social con 1.000 millones de usuarios, pero no se pronunció sobre eventuales despidos, límites a la libertad de expresión ni sobre el futuro de su caótico intento de compra de la red social.
Mientras respondía a las preguntas en su primera reunión con el personal de la red social, el dueño de la fabricante de automóviles eléctricos, Tesla, no ofreció ninguna actualización sobre su acuerdo de $44.000 millones que ha puesto en duda en las últimas semanas.
Sin embargo, en los comentarios de una reunión virtual de menos de una hora solo para empleados de Twitter, los informes de la agencia Bloomberg y del diario The New York Times basados en filtraciones reflejaron su supuesta pasión por la autoexpresión en la plataforma. Musk dijo que quiere “al menos 1.000 millones de personas en Twitter”, lo cual sería un crecimiento enorme para una plataforma que tiene unos 229 millones, actualmente.
El magnate sudafricano y de nacionalidad estadounidense ya hizo comentarios sobre cómo dirigiría Twitter –incluyendo el levantamiento de la prohibición del expresidente Donald Trump (2017-2021)–, pero sus palabras esta vez fueron dirigidas directamente a las preocupaciones de los trabajadores. Les dijo que personalmente está a favor de posiciones políticas moderadas, pero que los usuarios deberían poder decir cosas escandalosas, según informes filtrados de la reunión.
Matizó ese punto de vista diciendo que la libertad de expresión no significa una libertad intrínseca para que los comentarios lleguen a todas partes, según los informes.
Al responder una pregunta sobre posibles despidos, sostuvo que la compañía "necesita sanearse" en lo que hace a su situación financiera.
Apoyó la publicidad y las suscripciones como formas de ganar dinero en Twitter. Consideró que los anuncios deben ser tan entretenidos como legítimos.
Volvió a hablar de ganar dinero en Twitter cobrando por verificar las identidades de quien están detrás de las cuentas, y luego haciendo que la verificación sea un factor para que los tuits obtengan una mayor calificación en la plataforma.
Sobre la política de Twitter de permitir que la gente trabaje desde su casa, Musk indicó que sería una opción solo para quienes demuestren ser excepcionales en su trabajo, según afirmó en la reunión.
“La convocatoria de Musk en Twitter fue una llamada equivocada en el momento equivocado”, subrayó el analista de Wedbush Dan Ives en un tweet. “Musk no pudo dar muchas respuestas debido a la fluida naturaleza del acuerdo”, añadió.
Desde que anunció una participación en el capital accionario a principios de abril, Musk envió señales contradictorias y hasta agresivas. A comienzos de junio, amenazó con retirar su oferta y acusó a la dirección de la empresa de resistirse a sus pedidos de información sobre las cuentas falsas y los spam (correos electrónicos no deseados por el destinatario). Finalmente, Twitter accedió a proporcionarle la información.
En lo que respecta al financiamiento de la operación, Musk redujo significativamente el endeudamiento previsto inicialmente, el cual es ahora de $13.000 millones para los $44.000 millones que debería costar la adquisición.
Musk, el hombre más rico del mundo, se aseguró el apoyo de varias personas y empresas de inversión. El jueves, Changpeng Zhao, jefe de la bolsa de criptomonedas Binance, declaró a la AFP que aportaría $500 millones.
“Twitter es probablemente la plataforma de libertad de expresión más importante en el mundo”, señaló a la AFP el empresario canadiense.